Quieres preparar el platillo favorito de tu niñez, pero no tienes la receta. ¿Qué haces? Probablemente llames a tu mamá o a algún familiar para pedírsela. Seguramente, después de unos cuantos minutos al teléfono, reconocerás ese aroma que te recuerda a casa.
Analicemos la situación:
Querías preparar algo de comer, pero no sabías cómo.
Alguien que tenía la experiencia apreciable para decirte cómo llegar al resultado que esperabas.
Seguiste la receta al pie de la letra y ahora estás disfrutando tu platillo favorito.
Felicidades, acabas de descubrir la metodología para resolver absolutamente cualquier problema que se te pueda presentar.
En algún momento de nuestra vida nos encontraremos con situaciones retadoras. Una nueva experiencia, una decisión a tomar, o un conflicto a resolver. Podrías recurrir a tu mentor por ayuda, o podrías buscar una síntesis de cómo atacar el problema.
Una receta.
Sigues la receta al pie de la letra, intentando atacar la situación paso a paso. Una pizca de metodología por aquí, y un pasón de creatividad por allá. Poco a poco el platillo va tomando forma.
La belleza de una receta es que se adapta a nosotros. “Sal al gusto”. Exactamente esa es la misma filosofía con la que deberíamos tomar las recetas que nos encontramos para resolver problemas.
A la receta podemos modificarla a nuestro gusto para satisfacer nuestras necesidades. Decidimos qué agregar, qué quitar, y las cantidades de los ingredientes a usar para que nos resuelva nuestro problema en particular.
Cuando pidas consejo o guía de cualquier persona, recuerda: te están dando la receta que les funcionó a ellos. La sal siempre es al gusto.
Recientemente, un grupo de estudiantes universitarios agendaron una llamada conmigo para pedirme consejo sobre desarrollo profesional. Durante 40 minutos, tuve la oportunidad de compartir algunos insights de lo que se iban a enfrentar cuando por fin terminaran la escuela. La última pregunta que recibí en esa llamada me llamó la atención: ¿cuál es la diferencia más grande entre estudiar y trabajar?
Una pregunta tan simple, pero que nunca me la habían hecho. Creo que de hecho, ni yo mismo la había pensado. Pensé un momento, y di la respuesta que consideré apropiada en el momento: la principal diferencia entre estudiar y trabajar es la responsabilidad.
Cuando estudias, dentro del gran esquema de las coas, lo peor que puede pasar en primera instancia si no eres responsable es que repruebes. Como tal, las implicaciones del reprobar pueden tener significados diferentes para cada uno de nosotros. Sin embargo, las consecuentes directas de reprobar se podría decir que palidecen cuando se comparan con las consecuencias directas de no asumir tu responsabilidad en tu empleo.
Definiendo “responsabilidad”
Todos tenemos responsabilidades, queramos o no. A veces estas responsabilidades se nos son dadas. Y desde muy chicos fuimos condicionados a que si no cumplíamos con ellas, no podríamos disfrutar de aquello que más nos gusta.
Si no lavamos los trastes, no podemos salir a jugar con nuestro mejor amigo. ¿No arreglamos la habitación? Entonces no podemos ver televisión o usar el internet. Para ganarnos el derecho a comer postre en la cena, debemos de asearnos por la mañana.
Se nos enseñó que para poder hacer lo que nos gusta, aquello que nos trae gozo y que nos motiva, necesitamos cumplir con “nuestras responsabilidades”. Pero nunca se nos dijo que en la vida real, si no cumplimos con nuestras responsabilidades, contar con lo más básico que necesitamos para vivir, como tal, se vuelve un reto.
No se nos dijo que en el mundo real no hay nadie que te esté buscando para que te hagas responsable. Porque la realidad es simple: en un ambiente profesional, si no funcionas, pero tampoco se ve que estés haciendo algo por mejorar, las consecuencias son severas. Yo aprendí esto a la mala.
