La “industria de la tecnología” ya no existe

En 2024, encontrar trabajo en la industria de la tecnología es más difícil que nunca. Y creo que es porque ya no existe una tal “industria de la tecnología.”

Déjame explicarte, empezando por entender qué es (o era). En este artículo, te hablaré de:

  1. Cómo nació la industria de la tecnología
  2. Cómo funcionaba en su momento
  3. Por qué era más sencillo encontrar empleo antes
  4. La influencia de la pandemia en el mercado
  5. El nacimiento de las empresas edtech y bootcamps
  6. Cómo cambiaron los objetivos de las empresas
  7. El impacto de la IA, y lo que nos depara el futuro

Comencemos.


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Cómo nació la industria de la tecnología

Para el 2009, cuando yo comenzaba mi carrera profesional, el iPhone había desatado la competencia por alcanzar la siguiente frontera de la tecnología: los dispositivos móviles.

Gracias al iPhone nacieron gigantes de la industria como Instagram, Snapchat, WhatsApp y Uber. También gracias a esta revolución, se aceleró el crecimiento de Facebook, Google, y Amazon.

Al mismo tiempo, durante los primeros años de la década del 2010, tomó vigor la revolución que eventualmente dio origen a lo que conocimos como “industria de la tecnología”.

¿Cuál era la característica principal de esta industria? Que tenía un único objetivo: crecer a toda costa.

Crecer a toda costa

De 2009 a 2018, no se necesitaba tener un negocio para hacer dinero. Necesitabas una idea —no necesariamente buena— y alguien que te diera dinero para implementarla. La cultura startup se cimentó, y muchísimos emprendedores comenzaron a “bajar dinero” para desarrollar un producto —lo que fuera— que encontrara product market fit.

Primero desarrollaban una solución —o una tecnología—, y luego veían si había espacio para ello en el mercado.

Y la forma de encontrar ese espacio en el mercado era buscar crecer a toda costa. Mientras más usuarios adquirieran, y la retención se mantuvieran estable o al alza, estaban haciendo las cosas bien.

Si no, había que pivotar: cambiar el producto, la estrategia, o el problema que estaban intentando resolver (aunque muchas veces no hubiera uno, en primer lugar). Twitter comenzó como una aplicación de podcasts llamada Odeo, Instagram como una aplicación para entusiastas del vino llamada Burbn. Y así muchísimas más.

Así funcionó el ecosistema por mucho tiempo. Porque los incentivos estaban alineados para que así fuera.

Después de la crisis económica de 2008, Estados Unidos buscó hacer que fluyera el dinero, bajando las tasas de interés de los préstamos. De repente, pedir dinero prestado para invertir era muy barato. De esta forma, personas acaudaladas, y con buen apalancamiento, pudieron “apostar” por diferentes jugadores, esperando que uno de ellos eventualmente saliera a la bolsa o fuera adquirido por algún competidor.

A esto se le llama “tener un exit”. Twitter eventualmente salió a la bolsa, mientras que Facebook compró Instagram por mil millones de dólares en 2014, aunque no hubiera generado un solo dólar de retorno durante los años que operó de manera independiente. Pero tenían buena tecnología, y product market fit. WhatsApp. Uber y Snapchat — muchas de las aplicaciones que hoy das por sentada tienen una historia similar.

Encontrar empleo en la industria de la tecnología era más sencillo

Trabajar en una startup, donde probablemente tienes una deuda encima en vez de un modelo de negocios sostenible, es una carrera contra el tiempo.

Se vive al día. Y para sobrevivir necesitas ingenieros e ingenieras excelentes en su craft, que puedan pivotar cuando sea necesario.

Así que las reglas del juego estaban claras para las personas que querían trabajar en esta industria: preocúpate por ser el mejor en tu craft y desarrollar tus habilidades técnicas, porque por eso te van a pagar — aunque la empresa para la que trabajes no esté generando un solo dólar de retorno.

En esencia, de 2010 a 2019, la industria de la tecnología premió a las personas con excelencia técnica. Esto, aunque no tuvieran habilidades de crecimiento profesional, y muchas veces ni siquiera un interés por el problema que estaban intentando resolver.

La pandemia aceleró la muerte de la industria de la tecnología

En 2020, las cosas cambiaron.

