• Cómo viví mi primer layoff: una montaña rusa de emociones

    Desde que comenzaron los rumores de que habría un layoff, hasta que recibimos la noticia de cuántas personas serían afectadas, pasaron aproximadamente 18 horas. Las 18 horas con más ansiedad que recuerdo vivido desde que inició la pandemia.

    Los layoffs son una realidad de la industria, sobre todo recientemente. Tan solo en 2023, 1,167 empresas de tecnología cortaron, en conjunto, a más de 250 000 personas.

    Me habían despedido de trabajos antes, pero un layoff pega diferente. Las ocasiones que me despidieron, por lo menos había una relación apreciable entre mi performance y la decisión de dejarme ir — claramente no lo estaba haciendo bien, y aunque no fue un momento agradable, pude entender el “por qué” y procesar mis emociones a través de ese lente.

    El prospecto de un layoff, en cambio, es que podrías no tener un empleo dentro de un par de horas, por factores que tú no tienes cómo controlar ni prever, y no puedes inferir qué futuro te espera. Es una moneda al aire.

    Hace poco me vi en la necesidad de enfrentar esta situación. Te quiero contar cómo lo viví, lo que aprendí de la experiencia, y darte algunos consejos de cómo sobrellevar la situación cuando te toque.

    Los rumores del layoff

    Los rumores de layoffs viajan rápido dentro de las empresas. Ya había terminado mi día de trabajo cuando por WhatsApp algunos compañeros me comentaron que sospechaban que al día siguiente sucedería uno.

    Comencé a hacer mi diligencia para intentar encontrar alguna confirmación oficial, pero no fue un esfuerzo muy productivo. Nadie sabía nada. Ni mi manager, ni su manager. Sin embargo, y sin entrar en detalles, varios factores apuntaban a que al día siguiente sucedería algo grande — y no pintaba bien.

    Después de un par de horas investigando sin tener más información que apuntara a algún lugar concreto, le dije a mi manager que me desconectaría y estaría al pendiente la mañana siguiente. Inmediatamente, fui con mi novia y le platiqué lo que estaba sucediendo. “Probablemente, haya un layoff mañana, y no sé si me va a tocar. Para que estés lista.”

    Intenté calmarme y distraerme. Fui al gimnasio, saqué a pasear a los perros. Para cuando me acosté, me sentía bastante tranquilo.

    Preparándome… por cualquier cosa

    A la 1  am, apenas un par de horas después de haberme ido a dormir, desperté de golpe, con palpitaciones. Estuve un poco menos de dos horas dando vueltas en la cama, imaginándome todos los posibles escenarios en los que me podría encontrar por la mañana. Hasta hice una lista mental de todas las personas que podría contactar en caso de que necesitara encontrar un nuevo empleo pronto.

    A las 3 am entendí que me iba a ser imposible dormir, así que me levanté. En la sala de mi departamento había una carga recién salida de la lavadora; me preparé un café, me puse mis audífonos y comencé a acomodarla. Luego desayuné, escuché otro podcast, vi una película y un documental, y a los primeros rayos de luz de la mañana salí a caminar con uno de mis perros.

    Cuando decidí que tenía que prepararme para lo que fuera a venir, lo primero que hice fue asumir que sucedería lo peor: me quedaría sin empleo ese día.

    Descargué mis recibos de nómina, en caso de que necesitara hacer algún trámite. También exporté mis performance reviews de los últimos dos años para sustanciar mi CV en caso de que tuviera que aplicar a nuevas vacantes pronto. Además, respaldé cualquier información personal que pudiera tener en mi computadora de trabajo en un disco duro externo.

    Una noticia importante sobre la empresa

    Tanto se ha escuchado en la industria de cómo las empresas ejecutan sus layoffs, que más o menos ya sabes qué esperar: por la mañana te va a llegar una invitación a una llamada con el CEO, donde se va a compartir “una noticia importante sobre la empresa”, e inmediatamente después te va a llegar un correo con más información.

    Eso fue justamente lo que sucedió.