Se nos incentivó de manera incorrecta, dándonos a entender que una responsabilidad era un medio para hacernos merecedores a un premio. Lo que se nos debió de haber inculcado es que asumir responsabilidades es el tipo de cambio por defecto en la vida real y profesional.
Si quieres un aumento de sueldo, ¿crees que te van a pagar más sin exigirte lo proporcional?
¿Algún día te gustaría dirigir una empresa o equipo? Debes tener claro que el esfuerzo del equipo que estás lidereando tenga éxito será tu responsabilidad. Jocko Willink lo expresa de manera muy concreta en Extreme Ownership, cuando dice que el éxito o el fracaso de un equipo es la única responsabilidad del líder.
Si tienes la siguiente idea de aplicación que es “como Uber, pero para…” y que revolucionará alguna industria, ¿quién se va a encargar de que sea un éxito?
¿De quién es la responsabilidad?
Ser responsable y asumir las consecuencias de nuestras acciones no es un medio para conseguir un premio. Es un estilo de vida que, aunque duro, paga con interés compuesto ((El interés compuesto, en contabilidad y finanzas, es el interés de un capital al que se van acumulando sus réditos o intereses para que produzcan otros. El interés compuesto permite la capitalización de intereses periódicamente -día a día, mes a mes, etcétera. Wikipedia)).
Asumir la responsabilidad
“Sé responsable y asume las consecuencias de tus actos.”
Es un infortunio que esta frase sea usada casi exclusivamente en situaciones desagradables. Recuerdo que mi mamá me la llegó a decir en varias ocasiones, regularmente después de que había hecho algo indebido.
El contexto de las cosas importa. Y si se nos inculcó que asumir las consecuencias de nuestras acciones tenía una connotación negativa, ¿cómo podríamos esperar que viéramos el ser responsables como algo bueno?
Nunca se nos dijo que las consecuencias de nuestros actos también pueden ser buenas. Que ser responsable es más que algo que se debe hacer para recibir un premio. ¿No te habría gustado que desde los pocos años de vida te dijeran que los beneficios que obtienes por ser responsable son mucho más duraderos que el postre que te prometieron?
Se nos chantajeó.
Afortunadamente, asumir la responsabilidad de nuestras acciones es un hábito que se puede fomentar, y en el cual podemos trabajar todos los días.
Fomentando el ser más responsable
Hay una serie de cosas que podemos hacer activamente para fomentar ser más responsables. Los siguientes tips que te voy a compartir no solamente funcionan personalmente; los puedes aplicar también con tu equipo en caso de que estés en una posición de liderazgo.
Primero, asegúrate de no morder más de lo que puedes masticar. Tus metas deben de ser realistas, y lo suficientemente asequibles como para que el reto sea importante, pero no imposible.
Como cualquier hábito, lo que queremos en primera instancia es darnos cuenta de que podemos hacerlo si nos lo proponemos. Mi terapeuta le llama a esto “obtener las pruebas duras de que sí puedes lidiar con ello”. Después, podremos ir incrementando el nivel de complejidad hasta llegar al punto en el que deseemos mantenernos.
Así que en primera instancia, no te preocupes si sientes que no tienes el mismo sentido de responsabilidad que el CEO de Apple. Las circunstancias son completamente diferentes. Si comienzas a hacer este tipo de comparaciones, lo más probable es que te frustres.
Comenzar pequeño es la clave.
Segundo, debes de mantener la conciencia de hacer una revisión de tu esfuerzo. Ya que te adjudicaste cierta responsabilidad, buscarle respuesta a las siguientes preguntas te ayudará a entender mucho mejor lo que sigue:
¿Qué tanta presión sentí con este nivel de responsabilidad?
¿Del 1 al 10, qué tanto se me complicó cumplir?
¿De lo que no salió como esperaba, qué estuvo dentro de mi control?
¿Qué puedo cambiar en mi estrategia en un futuro?
