• Empresas de E.E.U.U buscando devs en México

    En Reddit, me encontré una pregunta de alguien que tiene una empresa en EE. UU., y pide consejo sobre cómo conectar con desarrolladores en México:

    Tienes algún consejo o recomendación sobre cómo contratar ingenieros a tiempo completo en México? Estoy empezando a hacerlo y agradecería cualquier consejo que tengas (escuelas destacadas, consejos para encontrar talento, bolsas de trabajo donde puedo publicar, etc.)

    Creo que depende mucho de qué es lo que quiera hacer a mediano/largo plazo, porque las estrategias se pueden ver muy diferentes. Y esto aplica para ambos lados de la ecuación.

    La empresa de EE. UU. que busca devs en México

    Considera el giro del negocio, y la motivación para contratar gente en México. Lo puedo ver a través del lente de consultoras vs. empresas de producto.

    Si es una consultora, y nada más está buscando mano de obra más económica, pues el approach podría ser mucho más relajado: busca comunidades locales, y patrocina algunos de sus eventos.  Lo puedes hacer hasta de manera remota. Esto también te da mucha más flexibilidad y apertura, porque ni siquiera tienes que hacerte presente, así que no nada más puedes buscar en el mercado de México, sino de toda Latinoamérica.

    Para una empresa de producto que está buscando expandir y diversificar su talento, la estrategia se puede ver muy similar de inicio. Encuentra un meetup y patrocina unos eventos, sí. Pero también hazte presente y trae a alguien más de tu equipo para hacer conectes. Déjale ver a la comunidad que vas en serio, y que estás apostando por talento local. (Así conseguí mi primera chamba para una startup de San Francisco.)

    Para empresas de producto, también es importante no pensar solamente en cómo contratar desarrolladores, sino cómo mantenerlos. Hablamos de probablemente tener una entidad legal en México, ofrecerles beneficios, paga competitiva, oportunidades de crecimiento profesional, entre otros. Contratar es lo fácil.

    El dev de México que busca chamba en EE. UU.

    De este lado, también hay algunos matices que considerar.

    Si eres uno de esos a los que le gusta coleccionar chambas y trae de a 3 al mismo tiempo, es un approach muy diferente a alguien que le está tirando a hacer una carrera a largo plazo en un dominio específico.

    Los busca chambas 3000 van a priorizar las oportunidades que paguen más con la mayor flexibilidad posible. Por ejemplo, un proceso de entrevistas meticuloso, tener que estar en llamadas, o con disponibilidad en cierto horario, pueden ser factores que hagan que ni siquiera consideren una oportunidad.

    Pero alguien que tiene una visión de crecimiento profesional a largo plazo, podría considerar una oportunidad con los mismos requerimientos de manera más seria — siempre y cuando esté alineada con lo que esta persona quiere.

    ¿Entonces?

    Al final de cuentas es un juego de oferta y demanda, como en cualquier mercado.

    Y para que no te vendan gato por liebre, primero tienes que saber por qué quieres una liebre, cómo distinguirla de un gato, y, lo más importante, a dónde ir a buscarla. Porque si buscas liebres donde hay puros gatos, adivina qué vas a obtener.

  • Sí hay candidatos buenos. Somos malos reclutando.

    Juan Montilla, en LinkedIn:

    … solo descartar un entrevistado porque no logra hacer un Algoritmo Sort tipo: Selección, Inserción ó no sabe crear un Árbol Binario Invertido, pero conversando sabe hacer:

    • API
    • Deployment en Cloud
    • CI/CD
    • Docker

    Pregunto: ¿Por qué no tomarlo? si para la vacante no va a estar haciendo rectos algorítmicos complejos.

    Hay empresas que dicen que quieren contratar a los mejores, pero su definición de “mejor” no está para nada asociada con la realidad del trabajo del día a día. Juan continúa:

    Entonces dicen: “Nos cuesta reclutar”, y surgen comentarios que: “los Bootcamps no sirven y las Universidades tampoco”.

    Realmente lo que no funciona, es el proceso de entrevista de N entidades.

    Es un excelente punto, pero creo que no es el que Juan está queriendo hacer.

    Pensar que un recién salido de un bootcamp (o de una universidad, vaya) va a poder diseñar un proceso de reclutamiento que tome en cuenta todos estos matices de desarrollo profesional está en al nivel de ingenuidad que las empresas que entrevistan con algoritmos cuando únicamente hacen CRUDs.

    Irónicamente, en mi experiencia, son precisamente este tipo de empresas las que dejan a sus propios ingenieros diseñar el proceso de entrevistas, y delegan completamente esta responsabilidad a gente que no está capacitada para asumirla.