    A las 8 am, cuando llegó una invitación para una llamada a las 10, mi computadora de trabajo estaba lista para ser devuelta prácticamente como nueva, en caso de ser necesario.

    Media hora antes del comunicado oficial, platiqué con uno de mis mentores — que también fue mi manager antes, y ahora es más un amigo — y, por 30 minutos, hablamos de viajes, playas, vacaciones y hoteles. Aunque sabíamos que activamente estábamos intentando distraernos para no pensar en lo que vendría pronto, nos seguimos mutuamente la corriente. Y tuvo éxito. 2 minutos antes de las 10, nos deseamos suerte, y cambiamos de llamada.

    El layoff

    Para las 10:15 am ya tenía la claridad que ansiaba tener. Sí, habría un layoff que impactaría a más del 10 % de la compañía. Pero yo no estaba dentro de la lista de personas afectadas.

    Las siguientes horas fueron una combinación extraña de sentimientos y emociones. Primero el alivio de aún tener empleo, luego la ansiedad de saber quién ya no, y la incertidumbre de qué significaría eso para los que nos quedamos. Luego, vino el ejercicio medio tétrico de revisar uno por uno los canales de Slack que frecuentaba, tratando de identificar quién simplemente no tenía Slack abierto, y quién ya no tenía acceso.

    Poco a poco, nombres familiares fueron apareciendo en LinkedIn compartiendo la noticia.

    Para el final del día, y después de múltiples llamadas con el equipo de liderazgo, donde se nos dio más claridad sobre lo que vendría después, fue cuando por fin empecé a entender las implicaciones de lo que había pasado.

    Me fui a dormir a las 5 pm.

    Lo que aprendí

    Todos tenemos una idea de cómo reaccionaríamos ante una mala noticia. Recientemente, aprendí que la que yo tenía no estaba para nada cercana a la realidad. El fenómeno psicológico de intentar anticipar cómo nos va a afectar emocionalmente una situación en el futuro se llama Affective Forecasting, y es uno de los puntos ciegos más grandes que sufrimos los humanos.

    Si hace un mes me hubieras preguntado cómo me afectaría emocionalmente sobrevivir un layoff, te hubiera respondido que sí, habría estado triste, pero no sería para tanto. Hoy te puedo decir, habiendo vivido exactamente eso, que no pude estar más en lo incorrecto.

    Lo que anticipaba simplemente como tristeza, es en realidad un cóctel, que viene y va, de frustración, incertidumbre, nerviosismo, pena, duelo, agobio, desesperación; mezclado con felicidad, agradecimiento, orgullo y optimismo. Y sí, sí fue para tanto.

    En retrospectiva, esta experiencia hizo darme cuenta de dos cosas. Primero, que me gusta mi trabajo, me siento capaz y contento con lo que hago, y me dolería perder la oportunidad de colaborar con las personas que tengo a mi alrededor. Bien dicen que uno nunca sabe lo que tiene hasta que lo pierde. En mi caso, el mero prospecto de poder perder mi empleo me detonó un ataque de ansiedad que me transportó a esos primeros meses de pandemia — horrible.

    Segundo, y más importante: que aún me queda mucho trabajo personal por hacer para continuar separando mi identidad personal de mi situación laboral. Entiendo que perder algo que valoras debería de provocarte una reacción — somos humanos, después de todo. Pero, personalmente, aspiro a desligar mi valor como persona de algo que en cualquier momento podría perder, incluso por factores externos y sin tener la más mínima injerencia. En esta ocasión, más que simplemente perder mi empleo, vi mi valor personal — relaciones, ego, status — directamente en riesgo.

    Consejos para sobrellevar el prospecto de un layoff

    Para cuando los rumores comiencen en tu compañía, puede ser demasiado tarde. Y probablemente entres en el mismo ciclo mental que yo, y todos con los que platiqué mientras sucedía, entramos recientemente: pánico, miedo, ansiedad, duelo anticipado.