¿Estoy listo para incrementar la apuesta?
Estas respuestas pintarán una imagen mucho más clara sobre qué es lo que sigue para ti. Lo más importante es responder con honestidad, e intentar aprender de la experiencia. Una experiencia de la que no aprendemos fue tiempo y esfuerzo desperdiciados.
Tercero, incrementa lo que está en juego. Y repite. Repite hasta que ver tu desarrollo profesional y personal en términos de la responsabilidad que asumes, se vuelva un hábito. Un estilo de vida.
Recuerda que el sentido de responsabilidad, y de asumir las consecuencias de tus actos, es un estilo de vida, no algo que puedas simplemente acotar a tu desarrollo profesional.
Un lector y miembro de la comunidad me pide consejo para virar su carrera hacia un área específica del desarrollo de software, sin tener conocidos:
Como por el momento mi plan de acción es trabajar como freelance y en proyectos personales afines al tema, me ha surgido una pregunta importante: ¿Cómo hacer para mejorar mis habilidades y técnicas de programación si es que no tengo a algún conocido dentro de este campo de la industria que me pudiera ayudar y trabajo solitario en mi casa?
Yo sé que mucho se puede aprender por los libros e internet, cosa que actualmente hago, pero sabemos que siempre hay alguien que ya recorrió el camino y puede hacerte varias cosas much más digeribles.
Por lo que he pensando, contestando a mi pregunta, intentar buscar y contactar por internet, quizá por Twitter, a gente que ya ejerza profesionalmente en la industria de la programación en audio y proponerle pagar por sesiones 1 a 1 donde él pudiera checar código hecho por mi y darme feedback sobre asuntos para mejorar. ¿Qué piensas al respecto?, ¿Sería buena idea?, ¿Cuál es tu opinión?
Mi respuesta:
Una de las cosas más difíciles de trabajar de manera remota es precisamente esa: volverse miembro de una comunidad que soporte nuestros objetivos. No es imposible, pero sí es bien difícil. Algo de lo que me da mucho gusto darme cuenta es que tienes bien reconocido esto, así que vas por buen camino.
La estrategia que yo te recomendaría es la siguiente: encuéntrate un mentor al que le puedas aprender. Tal como escribo en este artículo, tu mentor será tu ventaja competitiva. Lo que vale la pena recalcar acá es que un mentor no necesariamente es alguien que tenga que estar al pendiente de ti: tú puedes adoptar a un mentor, y esa persona ni se entera.
La clave acá es que debes de tener bien claro qué es lo que estás buscando. ¿Aprender sobre la industria? ¿Aprender sobre cuestiones técnicas? Hay un espectro enorme de ámbitos en los que te puedes enfocar. Habiendo decidido esto te ayudará a entender mejor qué es lo que deberías de estar buscando en ese mentor.
Es importante comenzar a buscar e integrarte a tu comunidad. Empaparte de todo el conocimiento que eventualmente te va a dar tu ventaja competitiva, mientras más pronto lo hagas, mejor.
A continuación te comparto una estrategia muy particular que puedes seguir para encontrar tu comunidad de nichos.
Identifica un par de empresas que desarrollen aplicaciones que te gusten. Puede que te gusten por su estilo de desarrollo, la calidad de sus productos, o su mercado. No importa. El chiste es que admires su trabajo.
Identifica a quienes trabajan ahí. Stalkealos. Casi todas las empresas van a tener en su página un directorio con la lista de personas que trabajan ahí. Apréndete sus nombres y el rol que tienen dentro de la empresa. (Si la página de la empresa no tiene una lista de colaboradores disponible, siempre puedes meterte a LinkedIn y buscar ahí.)
Comienza a seguirlos. Probablemente, la misma página donde los encontraste tengan ligada su cuenta de Twitter ((En la industria del desarrollo de software tenemos una gran ventaja. A casi todos nos gusta usar Twitter para compartir las cosas interesantes que nos vamos encontrando.)) o su blog.