    Sucede así: una empresa contrata a un ingeniero que, por suerte, es muy bueno tirando código. Y si es bueno tirando código, naturalmente también será bueno filtrando candidatos (¡dhu!). Entonces, de repente, el ingeniero bueno tiene la validación de su empresa para emitir un juicio sobre los candidatos que llegan a tocar sus puertas. Y hay de dos: o el candidato es muy bueno, o incluso mejor que el que lo está entrevistando, y decide no contratarlo porque pone en riesgo su estatus dentro de la compañía; o no es tan bueno técnicamente como el entrevistador, y aprovecha la oportunidad para masajear su ego.

    “Lo siento, jefe, no nos llega ningún candidato bueno.”

    Que entre líneas es un “yo soy el mejor” disfrazado.

    En un artículo pasado, escribí:

    El gatekeeping es una de las principales razones por las que las comunidades de tecnología se pueden sentir tan hostiles y cerradas para las personas que están intentando incursionar en este mundo. Viene de la noción de que “si me costó tanto trabajo a mí, no debería ser más sencillo para ti”, acompañado de un toque de narcisismo al asumir que la otra persona quiere exactamente lo mismo que tú — o que desea obtener exactamente tus mismos resultados.

    Y creo que ese es el problema que se tiene que resolver.

    ¿De quién es la responsabilidad, entonces? Del equipo de liderazgo: del CEO, del CTO, del CPO, de los directores de área — de la persona que decide que la empresa necesita contratar a alguien más. Porque si están en esa posición, se podría asumir que es porque son expertos en los aspectos humanos del trabajo, y no nada más de la parte técnica. Son las personas en esta posición las que tienen que involucrarse activamente a definir los procesos, y asegurarse que las expectativas de las personas que los están implementando están claras.

    Sí, los procesos pueden ser deficientes. Y si lo son, es porque los que deberían de asegurarse que los incentivos estén alineados no están haciendo bien su chamba.

  • Soy tech lead, pero parece que lo que hago afecta más de lo que ayuda

    Juan R., de CDMX, me envía esta pregunta:

    Soy tech lead en una fintech emergente en la Ciudad de México. En los últimos meses, he notado que no estoy logrando un buen equilibrio entre liderar a mi equipo y continuar con mis responsabilidades técnicas directas. Por ejemplo, una semana puedo pasarla completamente en reuniones, gestionando retros, planificando sprints y alineando al equipo con el producto, pero eso me deja muy poco tiempo para hacer revisiones de código o trabajar en las implementaciones técnicas avanzadas. Luego, cuando trato de enfocarme en respaldar técnicamente a mi equipo, termino descuidando los aspectos de liderazgo y comunicación, lo que afecta la entrega de proyectos e impide que los más juniors crezcan adecuadamente.

    Esta situación me tiene bastante frustrado, porque siento que en ambos frentes estoy fallando. Mi jefe me dio excelentes comentarios sobre mi capacidad para gestionar, pero señaló que descuido las revisiones técnicas y, si no mejoro en eso, podríamos cometer errores que afectarán al equipo. Pero cuando invierto tiempo en lo técnico, noto cómo algunas dinámicas del equipo se resienten (la comunicación se estanca o fallamos en la entrega de ciertos backlog tasks). Entonces, me pregunto: ¿cómo puedo encontrar una estructura o flujo que me permita balancear mejor ambas responsabilidades y dejar de sentir que siempre hay algo (o alguien) que está siendo desatendido?

    ¡Felicidades, eres víctima de tu propio éxito!

    Ya, en serio: quiero honestamente felicitarte porque parece ser que eres muy bueno en ambos aspectos de tu trabajo, lo cual ya es de admirar.

    Lo primero que me gustaría saber es si el rol de “tech lead” está bien definido dentro de tu organización, y cuál es la diferencia de expectativas entre esa posición y la de un Engineering Manager. Diferentes organizaciones tienen diferentes expectativas para estos roles que requieren un poco más de seniority, y sería importante saber cuál es el contexto en tu situación particular.

    Por lo que me comentas, me atrevería a asumir que en tu organización no existe un rol de Engineering Manager, y que toda la responsabilidad, tanto del equipo, como proyectos y entregables, se la recargan al líder técnico. Además, me atrevería a asumir que le reportas a alguien que está supervisando muchos equipos — probablemente un director de área.

    Tomando eso en cuenta, creo que lo que te está pasando es un caso de “el que mucho abarca, poco aprieta”. Y no digo que necesariamente sea tu culpa: puede ser que la estructura organizacional y expectativas de tu rol te hayan puesto en esta situación.

    Pero aquí no echamos culpas. Aquí nos hacemos responsables. Así que toca buscar cómo darle la vuelta.