    Pero si de algo sirve, aquí te dejo algunos consejos para sobrellevar el prospecto de layoffs en tu empresa. Estos son míos:

    Busca una red de apoyo emocional. Procura no aislarte durante este proceso, porque eso únicamente lo hará más difícil. Acércate con personas que sepas que tienen tu bienestar en mente, y que podrían apreciar las implicaciones de lo que significa pasar por una situación como esta. En mi caso, me apoyé con mi novia, dos amigos cercanos, y un puñado de personas dentro de la compañía. Aprecio que simplemente pasar por esto acompañado hizo que todo fuera un poco más sencillo para mí, por más desgastante que fue la experiencia en general.

    Asegúrate de tener una copia de cualquier evidencia que valide tus competencias, desempeño, o impacto en la empresa. Algo que como manager les digo a mis equipos, es que cualquier logro y aprendizaje que tengan dentro de la empresa es suyo: cuando ya no trabajen aquí, ese conocimiento, aprendizaje, orgullo, impacto se lo llevarán con ellos. De modo idealista, está muy padre. De manera práctica, necesitas una forma de comprobarlo. Mantén un diario de logros (o un brag document), y recopila retroalimentación constantemente de tus compañeros y tu manager. Estos deberías de tenerlos en un lugar que tú controles.

    Blíndate económicamente. No lo sé a ciencia cierta, pero puedo intuir que no la habría pasado con tanta angustia, si para este momento hubiera tenido un poco más de reservas de emergencia. Tal vez esté en lo incorrecto, y al pasar de nuevo por esta situación con más ahorros me sienta igual, o hasta peor — como dije arriba, creo que mi reto es cómo mi empleo moldea mi identidad. Además, el dinero también es un asunto emocional. Pero más vale prevenir.

    También le pedí a personas cercanas que aportaran sus perspectivas. Aquí están algunas de ellas:

    • Javier: Desde el punto de vista mental y emocional, soy mucho de reconocer que cada quien maneja estos procesos a su manera. Hay unos que necesitan tomarse tiempo de mental health, hay otros que mejor le dan al trabajo, otros usan actividades como ejercicio, leer, etc. Es muy importante saber qué es lo que te da ese centro, para poder recurrir a eso en momentos de crisis, y respetar el espacio de la gente que lo procesa de manera diferente.
    • Alex: Este es el momento de ser vulnerable, se vale llorar, gritar, golpear, blame, vent, etc. Si no permitimos que la emoción fluya, eventualmente nos va a explotar más tarde y va a ser más complicado. Escúchate, qué es lo que tú necesitas y sobre ello, hazlo, es el momento. Fortalecer o crear una red de apoyo con peers y hacer uso real de ella. Como manager, reconocer que la gente con la que trabajamos no es robot: que tenemos emociones y que de alguna u otra manera somos impactados. Lo comuniqué también con mi leadership, en este caso para dar visibilidad de no esperar la misma velocidad de trabajo de mi equipo, que la velocidad aminorará, que nuestros deadlines no serán alcanzados y serán empujados un poco más.

    ¿Qué sigue?

    Para como está la situación actual, creo que sería bastante ingenuo asumir que no se necesita estar preparado para un evento como este. Pero es difícil. En un mundo como en el que vivimos actualmente, el trabajo sigue ocupando una gran parte de nuestra vida. La idea — el prospecto — de perder algo a lo que le dedicas un tercio del tiempo que pasas despierto, es completamente abrumador.

    Además, como se mencionó arriba: cada quien lidia con esto como puede. No hay un playbook, o un set de pasos a cumplir para salir librado de una situación como esta. Lo laboral significa algo completamente diferente para cada quien: a algunos nos pega más que a otros. Así que creo que es responsabilidad de cada quien saber qué es lo que necesitamos para procesar el evento y metabolizar la experiencia.

