Todo mundo está “haciendo trampa” en las universidades, gracias a ChatGPT

Estoy leyendo en Intelligencer un artículo titulado “Todo mundo está haciendo trampa en las universidades”, y aunque todavía no termino de leerlo, quería publicar esto antes de que se me olvide. 

Si todo mundo está “haciendo trampa” por usar una herramienta que está ampliamente disponible , ¿no será que más bien se está poniendo en evidencia que la forma en que las universidades miden el conocimiento es (y siempre fue) la incorrecta? 

ChatGPT no es tan diferente de una calculadora: ambas te ayudan a llegar a una respuesta más rápido. Pero donde la calculadora nada más te ayuda un paso a la vez, ChatGPT te resuelve todo de un jalón.

Por muchísimo tiempo, la educación se ha basado en medir qué tan buenos somos memorizando cosas. No es sorpresa que cuando llega una herramienta que hace redundante la necesidad de memorizar datos, el sistema se rompe.

Cuando entré a la universidad en 2011 (unos meses después de que Apple presentara el iPad), el plan de estudios que me correspondía era de 2008 (cuando nació el App Store). Obviamente sé que no es razonable esperar que una universidad diseñe un plan de estudios en unos meses, pero se mamaron: mi plan de estudios no era muy diferente al que mi mamá había llevado ahí mismo en los 80s, ¿qué esperanzas de que pudiera aprender algo que me acercara a mi meta de hacer una carrera en desarrollo móvil? Ese fue mi último semestre en la escuela. 

Históricamente, muchas universidades no han tenido los incentivos —o necesidad— de actualizar sus planes de estudio para reflejar la realidad social a la que están mandando a sus graduados. Chance estamos viendo esta necesidad aparecer en tiempo real.

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