    Si yo fuera tu manager, primero te invitaría a que revisáramos las responsabilidades de tu rol para tener claridad de las expectativas.

    Segundo, me pondría a trabajar mucho contigo en desarrollar tus habilidades de liderazgo y de delegar responsabilidades.

    Tu jefe tiene razón al decir que si descuidas las revisiones técnicas podrían cometer errores que afecten al equipo. También yo podría argumentar que el hecho de que tú seas el único que puede revisar el trabajo de tus compañeros les quita la oportunidad de desarrollar esas mismas habilidades que te llevaron a ti a ser tech lead.

    Lo que está pasando es que estás siendo un cuello de botella para tu equipo. Y en el proceso te estás quemando.

    Esto me queda claro cuando mencionas que cuando le dejas de poner atención a un área de tu equipo, se nota que los procesos y rutinas comienzan a fallar. O tienes demasiadas responsabilidades a tu cargo; o el equipo no tiene claras cuáles son las responsabilidades compartidas que tienen.

    En cualquiera de las dos, tú estás en medio, y como su líder, es tu responsabilidad identificar el problema y resolverlo.

    Ahora, cuando hablo de “aprender a delegar” no quiero decir “tienes que aprender a asignar tareas a otras personas”. Delegar se trata de transferir responsabilidades, no tareas, a otras personas. Y para tener éxito delegando, tienes que asegurarte que la persona a la que le estás dando esa responsabilidad está capacitada para cumplirla. He dicho anteriormente que una de las cosas que menos me gusta de ser Engineering Manager es que no puedo resolver problemas de personas a través de un Pull Request, y estás a punto de entender por qué. Porque el problema que tienes ahorita, no se va a resolver hoy o mañana, sino dentro de unos cuantos meses de prueba y error, donde poco a poco vas a involucrar cada vez más a los miembros de tu equipo en las tareas que actualmente dependen completamente de ti.

    Identifica cuáles responsabilidades y procesos están actualmente atados a tu presencia. Recluta a alguien de tu equipo que esté interesado en crecer en esa área, y comienza a hacerle shadow. Dale feedback, y ayúdale a sentirse más cómodo con sus habilidades. Establece una cadencia para darle seguimiento y procurar su mejora continua.

    Durante este proceso, también te vas a encargar de crear un ambiente de responsabilidad compartida dentro de tu equipo. Procurar que todos tengan un sentido de “ownership” de las metas a las que quieren llegar. Les vas a hacer saber, y a demostrar, que sí, tú eres el tech lead, pero la satisfacción de un trabajo bien hecho es de ellos.

    No va a ser fácil, ni rápido. Como dice el dicho, “se va a poner peor antes de que mejore”. Pero si lo que estás buscando es un cambio a largo plazo, este es el camino. No solamente estarás más tranquilo sabiendo que el equipo no depende de que tú estés presente para cumplir sus metas. También sentirás una gran satisfacción al saber que no estás entregando a tiempo, sino que también estás ayudando a crecer profesionalmente a las otras personas de tu equipo.

    Así que mi recomendación es que comiences de ya. Aquí hay algunos libros que te podría recomendar para que continúes explorando estas ideas más en profundidad:

    ¡Éxito!

  • El impacto del código que escribes

    No importa si tu trabajo es escribir código, diseñar interfaces, o crear pruebas. La única razón por la que tienes un empleo, es porque le estás resolviendo un problema a una persona.

    Si pierdes el foco del impacto y de la importancia de tu trabajo, vas a comenzar a creer que lo más importante está en la tecnología, en la implementación. Y sí, es importante, pero es solo la mitad de la ecuación.

    Tu solución, por sofisticada que sea, no vale absolutamente nada por sí sola. Únicamente se vuelve valiosa cuando toca a otras personas: porque le resolviste el problema a tu usuario; porque le hiciste la vida más fácil a tus compañeros; porque ayudaste al negocio a acercarse más a sus metas.

    Tirar código es divertido y mentalmente estimulante, sí. Hacerlo en servicio de otros, lo es todavía más.

    ¿Qué impacto va a tener el código que escribas hoy?

  • Cómo destacar como ingeniera de software en un mercado globalizado

    Como el correo de ayer tuvo una excelente respuesta, ¡vamos a seguirle con “Pregúntale a Swanros”!

    Recuerda que me puedes mandar tu pregunta llenando este formulario.

    La que voy a responder hoy viene de Sofía, de Guadalajara, México:

    Me gustaría saber cómo puedo desarrollar mi marca personal como ingeniera de software en un mercado global. ¿Qué estrategias puedo implementar para destacar en mi campo y aumentar mi visibilidad en la industria?