    Finalmente, quiero aclarar que es prácticamente imposible capturar todo lo que pasa por nuestras mentes en situaciones como esta. Yo no tuve la oportunidad de reaccionar emocionalmente hasta que terminé de escribir este artículo, muchos días después: literalmente hice catarsis y me solté a llorar. Y fui de los afortunados que se quedaron — reconozco ese privilegio. Tan solo me puedo imaginar qué es lo que están pasando los que se fueron. A todos ellos, I’m here for you. ❤️

  • Por qué el standup meeting no funciona en tu equipo

    El standup meeting (o daily meeting) es una práctica común en la industria del software. Los miembros de un equipo exponen avances en su trabajo, usualmente respondiendo las siguientes preguntas: ¿qué hiciste ayer? ¿Qué vas a hacer hoy? ¿En qué estás atorado?

    La intención es integrar al equipo, revisar progreso, y desbloquear posibles trabas en el flujo de trabajo. Lo que realmente sucede es que entras a la llamada, pero únicamente pones atención cuando escuchas tu nombre, y durante el tiempo que te toca hablar. Fuera de eso, lo que dijeron tus compañeros te pasó de largo, y saliste de la llamada sin haber aprendido más de lo que ya sabías.

    ¿Te suena? A continuación quiero exponer algunos factores que tal vez no habías considerado, pero que están influenciando la forma en que tu equipo colabora. Al final, te comparto algunas preguntas para ponderar.

    El standup meeting en empresas que se dedican a terminar tareas

    Para una empresa que se dedica a terminar tareas, como una consultora, es tan importante cumplir con el plazo que le prometió a su cliente, que casi seguro el equipo va a tener un Project Manager asignado. Y seguro va a estar presente en el standup meeting.

    El PM, como tiene que reportar progreso, es el único presente y atento durante la duración completa de la llamada, mientras todos los demás se van pasando la batuta de la atención y presencia cada vez que les toca hablar — y únicamente cuando les toca hablar.

    Entras, esperas 10 minutos a que tus compañeros den su reporte de estado; cuando es tu turno, prendes tu micrófono y tu cámara, recitas lo tuyo, y vuelves a lo que hubieras preferido no dejar de hacer en primer lugar.

    De acuerdo con el PMBOK, el standup meeting es “una llamada colaborativa corta, en la que el equipo revisa progreso del día previo, declara intenciones para el día en curso, y resalta los obstáculos encontrados o anticipados”.  En realidad, cuando el standup meeting sucede en servicio de una sola persona, rara vez es corta o colaborativa.

    El rol del Project Manager en todo esto

    El standup meeting que más se practica en la industria es en servicio del PM, no del equipo.

    Desafortunadamente, el PM suele ser una figura contenciosa ante el equipo de desarrollo. Muchos desarrolladores ven a su PM no como un aliado, sino como un antagonista externo al equipo que pone los intereses de todos los demás — el cliente, finanzas, ventas — antes que el del equipo de desarrollo. No es respetado, sino temido. Y en algunos casos, hasta resentido.

    Ahora observa la dinámica del standup meeting a través de este lente. Si el único que realmente se beneficia de tener esa llamada es el PM, con todas las connotaciones antes mencionadas, no es de sorprenderse que tú y tu equipo vean esto como una enorme pérdida de tiempo. ¿Qué ganaste habiendo atendido esa llamada, y por qué le tienes que rendir cuentas a alguien externo?

    Este sentimiento de frustración puede crecer lentamente en el resto del equipo, hasta convertirse en un problema de desgaste crónico: burnout.

    Afortunadamente, la apreciación de la figura del PM es algo que se puede mejorar: si el PM busca maneras de integrarse más en el equipo, y demuestra que sí tiene sus intereses en mente; y si el resto del equipo amplía un poco sus perspectivas para entender los incentivos de la empresa que hacen que el PM se comporte de esa manera.

    Requiere tiempo, dedicación, e intención. Pero se puede.

    El standup meeting en empresas de producto

    Empresas que se dedican a resolver problemas (usualmente empresas de producto), en algunos casos, también se comportan como consultoras: optimizando para la finalización de tareas. Siguen los mismos patrones organizacionales que las consultoras (un PM por equipo, con standup meetings y Scrum), sin darse cuenta de que los incentivos bajo los cuales están operando son fundamentalmente incompatibles con cómo están organizadas.