Millones de personas que tenían empleos “tradicionales” se encontraron en una situación extremadamente difícil. Sin poder salir a la calle sin arriesgar su vida, muchísimas personas vieron a la industria de la tecnología como su salvación.

Para este punto, los que trabajábamos desarrollando software, como grupo, nos habíamos creado una reputación de tener sueldos estratosféricos y beneficios irreales por hacer un trabajo que aparentaba no requerir tanto esfuerzo.

Las personas que trabajamos en esto sabemos que sí hay complejidad en lo que hacemos. Pero para alguien que trabaja a rayo de sol usando su cuerpo, ganando una fracción de lo que nosotros ganábamos, la oportunidad era obvia.

Entonces se crearon las condiciones ideales para que naciera una nueva industria: la industria de la educación tecnológica, o edtech.

El efecto de las empresas edtech y bootcamps

De la noche a la mañana, apareció un nuevo demográfico listo para ser explotado: personas que querían aprender a programar porque 1) se habían quedado sin trabajo, y 2) habían visto a la gente que trabajábamos en tecnología hacer dinero a lo idiota durante los últimos 10 años.

Así nacieron docenas bootcamps y “comunidades” (que en realidad no eran más que empresas de colocación de talento) de la noche a la mañana.

Estas empresas vieron una oportunidad en un mercado que estaba sufriendo. Tomaron ventaja de ello prometiéndole a alguien que nunca en su vida había escrito una sola línea de código, que encontraría trabajo en una empresa de tecnología top con un entrenamiento de 8 semanas.

Durante los siguientes dos años, las empresas edtech presumían cuántos graduados colocados tenían. “Miles de personas ya encontraron trabajo en tecnología gracias a nuestro bootcamp”.

Y en efecto, estos miles de personas significaron una inyección de talento al mercado laboral. Esto rompió el equilibrio que había hecho que las cosas “funcionaran” hasta ese momento.

A inicios de los 2010, teníamos un mercado con una gran demanda por personas adeptas en ciertas tecnologías y una oferta de trabajo que lo podía sustentar. Diez años después, nos encontramos con una alta oferta de personas medianamente capacitadas, y una demanda de trabajo que estaba a punto de desplomarse.

Las empresas pasaron de buscar crecimiento, a buscar rendimientos

En 2020 y 2021, el gobierno de Estados Unidos imprimió trillones de dólares para evitar que la economía colapsara por los efectos de la pandemia. Este movimiento fue criticado, pero algunos dicen que era necesario.

Eventualmente, las consecuencias nos alcanzaron. La inflación se disparó en 2022 gracias al exceso de dinero en circulación. El gobierno tuvo que tomar medidas para controlarla, y subieron las tasas de interés de nuevo. Pedir dinero prestado ahora era más caro.

Inflación en EE. UU. y su relación con la industria de la tecnología.
Inflación en EE UU y su relación con la industria de la tecnología

Los inversionistas tuvieron que comenzar a “apretarse el cinturón” porque equivocarse ahora les saldría más caro. La presión también llegó a las empresas, principalmente a las startups, a través de la deuda que habían adquirido.

Virtualmente de la noche a la mañana, miles de empresas pasaron de buscar cómo crecer a toda costa, a buscar cómo comenzar a generar ganancias — sin, o con muy poco margen de error.

Y para generar ganancias hay dos opciones: vender más, o gastar menos. Y como en la mayoría de las empresas el costo más alto es el del personal, te puedes imaginar qué fue lo que pasó.

Layoffs. Layoffs por todos lados.

El mercado laboral también es un mercado

El mercado laboral tiene las mismas dinámicas que cualquier otro mercado.

Una demanda alta de un recurso que tiene poca oferta, genera precios altos.

Oferta alta de un recurso que tiene poca demanda, hace que los precios se vayan al suelo.

La tormenta perfecta se creó: las empresas comenzaron a ser más conscientes de sus gastos, al mismo tiempo que incrementó la oferta de personas medianamente capacitadas. Entonces los sueldos bajaron, y las personas que encontraron trabajo lo hicieron con sueldos de una fracción de lo que se veía en 2018.

