Terminé mi onsite para un rol de ingeniería en Airbnb, confiando en que las habilidades que demostré durante las entrevistas me perfilaban como un buen candidato. La charla que tuve al final con quien sería mi manager me dejó con la expectativa de que recibiría una oferta pronto. No sabía que estaba a punto de enfrentarme con una crisis de identidad.
Di un paso fuera del hermoso lobby de 888 Brannan St. no sin antes tomar un par de fotos.
Para cuando mi segundo pie terminó de apoyarse en la acera afuera de la oficina, en vez de sentirme emocionado por la idea (por más vaga que fuera) de que pronto podría trabajar Airbnb — una empresa con alcance global, cuyo producto usaba, y equipo admiraba —, me sentí desanimado y sin ganas de hacerlo.
Inmediatamente después, un abrumador sentimiento de peligro me envolvió. Un ataque de ansiedad — justo ahí, a unos pasos de las oficinas de las que acababa de salir. Corrí al departamento que la empresa había reservado para mí a tan solo unas calles de distancia, y me intenté calmar como pude. No sabía lo que estaba pasando, pero se sentía real, peligroso, y con consecuencias graves que no lograba dimensionar.
Una serie de eventos en mi vida personal (que probablemente sean relevantes, pero no para esta publicación) hicieron que eventualmente volviera a buscar ayuda terapéutica. Así fue como, 6 meses después de ese ataque de ansiedad, afuera de las oficinas de Airbnb, y en plena pandemia, encontré a Francisco, mi terapeuta, y comencé, poco a poco, a entender lo que me había pasado — y su origen.
Únete a una comunidad de decenas de profesionales que buscan crecimiento sostenible. Como tú.
Llamadas mensuales, foros de discusión, invitados especiales, y más. Compra tu membresía.
Mi crisis de identidad
Lo que me pasó afuera de las oficinas de Airbnb puso en movimiento una serie de cambios radicales en mi vida. Durante este proceso de años, acompañado de Francisco, fui entendiendo poco a poco que lo que me detonó aquel ataque de ansiedad fue una crisis de identidad.
Cuando entrevisté para Airbnb, llevaba un poco más de una década escribiendo código para la plataforma iOS. Cuando inicié, en 2009, la industria del desarrollo móvil estaba explotando. Todas las empresas querían tener aplicaciones móviles, y estaban dispuestas a pagar un prémium por talento. Además, gracias a que la barrera de entrada para desarrollar iOS era más alta, no había tanta competencia. Era lo que se conoce como un mercado de candidatos.
Además, en la ciudad en que yo vivía había muy pocas personas haciendo lo mismo que yo. A mi ego le gustaba esto.
Al salir de las oficinas de Airbnb, y darme cuenta de que una parte de mi subconsciente estaba seriamente considerando dejar de programar y dedicarme a otra cosa, mi identidad se vio directamente amenazada. Iba a dejar de ser “Oscar Swanros: iOS Engineer”. ¿Quién sería, si no era uno de los pocos ingenieros iOS en Colima que trabajaba remoto para startups de San Francisco y Europa?
A mi ego no le gustó esto, y me hizo correr a refugiarme al departamento a unas cuadras del HQ de Airbnb, haciéndome creer que algo muy malo estaba por pasar.
Las etapas del desarrollo humano de Erik Erikson
Erik Erikson era un psicoanalista danés que en 1950, en su libro Childhood and Society, definió 8 etapas de desarrollo humano. De acuerdo a Erikson, todas las personas pasamos por una serie de etapas que nos presentan una problemática a resolver, y nuestra personalidad se forma a través de la victoria o derrota en cada una de ellas.
Curiosamente, fue Erikson también quien acuñó la frase “crisis de identidad”.
La propuesta de Erikson asocia, generalmente, cada etapa del desarrollo humano con un rango de edades:
Erikson dice en su teoría del desarrollo humano que fallar el reto de cada una de las etapas hace que tener éxito en las etapas subsecuentes sea más complicado. Pero también dice que es posible resanar etapas pasadas en un futuro, si se hace el trabajo necesario.
La etapa 5, que se desarrolla entre los 12 y los 18 años, presenta la problemática de definir tu identidad personal o vivir en confusión por el resto de tu vida. Curiosamente, es al rededor de estas edades que muchos decidimos las carreras que queremos estudiar, e incursionamos en nuestras industrias.
Mi identidad como Oscar Swanros: iOS Engineer se creó y comenzó a echar raíces por ahí de 2009, a mis 16 o 17 años. Decidí que quería escribir código para el iPhone, y todas las decisiones que tomé a partir de ese momento partieron de esa premisa.