    Desarrollar soluciones robustas es una labor altamente matizada y dependiente de contexto. Así que es probable que por varios días seguidos la contribución de alguien en el standup meeting será algo como “sigo investigando lo mismo de ayer”; las reuniones dedicadas a realmente avanzar la solución del problema involucran personas con el contexto necesario para apreciar los matices del problema.

    Rara vez, todo el equipo tiene algo que aportar ahí.

    ¿Entonces los equipos de producto no deberían de tener standup meeting?

    No quiero decir que los equipos de producto no deberían de tener llamadas para sincronizarse o colaborar. Quiero resaltar que seguir un formato y cadencia de llamada que dicta el libro de Project Management, sin considerar las implicaciones y necesidades del equipo, es una mala idea.

    En los equipos de producto más exitosos en los que he tenido el privilegio de participar como desarrollador no teníamos standup meetings diarios. Teníamos llamadas semanales donde se comentaban las cosas más importantes a nivel estrategia del producto: ¿qué hito estamos cerca de cumplir? ¿Quiénes se podrían ver afectados? ¿Tenemos los planes de lanzamiento listos?

    Como Engineering Manager, he traído esa práctica a mis equipos con un alto nivel de éxito. Los miembros del equipo se sienten con la autonomía y confianza de ejercer su juicio y sentido de agencia para comunicar lo que crean pertinente, sin forzar una estructura ante el equipo. Dejamos espacio para que sean las necesidades del equipo definir nuestras dinámicas.

    Por otro lado, trabajar en una empresa de producto que opera como consultora, de la manera más cuadrada posible, fue una de las experiencias profesionales más frustrantes y desmoralizantes de mi carrera.

    ¿Cómo hacer que los standup meetings sean útiles y aporten al avance de las iniciativas?

    Los standup meetings se usan sin realmente saber en servicio de quién — o qué — estamos teniendo la llamada. Y esto es un problema

    Así como cualquier framework en tu lenguaje de programación favorito, al momento de elegir alguna metodología de trabajo tienes que tener claro 1) qué problema estás intentando resolver, y 2) si realmente es un problema en primer lugar.

    Aquí te dejo algunas preguntas para ponderar. Si eres gerente, manager o director de la empresa:

    • ¿Cuáles son los incentivos de la empresa: terminar tareas, o resolver problemas?
    • ¿Está mi organización alineada de manera correcta con esos incentivos, o estoy queriendo forzar la metodología de trabajo?
    • ¿Los incentivos que influencian nuestra metodología de trabajo son los correctos?
    • ¿Cómo podemos balancear la relación del PM, en caso de que haya uno, con el equipo de desarrollo, y viceversa?

    Si eres desarrollador:

    • ¿Cómo puedo mantener al PM al tanto del progreso de mi trabajo sin necesidad de usar el standup meeting?
    • ¿Cómo puedo ser más proactivo en mi comunicación para que el PM no sienta que le estoy ocultando información?
    • Meta: ¿qué preguntas le puedo hacer a mi PM sobre su trabajo, para entender sus motivaciones y el contexto en el que él o ella tienen que ejecutar?

    Si eres Project Manager:

    • ¿Cómo puedo hacerle saber al equipo que mi trabajo es darle visibilidad y estructura al suyo?
    • ¿Qué puedo hacer para integrarme más al equipo y que no se me vea como un intruso que solamente llega a pedir cuentas?
  • Cómo identificar la experiencia en otros ingenieros

    ¿Cómo saber que alguien no tiene mucha experiencia haciendo lo que hace? Porque constantemente está subestimando el esfuerzo o la complejidad de las cosas que quiere hacer.

    Algunas frases características de alguien nuevo haciendo software:

    • Yo podría hacer este sistema completo en un fin de semana si me lo propusiera.
    • Esta solución es estúpida, hay una manera más óptima de hacerlo.
    • Mañana queda, solo hace falta implementar los manejadores de errores.
    • ¿Por qué decidieron usar esta tecnología habiendo una más nueva?
    • Si yo estuviera a cargo, nunca habría elegido esa plataforma. Hay opciones mucho más escalables y con mejor soporte.