Pon atención a lo que comparten. Esto te va a dar una idea de qué es lo que están haciendo. Y si bien seguramente no van a publicar un pedazo de código que puedas estudiar, seguramente sí van a publicar muchas cosas relacionadas con el tema que a ti te interesa.
Pon atención con quienes interactúan. Esto te ayudará a encontrar personas similares dentro de la industria, y podrás comenzar a seguirlos también y así crearte una red de mentores a distancia.
Aparte, claro, te puedes acercar a las diferentes comunidades de desarrolladores que existen en México y América Latina. Entre todos nos apoyamos bastante a resolvernos nuestras dudas, y seguramente a través de ellas puedes hacer conectes bastante interesantes. En este artículo te pongo algunos enlaces que puedes usar para unirte a estas comunidades.
Otro recomendación poco conocido que te comparto, es que la industria es enorme. Por más que creas que tu área de negocio o de especialización es demasiado pequeña, seguramente hay una conferencia al respecto que sube sus videos a YouTube. Solamente es cuestión de saber buscar.
Comentando sobre tu idea de pedirles que te revisen el código en sesiones 1 a 1, cuidado. No digo que sea imposible, pero sí debes de tomar en cuenta el tiempo que alguien le debe dedicar a analizar una pieza de código para darte comentario que sea realmente útil. Va a ser una labor difícil. Si encuentras a alguien que esté dispuesto a hacer eso, te ganaste la lotería. Pero yo no lo tomaría como mi estrategia principal.
Envía tu pregunta por correo electrónico a pregunta@swanros.com. Te responderé en privado, y probablemente publique esa misma respuesta en esta página.
Un lector y miembro de la comunidad me pregunta por correo electrónico cómo puede detectar si para su empresa es solamente un recurso.
Nota: edité un poco la pregunta original por brevedad.
Mi pregunta es ¿COMO SABER SI SOY UN RECURSO O UN ASSET?, lo digo porque en un momento en mi empresa sentía que solo valoraban lo que hacía solo para tener el producto o la app terminada, y en cambio en la consultora, me mandan cositas y regalos y me siento que ahí si me quieren. Espero y me puedas ayudar con esta parte, y la verdad muchas gracias por todo esto, saludos.
Mi respuesta:
Es una pregunta muy interesante, y creo que vale la pena dedicarle un tiempo para poder descomponer la premisa.
Comencemos por lo siguiente: si eres un recurso o un asset no lo determinas tú, sino la empresa. Si bien puedes influenciar la situación a tu favor, dependiendo de qué es lo que quieras, muchas veces no es algo que tú puedas decidir en primera instancia.
Lo que debes de tener claro es que esto es una cuestión de cultura, no necesariamente de estar bien o mal.
Ahora, analicemos la palabra misma, “recurso”. Wikipedia es bastante claro:
Un recurso es una fuente o suministro del cual se produce un beneficio. Recurso se refiere a cuando alguien tiene algo.
Para estar en la mentalidad adecuada, lo primero es tener clara la implicación de lo que significa que te consideren un recurso. En este artículo hablé un poco al respecto. Ahí exploré el concepto de las empresas de línea de producción, que se caracterizan por llegar a la meta de ventas mecánicamente. Este tipo de empresas son bastante propensas a caer en la mala práctica de tratar a sus miembros como recursos.
¿Cómo sé que solo soy un recurso?
Por más increíble la respuesta más sencilla es: te sientes usado y reemplazable.
Para dar un poco más de detalle, estos son algunos de los síntomas de que estás en una empresa que te ve simplemente como un recurso.
No sientes que tus contribuciones aportan más allá de un número en una hoja de cálculo.
No recibes feedback de cómo podrías mejorar en tu trabajo.
Sientes que la distribución de responsabilidades no va de acuerdo con las habilidades de las personas.
No hay un camino de crecimiento claro dentro de la organización.