En ese sentido, muchas personas que entraron a un bootcamp con la promesa de ganar mucho dinero, se sintieron decepcionadas.

En una línea de tiempo paralela, la inteligencia artificial se estaba haciendo cada vez más popular y poderosa. Así que ahora las personas buscando trabajo no solamente tienen que competir contra un ejército de egresados de bootcamps y con ingenieros de alto calibre que habían sido despedidos. También compiten con la IA, que hace que muchos de los procesos para los que anteriormente una empresa hubiera contratado a un programador, ahora estén automatizados.

¿Qué era, entonces, la industria de la tecnología?

En retrospectiva, creo que a lo que por mucho tiempo le llamamos “industria de la tecnología”, no era más que un conjunto de factores que hacía que fuera más valioso saber cómo hacer las cosas, que preocuparte por el qué.

En la industria de la tecnología, lo que importaba era tener habilidades técnicas suficientemente desarrolladas y sólidas en una tecnología particular, para que pudieras pivotar de ser necesario.

Nos pagaban por crear soluciones primero, y luego buscar problemas.

¿Qué significa esto para las personas buscando trabajo en tecnología en 2024?

Hoy en día las empresas sí tienen un problema: que necesitan generar dinero. Y lo van a hacer de la manera que les sea posible.

Creo que esto significa que las empresas…

  • Van a aprovechar la sobreoferta de desarrolladores medianamente capacitados, porque son más baratos.
  • Van a dejar de enfocarse en hacer tecnología, y más bien en resolver problemas de negocio fundamentales (comprar soluciones, en vez de desarrollarlas en casa).
  • Van a pagar los grandes sueldos y beneficios a personas que sepan hacer algo más que simplemente escribir código: a personas que tengan algo tangible que aportar al negocio.

El panorama laboral para las personas que únicamente saben programar se ve cada vez más complicado.

El ciclo se repite: la nueva versión de la industria de la tecnología

El ciclo que describí en los párrafos anteriores está sucediendo de nuevo, frente a nosotros. Solamente que ya no le llamamos “industria de la tecnología”. Le llamamos “la revolución de la IA”.

Piénsalo: los mismos incentivos están en juego. No importa para que desarrolles tu IA, importa que lo hayas hecho, y luego que busques cómo hacer dinero.

La IA, en sí, es bastante útil. Pero creo que va a suceder lo mismo que sucedió hace unos años; tal vez más rápido. Las personas que llevan años desarrollando inteligencia artificial van a tener — están teniendo — por fin sus años de bonanza. Mientras que muchísimas personas están corriendo para subirse al tren y volverse competentes en el área.

Eventualmente, las dinámicas de mercado volverán a hacer lo suyo, y la oferta va a sobrepasar la demanda, y volveremos a comenzar con una nueva industria, un nuevo juguete, la siguiente gran creación (¿tal vez ahora sí sea VR?).

Qué nos depara el futuro

Los Increíbles es una de mis películas favoritas. Y en ella hay una línea que creo describe a la perfección el ciclo que te acabo de explicar.

Hacia el final de la película, cuando Síndrome por fin logra atrapar a Los Increíbles, vuelve a monologar:

… Y viejo y habiéndome divertido, todos mis inventos los venderé para que cualquiera pueda ser superhéroe. Todo el mundo se convertirá en súper.

Y cuando todos sean súper… nadie va a ser.

Cuando todo mundo sabe hacer algo, ese algo deja de ser especial. Si a eso le sumas las dinámicas de mercados, lo que está pasando tiene todo el sentido del mundo.

Esto significa que si te llama la atención trabajar con tecnología, hoy más que nunca tienes que desarrollar tus habilidades de crecimiento, comunicación, liderazgo — tus soft skills. Porque tus habilidades técnicas ya no van a ser suficientes.

Además, creo que vale la pena ver un poco más allá de la tecnología que quieres aprender, o en la que eres proficiente. Hoy en día la tecnología está tan democratizada, que ya tampoco es suficiente decir que quieres trabajar con una tecnología en particular. Ahora también tienes que preguntarte qué tipo de problemas quieres resolver con esa tecnología.

Desarrollar el sentido de resolución de problemas para negocios y personas, más allá de la tecnología con la que lo hagas. Esa será tu ventaja competitiva.

Adelante.

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