    Una marca infalible para identificar que alguien tiene experiencia haciendo lo que hace — sobre todo si eso es software — es que aprecia que todo sistema se puede romper o fallar, dependiendo del contexto en el que está desarrollada la solución. Se aproxima al problema con un sentido de curiosidad, no de juicio, para entender por qué se tomaron las decisiones que se tomaron, y el contexto dentro del cual se diseñó la solución.

    La experiencia informa sus estimaciones y proyecciones de éxito. Hace espacio para tomar en cuenta cómo se debería de comportar la solución cuando pase “lo que no debería de poder pasar”.

    Mientras más experiencia adquieres en la industria del software, más logras apreciar que no existen soluciones perfectas: únicamente existen soluciones para las cuales todavía no se encuentran deficiencias.

    Por algo se dice que el único trabajo de un Ingeniero Senior, es decir, “depende”.

  • Gatekeeping: qué es, cómo identificarlo, y cómo combatirlo

    Gatekeeping. Cuidar ranchos. Creer que la forma en que tú ves el mundo es la única válida que existe. Y activamente invalidar las perspectivas de otras personas.

    Me gusta hablar del gatekeeping. Para mi sorpresa, cada vez que lo menciono, me preguntan a qué me refiero con “gatekeeping” o “cuidar ranchos”. Estoy escribiendo este artículo con dos objetivos; 1) tener un enlace para enviar la próxima vez que me pregunten, y 2) generar un poco más de conciencia al respecto — porque pienso que hace falta.

    Como muchos fenómenos sociales y culturales, promovemos o padecemos el gatekeeping sin saberlo — porque nadie nos explicó que existía, y simplemente somos víctimas… o victimarios. Sucede lo mismo con el gaslighting, por ejemplo.

    El gatekeeping es una de las principales razones por las que las comunidades de tecnología se pueden sentir tan hostiles y cerradas para las personas que están intentando incursionar en este mundo. Viene de la noción de que “si me costó tanto trabajo a mí, no debería ser más sencillo para ti”, acompañado de un toque de narcisismo al asumir que la otra persona quiere exactamente lo mismo que tú — o que desea obtener exactamente tus mismos resultados.

    Hacer gatekeeping es estar tan envuelto en tu propia idea del mundo, tu craft o tus gustos, que ignoras los deseos, necesidades y perspectivas de las personas que te rodean. Antepones tu versión de lo que es “correcto” a tus supuestas ganas de “apoyar”, y terminas compartiendo respuestas condescendientes, que lo único que hacen es hacer sentir mal a la persona, que lo único que quería era tu ayuda.

    Sufrir del gatekeeping, en contraste, no te hace sentir superior ni valida tus ideales. Al contrario, te hace sentir mal, te hace dudar de tus habilidades y tu potencial. Te hace creer que no vas por el camino adecuado, y refuerza en ti la idea de que hay una única forma “correcta” de hacer las cosas, lo que es completamente erróneo. Sufrir del “cuidarranchismo” también es desalentador y te puede llevar a resentir la ayuda de aquellos que genuinamente quieran ayudarte.

    Qué hacer para combatir el gatekeeping

    gatekeeping en la industria del software

    Si te das cuenta de que cuidas ranchos: felicidades, acabas de completar el paso más difícil. Ahora es momento de hacer cambios en cómo te conduces. Primero, cuando alguien te pida ayuda (o quieras dar un consejo espontáneo), hazte las siguientes preguntas:

    • ¿Reconozco que la otra persona tiene un objetivo muy particular que no necesariamente tiene que ver conmigo y mi historia?
    • ¿Comprendo las necesidades, capacidades y situación de la otra persona?
    • ¿Tengo la claridad mental necesaria para compartir mi aporte sin intentar validar mi preconcepción personal de lo que es correcto o válido?