    Aunque estoy contenta con mi trabajo, me preocupa no destacar lo suficiente en mi campo y no tener una marca personal sólida. También estoy interesada en explorar oportunidades de trabajo remoto o independiente, y me gustaría saber cómo puedo construir una marca personal convincente para atraer a posibles empleadores y clientes.

     

    Estoy dispuesta a trabajar duro y seguir aprendiendo para alcanzar mis metas profesionales, pero me gustaría recibir orientación sobre cómo hacerlo de manera efectiva.

    Para comenzar, hablas de marca personal, y me gusta mucho que estés pensando en eso. Solamente quiero mencionar algo: tener una “marca personal” no necesariamente significa que tienes que tener un logo, un eslogan, un sitio web, y presencia en redes sociales. Sí, hay personas que lo hacen, pero no es la única manera. Todas esas cosas son solamente elementos de una marca personal, pero no son la marca personal.

    Ahora, tener un trabajo remoto y ser un profesional independiente son dos cosas completamente diferentes. ¿Por cuál te quieres ir? Me podría pasar todo el correo hablando a detalle de cada una, pero no me preguntaste eso. Así que lo mantendré breve:

    Trabajar de manera remota es como cualquier otro empleo, pero requiere que tengas excelentes habilidades de comunicación, que seas proactiva, y que tengas la capacidad de trabajar de manera asíncrona.

    (Aquí hay un video de una charla que di para SoftwareGurú en 2021 donde hablo sobre mi experiencia de más de 10 años de trabajo remoto. Tal vez te sirva también.)

    Por otro lado, ser un profesional del software independiente se trata más de saber cómo manejar un negocio que de programar. Necesitas saber cómo valuar y vender tu trabajo, aprender a cobrar, a hablar con clientes, a hacer tus procesos más eficientes, a llevar un control de tus gastos, etc., etc., etc. Cuando eres independiente, la realidad es que se trata de todo menos de escribir código.

    Para que cualquier iniciativa sea “efectiva”, necesitamos primero tener bien claro cuál es el problema real que estamos intentando resolver — y cómo vamos a determinar el grado de éxito al que le estamos apuntando.

    Habiendo dicho eso, preguntas de manera concreta sobre estrategias que puedas implementar para destacar en tu campo y aumentar tu visibilidad en la industria. Voy a responder asumiendo que lo que quieres es un trabajo remoto porque en eso sí tengo experiencia; soy la persona peor calificada para darte consejos de negocio. (También voy a asumir que no estás hablando de volverte influencer o líder de opinión. Eso de las redes sociales no se me da mucho tampoco.)

    Hace unos meses escribí en mi blog que la “industria de la tecnología” ya no existe. En ese artículo hago el argumento de que ya está tan democratizada, que ya no es viable intentar crear una carrera que destaque siendo “la mejor en X tecnología”:

    Hoy en día las empresas sí tienen un problema: que necesitan generar dinero. Y lo van a hacer de la manera que les sea posible.

    Creo que esto significa que las empresas…

    • Van a aprovechar la sobreoferta de desarrolladores medianamente capacitados, porque son más baratos. • Van a dejar de enfocarse en hacer tecnología, y más bien en resolver problemas de negocio fundamentales (comprar soluciones, en vez de desarrollarlas en casa). • Van a pagar los grandes sueldos y beneficios a personas que sepan hacer algo más que simplemente escribir código: a personas que tengan algo tangible que aportar al negocio.

    Te invito a que lo leas el artículo completo si tienes chance para que entiendas los matices de esos puntos, pero esa es la idea, esencialmente: para destacar en el mercado actual tienes que ser mucho más que alguien que solamente escribe código.

    Mi consejo puntual es: sí, tienes que ser suficientemente buena en tu craft, pero también tienes que desarrollar otras habilidades que lo complementen. Para eso, es importante que tengas claro qué tipo de problemas quieres resolver, y luego ver cómo puedes destacar en ese dominio. Recuerda, ya no existe “la industria de la tecnología”; ahora todos los negocios usan tecnología.

    ¿En qué tipo de negocio quieres trabajar? ¿Cuáles son las reglas del juego de esa industria? ¿Te identificas y hay una oportunidad de resolver problemas con la tecnología que dominas?

    Vuélvete experta en el dominio, y complementa con tu conocimiento sobre tecnología. Ya no puedes primero preocuparte por qué tecnología quieres usar, y luego buscar problemas para resolver con ella.

    Y si lo piensas, tiene sentido: tu verdadera marca personal es la reputación que te creas, para bien o para mal, con la forma en que ejecutas tu trabajo, y el valor que agregas a las personas que trabajan contigo.

