Durante años hemos estado lidiando con el colapso de la clase media creativa debido a la codicia corporativa. Al cambiar las formas en que consumimos varias formas de arte y, por lo tanto, devaluarlas, las grandes empresas han estado limitando el número de trabajadores que pueden ganar un salario digno de su arte. Esto es cierto en todos los ámbitos: desde Amazon y libros, hasta Spotify y música, hasta Netflix y televisión/cine. Tenemos más contenido que nunca, pero menos oportunidades para que el arte y los artistas prosperen.
Lo mismo está pasando en muchas otras áreas de la vida: más competencia significa menos oportunidades. Bien lo dijo Síndrome: “cuando todos sean súper, nadie será.”
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