    Segundo, recuerda que si hay algún ambiente en el que haya respuestas absolutas y 100% correctas, no es en el mundo de la tecnología. Lo que hoy es aceptado, mañana puede ser considerado una mala práctica. Una de las características más importantes para trabajar en esta industria es tener la mente abierta.

    Tercero, haz las paces con tu antiguo yo que hacía gatekeeping y se sentía orgulloso por ello.

    Está bien: parte del proceso de crecer personal y profesionalmente es darte cuenta de lo que está mal y no aporta, y hacer algo al respecto. Y en eso estás, así que date la oportunidad de reconciliarlo y seguir adelante.

    ¿Y si soy víctima del gatekeeeping?

    Si eres víctima de un cuidarranchos, debes de saber que no es tu culpa. Esta industria está llena de personas con hábitos reduccionistas y absolutistas, y no eres la única persona que está pasando por esto. Puede sonar como justificación para su comportamiento, pero no lo es.

    Así como hay muchísimas personas en tecnología que basan su identidad en estar bien y promover estas prácticas, hay otras tantas que estamos jugando juegos infinitos, con ganas de ver a nuestros colegas crecer. Me atrevería a decir que somos más los que genuinamente queremos darte las herramientas para que salgas a hacer lo que tienes que hacer.

    Primero, asimila este concepto y agregarlo a tu vocabulario. También, hazte el hábito de identificar los indicadores de que estás lidiando con un cuidarranchos, y de que deberías de enfocar tus energías en buscar otro lugar para pedir ayuda:

    • Te quieren vender una única idea de cómo hacer las cosas
    • Te chantajean mencionándote cómo podrías fallar si no usas lo que ellos te recomiendan
    • Hacen menos las contribuciones de otras personas en la industria a diestra y siniestra
    • Cuando, salen a respingar cuando dices que deberías agregar documentación a tu código, y no únicamente escribir código que se documente solo.)

    Segundo, ayuda a que más personas se hagan conscientes de esto. Mientras haya más personas con la conciencia de lo que hacer gatekeeping representa, será mucho más sencillo sacar a flote estas discusiones. Esto es importante porque creo que nos merecemos tener espacios seguros donde podamos sentirnos respaldados por una comunidad que nos quiera ver crecer.

    Si detectas que alguien está haciendo gatekeeping, hazlo notar.

    Haz ruido, levanta la voz, hazles ver lo que está sucediendo. Si estás en una posición de liderazgo en la que puedas tomar acciones concretas al respecto, hacerlo es tu responsabilidad.

    Da feedback, modera, lidera. Y si ni explicando razones se remedia la situación, ahí no es.

    En conclusión…

    Saber lo que es el gatekeeping no es una licencia para que agregues un buzzword tech a tu vocabulario y sigas como si nada. Lo que diferencia a los humanos del resto de los animales es nuestra habilidad de ponerle nombre a las cosas. Hemos desarrollado un lenguaje que nos permite comunicarnos, establecer reglas y llegar a acuerdos. La principal motivación de ponerle nombre a las cosas es poder explicarlas, estudiarlas y mejorarlas. Así que ahora que sabes lo que es, que existe y por qué es importante compartirlo, también tienes la responsabilidad de hacer algo al respecto.

    En resumen

    • ¿Quieres de verdad llegar a ser un 10X Developer? Deja de cuidar ranchos.
    • ¿Quieres hacer algo por tu comunidad? Ayuda a un cuidarranchos a dejar esos modos.
  • Soft Skills que aprendes en tu primer año haciendo software

    En una publicación en Medium, Anish, un recién graduado de un bootcamp, nos cuenta los Soft Skills que ha aprendido en su primer año como ingeniero de software. Un poco de historia:

    A veces no puedo creer que en mayo de 2022 prácticamente no sabía nada sobre ingeniería de software (aparte de ser un auténtico experto en hacer que mi computadora diga ‘¡Hola, mundo!’). Avancemos rápidamente hasta hoy, y llevo más de 1 año en mi carrera profesional como ingeniero de software en una agencia creativa, y puedo decir con seguridad que estoy disfrutando cada segundo de ello.