    Y si encuentras un problema que te apasione, en una industria que comparta tus valores y que te brinde la oportunidad de aplicar tus conocimientos técnicos, ni siquiera te va a costar trabajo “dar ese extra” para desarrollar las habilidades complementarias que necesitas para destacar. Eso te va a llevar naturalmente a hacer un excelente trabajo, y tu buena reputación en tu industria te va a preceder.

    Espero que te sirvan estas ideas.

    ¡Saludos!

    —Oscar Swanros

  • Consejos para trabajar con diferentes tipos de personalidad en un equipo de desarrollo

    Vamos a intentar un nuevo formato para el correo del día. Le voy a llamar “Pregúntale a Swanros” — bien creativo, ya sé. Envíame la tuya, y te la respondo en una edición posterior del newsletter.

    Lucía, de México, pregunta:

    En mi trabajo (ingeniera de software), estoy constantemente trabajando en equipo con diferentes personas, cada una con su propia forma de pensar y trabajar. Sin embargo, a menudo me encuentro estresada y bajo presión cuando los plazos se acercan y las opiniones divergentes sobre cómo abordar un problema surgen. Esto a veces afecta mi productividad y me preocupa que pueda afectar mi desempeño y mi relación con mis compañeros de equipo.

    ¿Cómo puedo manejar mejor el estrés y la presión de trabajar en un equipo con diferentes personalidades y estilos de trabajo?

    Excelente pregunta, y con mucha relevancia — sobre todo hoy en día, que es más común que nunca trabajar en equipos multiculturales.

    Lo primero que yo buscaría sería una fuente de armonía en la organización. Cualquier organización que valga la pena, debe de tener bien claros cuáles son los principios operacionales y las expectativas de comunicación entre los miembros de su equipo.

    Estos principios y expectativas pueden estar expresados como niveles de carrera, por ejemplo, donde dependiendo de tu “nivel” de empleado, estás sujeta a actuar de tal o cual manera. Por ejemplo, la forma en como se espera que se comunique un empleado nivel 2 tiene menos matices e implicaciones que el nivel 5 (el nivel 2 probablemente le reporta a un manager, y el nivel 5 probablemente le reporta a un director o VP).

    Levels.fyi te puede dar una idea de qué niveles existen en diferentes empresas. Desafortunadamente, muchas veces las expectativas de cada nivel suelen ser información reservada, y Levels.fyi únicamente te da información sobre sueldos en cada nivel.

    Si la empresa donde trabajas tiene estas definiciones, puedes usarlas como un punto de partida para entender si realmente tu preocupación está fundamentada. Si tú estás cumpliendo con las expectativas que la empresa tiene para los empleados de tu nivel, entonces no deberías de tener de qué preocuparte.

    Ahora, esto no necesariamente significa que “estás del otro lado”. Después de todo, también depende mucho del tipo de cultura que se promueva (y tolere) en tu organización. Pero ese tema es un punto que deberíamos de abordar en otro correo.

    De cualquier modo, independientemente de si tu empresa ofrece este recurso o no, también te podría aconsejar estudiar un poco sobre los estilos de trabajo de diferentes culturas. En su libro, The Culture Map, Erin Meyer hace un análisis de las diferencias que existen en las culturas de trabajo entre países de todo el mundo. Por ejemplo, aquí está una tabla que mapea las diferencias entre las culturas de trabajo de México y Estados Unidos:

    Cada una de esas dimensiones tiene sus matices e implicaciones. Erin Meyer hace realmente un excelente trabajo destilándolas, ofreciendo ejemplos claros y recomendaciones para llenar el vacío que puede llegar a existir.

    (En Pathways encuentras una presentación + Q&A de una hora que di en noviembre de 2023 sobre este tema.)

    En tu pregunta original no mencionas si tu equipo de trabajo tiene personas de diferentes países. Si es así, estoy seguro de que The Culture Map te va a ayudar no solamente a entender, sino hasta apreciar, la forma en que tus compañeros se desenvuelven, relacionan y trabajan. Si únicamente trabajas con mexicanos, creo que también debes empezar a observar los puntos que se resaltan en el libro e identificar cómo se manifiestan en tu situación particular. Puede darte una idea de cómo encontrar una dinámica que les funcione a ti y a tus compañeros.

    Lee el libro, y si te funciona, invita a tu equipo a que también lo lean. Seguro les “cae el 20” en más de una situación.

    ¡Gracias por tu pregunta, Lucía, y que tengas un excelente resto de semana!

    — Oscar Swanros.

  • Existen diferentes tipos de valor

    Hay cosas que valoras intrínsecamente. Gracias a tu sistema de creencias y valores, puedes darles a diferentes cosas valor sentimental, emocional, histórico.

