No necesitas que cada casa acepte tu oferta. Solo necesitas la que se sienta como hogar.
No necesitas que todas las personas quieran construir una vida contigo. Solo necesitas a una.
No necesitas que diez universidades te digan que sí. Solo necesitas la que abra la puerta correcta.
Estos procesos —admisiones universitarias, búsqueda de empleo, compra de casa, encontrar pareja— pueden ser emocionalmente brutales. Pueden derribarte de formas que se sienten personales. Pero en esos momentos, esa verdad puede ser un ancla.
Solo hace falta que uno salga bien.
Y ese uno es todo lo que necesitas.
Buen recordatorio.
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