    A continuación, te dejo algunos extractos de las cosas que más resonaron conmigo.

    Mentalidad de constante crecimiento

    La mentalidad de crecimiento (o growth mindset, como también se le conoce), te invita a darte cuenta de que cualquier cosa que parezca difícil en primera instancia, es algo que eventualmente puedes dominar. Siempre y cuando le pongas la dedicación adecuada.

    Desde que conseguí mi primer trabajo como desarrollador, he estado constantemente expuesto a nuevas ideologías, tecnologías y conceptos casi todas las semanas. Sin adoptar una mentalidad de crecimiento, tener tantos temas diferentes que aprender puede sentirse abrumador e incluso desafiante en ocasiones, especialmente viniendo de un bootcamp.

    También comenta sobre la importancia de poner las cosas en perspectiva, y que la visibilidad a largo plazo también es clave para darte cuenta de cuánto has crecido:

    …el crecimiento es una serie de altibajos, pero si observas el panorama general y te mantienes firme, dentro de 10 años tu conjunto de habilidades seguramente te sorprenderá.

    Habilidades fuertes de comunicación son clave

    Cómo trabajar en un equipo pequeño hace que la comunicación efectiva sea un factor clave para tener éxito y seguir creciendo:

    Trabajar en una empresa pequeña, con un equipo de desarrollo de 3 personas (que incluye a dos directores generales), hace que mis responsabilidades sean mucho más claras, por lo tanto, mis habilidades de comunicación con mis directores, gerentes de proyectos, ejecutivos de nivel C y clientes deben ser elevadas, precisas y claras.

    Este punto me pareció particularmente importante:

    El resultado de comunicar de manera efectiva permite a la empresa tener una idea más clara de cómo avanza un proyecto, si existen obstáculos y si lo entregaremos a tiempo.

    Entre desarrolladores existe el chiste de que los Project Managers saben decir una sola frase: ¿cómo vamos? Hasta memes hay. Si tú eres uno de esos, te pregunto: ¿no será que tú tienes que mejorar tus habilidades de comunicación para que no te tengan que estar preguntando cómo vas a cada rato?

    Las oportunidades que te va a dar ser parte de un equipo

    Trabajar con otras personas no es lo mismo que trabajar en equipo. Anish explica:

    Ya sea en un evento social del equipo, reuniones sociales de la empresa, un evento organizado por un colega, o simplemente almorzando con diferentes departamentos, es importante conocer a otras personas en la empresa.

    He aprendido mucho de todos aquí. No sabía lo que era la redacción publicitaria hasta que hablé con nuestro departamento de redacción.

    Ahora que Anish sabe que existe algo que se llama Copywriting, puede explorar otra perspectiva que aumentará el valor de sus contribuciones más allá de escribir código. Lo mismo pasa cuando hablas con gente de negocio, marketing, operaciones, y demás.

    Desarrollar software se trata de resolver problemas para personas. Mientras más herramientas tengas para ver esos problemas desde diferentes perspectivas, más oportunidades vas a tener de hacer un impacto real.

    Saber en qué necesitas mejorar

    Ejercicio de humildad, sí. Esta es la actitud correcta (y otra vez, growth mindset):

    Básicamente, soy un ingeniero de software de nivel intermedio ahora. Trabajo de manera autónoma en su mayor parte, he comprendido cómo leer la documentación minuciosamente, mis habilidades de comunicación son excelentes, y he contribuido en varios proyectos divertidos e innovadores. Sin embargo, las oportunidades siempre superan a mis éxitos, y eso está bien, porque estoy comprometido a seguir aprendiendo.

    Y reconocer que el síndrome del impostor es algo con lo que vamos a tener que aprender a vivir:

    Los sentimientos de síndrome del impostor vienen y van hasta el día de hoy, incluso después de haber estado un año en mi carrera y estar al borde de ser un ingeniero de nivel intermedio. Estoy aprendiendo que abrazar el síndrome del impostor es parte del camino y que no estoy solo.

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