    El boleto del cine de tu primera cita con tu pareja. La fotografía que tomaste aquella tarde que te ganó la ansiedad, y ahora la usas como recordatorio de que todo va a estar bien. El reloj que usó tu abuelo cuando llegó al país donde eventualmente conocería a tu abuela.

    Para otras cosas, su valor está determinado por su contexto. La sociedad dicta el momento en que algo tiene valor, y también cuando deja de tenerlo. Económico, político, monetario, profesional.

    Hace unos años, el tiempo era lo más valioso. Hoy en día, es la atención a las personas. Los tipos cambiarios son un sube y baja sin final. Una reputación se vuelve mandria con un solo comentario sacado de contexto.

    Reflexiona en cómo le estás queriendo adjudicar valor a tus acciones, a tu persona. Porque tal vez no es que estés mal. Probablemente, solo estás queriendo encontrar valor donde no hay.

    Una persona es racional. Una masa no.

  • Siempre es más fácil no decidir

    Es más fácil no decidir.

    Porque cuando tomas activamente una decisión, también te ves obligado a enfrentar las consecuencias.

    Y si la decisión que tomaste trae consecuencias negativas, ¿de quién es responsabilidad?

    Por eso es más fácil no decidir. Porque al delegar la decisión, tienes lo que se llama negación plausible — algo que los políticos y ejecutivos de alto rango usan (y abusan) constantemente.

    La negación plausible esencialmente te hace creer que tú, a nivel individual, no tienes responsabilidad sobre los efectos de una decisión que se tomó en tu organización, porque no estabas enterado.

    “… Y si yo no sabía qué estaba pasando, si no fui parte de la toma de decisiones, ¿cómo entonces puedo ser responsable?

    En una organización es evidente por qué esto está mal (o no tan evidente, dependiendo de qué tan afinado tengas tu sentido de lo que es un buen líder): un buen líder toma la responsabilidad cuando algo sale mal con su equipo, y cede el reconocimiento cuando salgo sale bien. Un buen líder sabe lo que está sucediendo con su equipo, conoce sus limitantes, sus fortalezas, y busca oportunidades para hacerlos crecer a un ritmo sostenible. Un buen líder constantemente está evaluando el campo de juego en busca de señales de que las reglas han cambiado, y ajusta estrategias como sea necesario.

    Podría hacer un argumento de que esto aplica también a nivel individual, con un único cambio: sustituye “buen líder” por “la persona que quiero ser”.

    La persona que quiero ser toma la responsabilidad cuando algo sale mal, y cede el reconocimiento cuando salgo sale bien. La persona que quiero ser sabe lo que está sucediendo con su entorno, conoce sus limitantes, sus fortalezas, y busca oportunidades para crecer a un ritmo sostenible. La persona que quiero ser constantemente está evaluando el campo de juego en busca de señales de que las reglas han cambiado, y ajusta estrategias como sea necesario.

    La persona que quiero ser toma decisiones, se hace responsable de las consecuencias, y no se esconde detrás de una negación plausible cuando tuvo mil y una oportunidades de influenciar la dirección de su vida y su carrera.

    Pero bueno… siempre es más fácil no decidir.

  • Tu cerebro no es bueno para esto

    Tu cerebro es bueno para generar ideas. No para guardarlas.

    Seguramente estás pensando, “pero yo tengo excelente memoria.”

    Sí, también las computadoras. Y hasta para ellas entendemos que no es posible tener todo siempre en RAM, y eventualmente hay que “bajar” la información a disco.

    Así que deja de intentar guardar todo ahí. Encuentra un sistema que te permita liberar ese espacio — esa capacidad — para que puedas generar más ideas, explorar y experimentar.

    Te lo prometo: una libreta tiene mejor memoria que tú.


    Mi objetivo con el contenido que creo es ayudarte a construir una carrera más sostenible y más humana.

    Y para que cualquier cosa sea “sostenible”, se tiene que comenzar por el reconocimiento de sus capacidades, y por ende, de sus límites.

    En su libro “Encontrando significado en un mundo imperfecto,” Iddo Landau nos lo recuerda: “No hacemos menos a una silla porque no puede ser usada para hervir agua para una buena taza de té.”


    Haz las paces con tus capacidades. Sé generoso con tu flexibilidad para intentar cosas nuevas, aunque se sientan un poco incómodas al inicio.

    Crecer una carrera no se trata solamente de hacer más.

    Se trata también de buscar maneras de cómo hacerlo mejor, considerando, adaptándonos, y principalmente, aceptándonos por nuestras capacidades; pero también por nuestras limitantes.

    En Pathways encontrarás una comunidad de profesionales dispuestos a acompañarte en ese camino.