Las tareas que se te asignan parecen no tener una justificación objetiva; no sabes por dónde te va a llegar la siguiente fuente de incertidumbre. (Algunas empresas le llaman a esto ser “dinámicos”)
La característica principal de un recurso como tal es que es completamente transigente. Un tornillo deja de servir en el momento en que se “barre”. Una escoba deja de servir en el momento en que las cerdas son demasiado suaves. Un colaborador deja de servir en el momento en que su desempeño no es el que se espera de acuerdo a metas arbitrarias. O peor aún, en el momento en el que el colaborador decide levantar la mano para decir “no me parece justo”. En ese momento, muchas veces se les pone la etiqueta de que son difíciles de trabajar con ellos. “No se ponen la camiseta”.
Por otro lado, me gustaría creer que no todas las organizaciones son iguales. Fantaseo con la idea de que todos los directores de empresas en algún momento se den cuenta de que procurar que sus equipos puedan crecer dentro de la organización no les da otra cosa más que beneficios directos.
El argumento más común que he escuchado para no promover el crecimiento profesional de las personas es “que se me van a ir”. Y mi respuesta es ¡que se vayan!
Piénsalo de esta manera, asumiendo que mi empresa trabaja en una industria específica. Si yo entreno a mi equipo con los estándares más estrictos del mercado y procuro su bienestar, tengo una ventaja competitiva bastante grande. Si esas personas se van de la empresa, significa que yo no estoy haciendo un buen trabajo y tengo una oportunidad de mejorar. Además, si esas personas se van a la competencia, eso solamente significa que mi mercado es lo suficientemente grande como para que haya competencia en primer lugar. Y cualquier organización decente, creo, tiene clara la noción de que la competencia sana solamente trae beneficios. A largo plazo, pero beneficios.
El peor pecado que podemos cometer como profesionales es caer en el cinismo de creer que no necesitamos seguir trabajando para mejorar constantemente.
Ahora, ¿cómo sé que sí me valoran?
Porque sientes que les importa tu crecimiento profesional. Exactamente todo lo contrario de ser tratado como un recurso.
Algunos síntomas de que estás en una empresa que quiere que seas el mejor de tu industria:
Sabes que tus contribuciones pueden tener un impacto no solamente en el producto, sino en la organización como tal.
El feedback que se te da es con el objetivo de hacer que mejores, no de recalcar dónde cometiste tu error.
La cultura de la empresa promueve la noción de que subir de puesto no significa que eres mejor que otras personas, sino que tienes lo que se necesita para tomar más responsabilidades.
Sabes exactamente los hitos que te pueden hacer merecedor a un avance de carrera.
No hay incertidumbre, ni en los proyectos que se te asignan, ni en la razón por la cual se te asignan.
Se promueve un sano balance trabajo/vida.
¿Te identificas? Felicidades.
¿Qué hago con este conocimiento?
Lo importante acá es recalcar lo que compartí al inicio de este correo: si eres un recurso o un asset no es decisión tuya. Tu parte de la ecuación es cómo te sientes con la situación actual, y si crees que si un ambiente en el cual quieres seguir.
Claramente hay personas que simplemente quieren llegar, hacer su trabajo, y continuar con su vida. Se vale. Pero como compartía hace unos días en el canal de Telegram de El Podcast DEV, si tú en primer lugar no tienes interés por mejorar en tu carrera y crecer tu skillset, y resumes tu trabajo y contribución a “una transacción entre la empresa y yo”, entonces no te puedes quejar de que te traten como un recurso. Simplemente no se puede. Porque esa es la mentalidad con la que estás llevando tus contribuciones.
Un lector y miembro de la comunidad me envía un correo preguntándome sobre lo que pienso acerca del ageism ((La discriminación por edad o edadismo, es la estereotipificación y discriminación contra personas o colectivos por motivo de edad. Engloba una serie de creencias, normas y valores que justifican la discriminación de las personas según su edad. Wikipedia.)) en la industria del TI.