La influencia del ambiente en tu identidad personal
Las decisiones que tomamos en nuestra adolescencia se terminan convirtiendo en parte de quienes somos. A veces de maneras explícitas, pero sutiles.
Si estudiaste una ingeniería, por ejemplo, seguro en tu grupo del salón no faltaron los memes, chistes y comparaciones de por qué los ingenieros son mejores que los licenciados. En su momento puedes no prestarle importancia a ese mensaje, pero inconscientemente estás cimentando más y más la noción de que alguien como tú pertenece a un grupo selecto, y que hacer cosas “que puede hacer un licenciado” va en contra de quién eres.
Retar tu identidad también puede presentar un cambio de estatus socioeconómico, y de cómo te perciben las personas que te rodean.
En esencia, una crisis de identidad no solamente te obliga a explorar quién eres y por qué haces lo que haces. Además, te obliga a poner todos estos cambios en contexto del ambiente en el que estás acostumbrado a desenvolverte.
No solo es encontrarte a ti mismo de nuevo. Es encontrar un nuevo lugar en donde encajas.
Pasar por una crisis de identidad es más común de lo que crees
Es normal creer que eres la única persona que estás pasando por esto. Nadie te culparía por sentir vergüenza al hablar de esto. La sociedad en la que vivimos no nos ha acostumbrado a hablar de estas cosas de manera abierta.
Pero una crisis de identidad es un problema tan común y prevalente que ha sido usado incontables veces como tema a tratar en películas, series, y medios en la cultura popular.
Hal, el papá de Malcolm, dejó su empleo para convertirse en pintor. Walter White, curiosamente interpretado por el mismo actor, dejó su trabajo como maestro de química en una preparatoria para convertirse en narcotraficante.
Todas las películas de Matrix se tratan de Thomas Anderson lidiando con esto.
Misma historia para Moana, Elsa de Frozen, Mulán, y hasta Woody en Toy Story.
Así que no: no eres la primera persona que pasa por esto, ni serás la última.
¿Qué se hace ante una situación así, entonces? Te quiero compartir el framework que me ha funcionado durante los últimos años para hacer las pases con quien soy poco a poco, para que logres desenmarañar tu situación.
Solo una advertencia: no va a suceder de la noche a la mañana. Yo llevo en este proceso 4 años, y contando.
Paso 0: Haz las pases con tus circunstancias
Dependiendo de la etapa de la vida en la que estés, puede ser que tengas más o menos oportunidades de retar y cambiar la identidad que adoptaste.
Si llevas poco tiempo en tu industria para cuando te diste cuenta de que ya no te motiva programar, será mucho más sencillo que cambies tu dirección de carrera. En la etapa de la vida en la que aún estás intentando definir tu identidad, cambiar de camino es algo esperado y será un proceso natural.
Pero si estás en tu etapa Generativa (la 7 de 8), y es ahí cuando comienzas a cuestionarte tu identidad, te vas a enfrentar a un reto mucho más grande. Puede ser que tengas una familia o responsabilidades más fuertes, donde cualquier decisión que tomes va a tener un impacto directo en otras personas.
Independientemente de esto, ante una crisis de identidad, lo primero que tienes que hacer es aceptar las circunstancias.
La Oración de la Serenidad captura perfectamente lo que hay que hacer: buscar la serenidad para aceptar las cosas que no puedes cambiar, obtener el valor para cambiar aquellas que sí, y procurar la sabiduría para reconocer la diferencia.
Opción 1: Explora otros aspectos de tu trabajo
Morgan Housel explica que los humanos estamos calibrados para buscar estatus, no felicidad. Si tu identidad y estatus están ligados al código que escribes (o lo que sea tu craft), puede ser que estés peleando una batalla que ya está perdida.
Hoy en día, no solo estás compitiendo contra personas recientemente despedidas de Google, Amazon, y Meta. También estás compitiendo con la IA que cada vez es más eficiente, creando texto, código, imágenes — y hasta videos —, cada vez con mayores matices de entendimiento.
Buscar activamente dejar de depender de tu craft para obtener un sentido de identidad en tu trabajo puede abrirte nuevas oportunidades. Aquí algunas pautas para que reflexiones:
- Si trabajas desarrollando software, en lugar de enfocarte en el código que escribes, enfocarte en los problemas que resuelves y cómo estos benefician a tus usuarios.
- Podrías buscar otras áreas del negocio, o de la industria en la que trabajes, que te motiven a aprender otras cosas nuevas y explorar fuera de tu zona de confort desde un deseo de crecimiento.