  • Revisa tu estrategia de vez en cuando

    Revisa tu estrategia de vez en cuando

    Tienes metas, y constantemente estás trabajando por alcanzarlas.

    Pero, ¿cada cuánto tiempo te detienes a evaluar si lo que estás haciendo sigue teniendo sentido?

    Necesidades que antes generaban millones de empleos, hoy están mayormente resueltas. Y esas soluciones, a su vez, han creado otras áreas de oportunidad.

    El mundo avanza constantemente. Las reglas del juego cambian.

    De vez en cuando, tienes que pararte a revisar tu forma de operar para determinar si sigue haciendo sentido en el contexto en el que te encuentras en ese momento.

    Giuseppe Tomasi di Lampedusa, autor de El gatopardo, escribió que “si queremos que las cosas se mantengan como son, las cosas van a tener que cambiar.”

    Aquella meta que te pusiste hace un tiempo, ¿quieres seguir avanzando en esa dirección? Vas a tener que ajustar tu estrategia a las nuevas reglas del juego.

    “Estricto con los objetivos; flexible con las circunstancias.”

    Así se hace.

  • Hay que poner las cosas en perspectiva

    Antes de ir a dormir, Theodore Roosevelt y su amigo, el naturalista William Beebe salían a ver el cielo, a buscar una pequeña conglomeración de luces cerca de la constelación Pegaso.

    “Ahí está la Galaxia Espiral en Andrómeda. Es tan grande como la Vía Láctea. Es una de las cien millones de galaxias. Tiene cien mil millones de soles, cada uno más grande que el nuestro.”

    Roosevelt entonces volteaba con su amigo y decía: “Bien, creo que ya somos suficientemente pequeños. A dormir”.


    Nos enganchamos en el día a día. Afligidos por lo que está sucediendo a nuestro alrededor, y queriendo controlar hasta el más mínimo detalle.

    Desgastándonos en el proceso.

    Sin darnos el tiempo de poner las cosas en perspectiva. De buscar oportunidades de aterrizarnos en nuestra humilde realidad en la que, para fines prácticos, nada depende enteramente de nosotros.

    Nada, excepto el cómo reaccionamos a las situaciones que se nos presentan.

    Recuerda esto la próxima vez que algo no salga como esperabas. Cuando el reporte no llegue a tiempo; cuando tengas un bug en tu aplicación; cuando tu compañero de trabajo esté siendo todo menos útil; cuando tu jefe revele sus verdaderas intenciones.

    Todas esas son oportunidades de, como Roosevelt y Beebe, voltear al cielo y darte cuenta de lo poco consecuente que en realidad es lo que te está estresando tanto.

  • No es tu culpa. Sí es tu responsabilidad.

    Los humanos somos criaturas de hábitos.

    Y no solo eso, también somos emocionales.

    Por más que nos jactemos de nuestras capacidades intelectuales y de raciocinio, no podemos evitarlo: caemos en los mismos patrones de comportamiento, una y otra vez, influenciados por esos hábitos y emociones.

    No es nuestra culpa. No es culpa de nadie, realmente. Simplemente, es un producto del ambiente donde crecimos, los ejemplos que tuvimos, y el esquema de valores que nos ayudó a sentirnos seguros en nuestras etapas formativas.

    No es nuestra culpa, pero sí nuestra responsabilidad.

    Pero, ¿quién que se crea a sí mismo como alguien intelectual y racionalmente competente no haría algo por cambiar una situación que no está en su mejor interés?

    Esa es la dicotomía a la que nos tenemos que enfrentar.

    Cuando nos damos cuenta de que algo que hacemos y hemos hecho toda nuestra vida no nos está llevando en la dirección en la que queremos ir, no se trata solamente de reevaluar las tácticas y cambiar la forma en que operamos.

    No.

    Se trata de observar qué es lo que nos llevó a comportarnos así en primer lugar. Entender y apreciar que, en nuestras etapas formativas, recibimos señales de refuerzo de que estaba bien comportarse así. Hacer las paces con que nuestra forma de ver el mundo está coloreada por generaciones y generaciones de personas que construyeron esa realidad para nosotros.

    Y luego hacer algo al respecto.

    Y no, no es fácil. Es doloroso, tardado, costoso. Por eso, tantas personas prefieren taparse los oídos y ojos, e ignorar el problema: que sea responsabilidad de los demás navegar alrededor de sus problemas.

    Pero tú no. Tú eres responsable.

    Tú vas a ejercer tu sentido de agencia, tomar cartas en el asunto, y vas a involucrarte activamente en decidir a dónde quieres llevar tu vida y tu carrera.

    ¿Lo quieres hacer acompañado? Te esperamos en Pathways.

