A veces la rutina es buena. Nos da estructura, predictibilidad.
A algunos nos funciona eso.
Para otros, es el infierno en la tierra.
Pero incluso para los que nos funciona, no lo hace siempre. En lo personal, más de 3 semanas de rutina, y me comienzo a desesperar. 2 semanas es mi punto óptimo.
Esto solo lo he aprendido haciéndome consciente de los efectos que mi entorno tiene en mí.
Y es por eso que hoy en día prefiero pensar en términos de rituales, y no de rutinas.
Esta semana, por ejemplo, salgo de mi rutina estando en CDMX por trabajo. Solamente el cambio de escenario, y ya siento que varios de los temas que traía atorados se están comenzando a mover.
Aunque también significó que no pude mandar este correo en la mañana. Pero igual lo hice. El ritual funciona.
Así que… este es un recordatorio.
De vez en cuando, sal de la rutina. Aunque te funcione.
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