Adjunto el correo:
Hola Óscar, antes que nada quiero felicitarte por tus recientes -o no tan recientes- iniciativas, con respecto a tu web, artículos, etc. Te sigo desde hace casi dos años, en el tiempo de remoteando.
Pasando a la pregunta, me gustaría saber qué opinas del ageism en el contexto de TI y sus implicaciones al momento de buscar nuevos retos laborales y particularmente en modalidad remota.
Hace dos meses llegué a los 36 y donde más oportunidades hay, que es en las clásicas dev shops, es donde más se practica lo de buscar “carne fresca”. Además en estos tiempos de hiper-especialización, apostarle a un área o tecnología a la cual pivotear, se convierte tal cual, en un juego de azar. ¿De plano es un dead-end y conviene mejor irse al campo a criar ovejas (y programar sólo por gusto)?
Espero que de vez en cuando, este tipo de temas poco gratos que existen en la industria, tengan cierta cabida en tus contenidos.
¡Saludos!
Mi respuesta:
Mil gracias por tus comentarios y por enviar tu pregunta. Es un gusto tenerte por acá y saber que me tienes la confianza.
Creo que es una excelente pregunta, y una cuya respuesta yace en la misma premisa. Buscar “carne fresca” en TI es una práctica común en aquellas empresas a las que yo les llamo “de línea de producción”. Son esas organizaciones que están buscando simplemente obtener un resultado específico con características arbitrarias: puede ser un modelo específico de zapato o una pieza para alguna televisión, o si trabajas en TI, software a la medida. ?
¿Por qué buscan carne fresca? Porque muchas veces, este tipo de negocio se enfoca en el trabajo mecánico que hacen las personas operando la línea de producción. El negocio no está diseñado para que esas mismas personas pueden eventualmente dejar de operar en ese puesto; es decir, crecer.
En un shop de cualquier ámbito…
• Tienes un set de herramientas específicas para usar. Muy aparente cuando una organización se autodenomina development shop en cierta tecnología particular.
• Tienes un horario definido. Llegas a esta hora, trabajas un turno de corrido, a esta hora comes, y sales a las 8 de la noche.
• Tienes una meta clara y estricta. El cliente llegó con un problema, y se le vendió una solución con una fecha límite de entrega.
Este tipo de modelo de negocio rara vez te dará ese sentimiento de superación profesional. ¿Qué vas a hacer, apretar más rápido los tornillos? ¿Así vas a demostrar que puedes crecer? Espero entiendas a dónde voy…
La otra cosa que te tomaría en cuenta es que, desafortunadamente, la “carne fresca” es más barata. Porque tiene menos experiencia, y aún no han descubierto el potencial y las ramificaciones de sus contribuciones. Se siguen enfocando en el trabajo mecánico, y siguen pensando que se les debería de pagar en función del tiempo que pasan haciendo tal o cual cosa. Aún no han aprendido a aprovechar sus habilidades creativas, y explotarlas de alguna manera en que su sueldo esté ligado al impacto que generan, no a un trabajo mecánico medido en tiempo.
Si tú te sientes que ya no encajas en la industria actual, yo te aconsejaría que lo vieras de otra forma: ya tienes experiencia, y no eres lo que este tipo de empresas está buscando. Esa misma experiencia es la que te dará la ventaja competitiva para buscar una oportunidad en una empresa que no sea una línea de producción.
Te aconsejaría tomar nota de cuáles sí son tus habilidades que te distinguen, y aprender a venderlas mejor a empresas que sí busquen lo que tienes que ofrecer.
Regla #1 del marketing: conoce a tu cliente. ?
Envía tu pregunta por correo electrónico a pregunta@swanros.com. Te responderé en privado, y probablemente publique esa misma respuesta en esta página.
Ayudo a personas que trabajan con software a mejorar sus carreras profesionales.
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