  • ¿Quién eres fuera del trabajo?

    Es de ensueño pensar que únicamente tienes que encontrar ese algo que va a hacer que todos tus problemas desaparezcan.

    En las películas y series, la implicación es que después del clímax no volvió a haber problemas para la pareja principal. ¿Crees que Ross y Rachel no volvieron a tener diferencias? Si se pasaron 10 temporadas sin poder ponerse de acuerdo…

    Es irreal, y lo sabes. Todos lo sabemos.

    Sin embargo, seguimos buscando llenar ese vacío en nuestras carreras de la misma manera: buscando la oportunidad, la empresa, el empleo que no nos traerá problemas, y que cumplirán al 100 % lo que te prometieron en las entrevistas. Como si los mercados no cambiaran y las organizaciones no se tuvieran que ajustar a las realidades del mundo.

    Lo peor: a veces le damos más importancia de la que merece, permitiendo que nuestro empleo se vuelva desproporcionadamente nuestra mayor fuente de satisfacción — no solo profesional, sino también personal.

    Y eso es un problema.

    Imagínate que conoces a una persona nueva esta noche. ¿Cuánto tiempo pasaría antes de que le estuvieras platicando de lo que haces en tu empleo?

    Hm…

    ¿Y quién eres fuera de tu carrera?

    ¿Qué te gusta hacer que no involucre crecer profesionalmente, o seguir avanzando en tu craft?

    ¿Hay algo que hagas solamente porque te gusta?

    ¿Qué fuente de satisfacción tienes que no esté atada a tu empleo?

    Eventualmente, vas a tener que enfrentarte a estas preguntas. No se trata de si, sino de cuándo va a pasar. Tú decides si comienzas a trabajar en las respuestas a tu ritmo, desde hoy, o si dejas que el mercado laboral te obligue a hacerlo cuando los números no hagan sentido.

  • Es más fácil vivir así

    “Padre, aprenda a confiar en un hombre honesto.”

    Eso fue lo que le dijo Pietro Perugino, maestro de Raphael, al sacerdote que lo había estado cuidando mientras pintaba un fresco en un convento en Florencia.

    El sacerdote había estado parado junto a Pietro toda la noche, dándole pocas cantidades por vez del carísimo pigmento ultramarino que el artista utilizaba.

    “¡Cómo absorbe pintura esa pared!”, decía el sacerdote de vez en cuando. Pietro lo ignoraba y continuaba trabajando, ocasionalmente limpiando su brocha en un bol con agua.

    Cuando terminó su trabajo del día, Pietro vació el agua y le entregó al sacerdote el bol con sedimento puro de ultramarino en el fondo.

    “Aquí tiene, Padre. Y por favor, aprenda a confiar en un hombre honesto.”


    Vamos por la vida cuidándonos de que no nos roben.

    Y muchas veces, eso que tanto cuidamos, y que nos causa tanta aflicción, ni siquiera es nuestro.

    Así como el sacerdote, que en vez de usar su tiempo de una manera más productiva de acuerdo a sus creencias, decidió perder un día completo intentando evitar que algo que no iba a a suceder sucediera, nosotros perdemos nuestra vida un minuto a la vez preocupados por cosas que no van a pasar.

    Michel de Montaigne dijo, “mi vida ha estado llena de cosas terribles que jamás sucedieron.” Y qué relacionable es esa idea.

    Porque creemos que todos están buscando cómo hacernos daño. Constantemente a la defensiva.

    ¿Qué pasaría si aprendiéramos a confiar en la honestidad de las otras personas? ¿Qué tanto de nuestro tiempo — de nuestra vida — podríamos recuperar?

    Y sí, seguramente nos vamos a encontrar con alguien deshonesto. Pero no importa.

    Confiemos en la honestidad de las personas. Es más fácil vivir así, que estar a la defensiva todo el tiempo.

  • La frustración de anticipar

    Va a suceder aunque tú no quieras.

    Y si quieres, y sucede, no será por ti.

    Tienes que hacer las pases con eso.

    Porque no importa cuánto lo desees — o creas necesitar — no puedes controlar el mundo que te rodea.

    Únicamente puedes controlar cómo reaccionas ante él. Es algo que decides.

    ¿Hubo un cambio de prioridades en el trabajo? Tú decides si es algo por lo que deberías de frustrarte, o si es una oportunidad.

    ¿No le encuentras pies y cabeza a las prioridades? Tú decides si te dejas frustrar por la situación, o lo ves como algo que puedes ayudar a resolver.

    Recuerda: la realidad — tu realidad — es subjetiva, y depende del lente a través del cual la veas.

    ¿Y lo mejor de todo? Puedes cambiar ese lente cuando quieras.