- También siempre existe la posibilidad de que ayudes a las personas que vienen detrás de ti a que no cometan los mismos errores que tú. ¿Cómo podrías involucrarte más en el crecimiento profesional de las personas con menos experiencia que tú? ¿Podrías convertirte en mentor de alguna de ellas?
Opción 2: Explora fuera de tu trabajo
Puede sonar trillado, pero tener hobbies y actividades, y hasta responsabilidades, fuera de mi trabajo, ha tenido un impacto positivo directo en mi salud mental y niveles de satisfacción. También me ha ayudado a encontrar un balance más sano con mi sentido de identidad.
Si tengo un día malo en el trabajo, sé que sigo siendo una buena pareja para mi novia, un buen dueño para mis perros, un buen vecino en mi edificio, un buen hijo, hermano, y amigo.
Como muchas cosas, decirlo es más fácil que hacerlo, así que aquí hay algunos ejemplos más prácticos de cómo he logrado desanclarme de mi trabajo como mi principal fuente de identidad y satisfacción.
- Primero, estoy evitando usar mi teléfono y dispositivos electrónicos para ocio inconsciente. Estos días, el Screen Time de mi teléfono reporta un uso promedio menor a los 40 minutos diarios, y la mayoría de eso son momentos breves durante el día donde necesito responder un mensaje, tomar una foto, o atender algo en particular. No es tiempo que se me fue de las manos.
- Quiero aprender a leer por placer, no solamente por aprender. Así que ahora, en vez de libros sobre productividad, negocios y desarrollo de software, estoy aprendiendo a disfrutar de leer novelas. Comencé por The Silent Patient y The Analyst. Ya tengo en la mira los que siguen.
- También comencé a darle oportunidad a ver deportes en vivo (F1, Tenis), y tomar clases de cosas completamente nuevas, como el curso de barista al que voy a asistir más tarde este mes.
Pero el impacto más positivo que he visto para mí ha sido lo más simple del mundo: decir que sí. A oportunidades, a salidas, aunque mi rutina se vea un poco más afectada, a conocer más gente, a platicar con desconocidos, a hacer amigos.
Algunas otras ideas a probar: emprende un negocio, convoca a una noche de juegos con tu grupo de amigos que hace mucho tiempo no ves, agenda una sesión recurrente para recibir un masaje. O si tienes familia, ¿por qué no intentar activamente ser el mejor padre o pareja?
Lo importante es que te des cuenta de que nada de esto va a suceder por sí solo. Tienes que tomar un rol activo en moldear cómo pasas tus días.
Volviendo a la Oración de la Serenidad, esta es una de las cosas que puedes cambiar: busca el valor para hacerlo.
Tienes que sostener tu identidad de manera ligera
Julia Galef explica en su libro The Scout Mindset la idea de “sostener tu identidad de manera ligera”. Este concepto es especialmente relevante para alguien pasando por una crisis de identidad.
Sostener tu identidad de manera ligera significa pensar sobre ella como un hecho, no como una fuente central de orgullo y significado en tu vida. Es una descripción de quién eres, no una bandera ondear con orgullo.
Cambia la historia que te cuentas a ti mismo, de “soy un programador” a “mi trabajo es programar”. De “soy un diseñador” a “mi trabajo es diseñar”. Y compleméntalo con vivir tu vida fuera de los confines de las responsabilidades de tu trabajo.
Al hacerlo, estarás diciéndole a tu psique que tu sentido de identidad está seguro, independientemente de a qué te dediques.
Si practicas sostener tu identidad de manera ligera, poco a poco te darás cuenta de que tu vida también se vuelve más ligera y sencilla.
Es más sencillo hablar de sobrellevar una crisis de identidad que hacerlo
Es más fácil listar que aplicar los consejos que te comparto en este artículo. Pero piénsalo, si no fuera difícil que uno separara su identidad de su trabajo, Pixar no habría tenido argumentos para crear Toy Story, y Neo probablemente nunca hubiera perseguido al conejo blanco.
Al final de cuentas, el camino de desarrollo personal que cada uno de nosotros decide tomar es eso: personal. Y está perfectamente bien si al leer este artículo no te identificaste con nada de lo que dije. De hecho, hasta te envidio un poco. Porque pasar por una crisis de identidad es uno de esos momentos que terminan siendo cruciales en la vida de las personas, y no es sencillo sobrellevarlo.
Pero si leíste esto y te sentiste visto o vista: está bien. Respira. Esto es solo el comienzo, y como dije arriba, no eres la primera ni la última persona que va a pasar por esto. De las herramientas que te compartí arriba toma las que apliquen, ignora las que no, y, definitivamente, háblalo con tu terapeuta.