• Crear hábitos te va a salvar de ti misma

    Todo mundo habla de cómo crear hábitos te puede salvar. Tal vez lo primero que se te viene a la mente son hábitos alimenticios, o de ejercicio. Probablemente de asqeo o de cuidado personal. Pero la verdad es que crear hábitos no necesariamente tiene que ser cuestión de vida o muerte. A veces simplemente se trata de hacernos la vida más fácil.

    Hace unas semanas compré una nueva MacBook Air con chip M1, y hoy me di a la tarea de por fin migrar todo lo que necesito para trabajar de mi máquina vieja a esta nueva. Entre las cosas que tenía que mover estaba mi llave SSH((Una llave SSH es, para fines prácticos, una contraseña con la cual se pueden autenticar dos computadoras a través del protocolo de comunicación SSH. Aprende más al respecto aquí.)) con la que me autentico con varios servicios, servidores, y demás. Esta llave SSH en particular la he usado por varios años, y ha sobrevivido a más de un par de transiciones de máquina a máquina.

    Pero hoy fue diferente. Hoy casi pierdo este pedazo de información, sin el cual me quedaría virtualmente sin acceso a un número importante de aplicaciones y sistemas de los cuales dependo día con día.

    El problema

    Una de las herramientas que instalo apenas tengo acceso a un nuevo sistema es TripMode. TripMode es una aplicación que me permite limitar el acceso a internet de otras aplicaciones que corren en el sistema. Bastante útil para conectarse en redes públicas o de baja capacidad, donde no saturar la red es vital para poder tener una conexión decente.

    Al estar sacando todo de mi máquina vieja, fui y copié la llave SSH y creé una nueva nota segura en 1Password{{{1Password es mi administrador de contraseñas preferido. Yo no conozco ninguna de mis contraseñas, todas son generadas automáticamente por 1Password.}}} con ella. Nada podría salir mal.

    Teniendo la seguridad de que había seguido mi protocolo de migración de dispositivos, borré todo el contenido del disco duro de mi computadora vieja.

    Unas horas después, ya en la computadora nueva, necesitaba tener acceso a mi servidor que requiere autenticación con mi llave SSH. Así que voy a 1Password, y busco la llave, pero no la encuentro. Comencé a entrar en pánico, hasta que encontré la razón por la que, por primera vez en mi vida, un elemento no se había sincronizado correctamente entre mis dispositivos.

    En mi computadora vieja, mi manejado de contraseñas no tenía acceso a la red. TripMode estaba activado. Entonces nunca sincronizó la clave con mis otros dispositivos.

    Cómo mis buenos hábitos me salvaron

    Después de un buen rato de lamentarme, pensar cómo podría rescatar aquella contraseña, e incluso considerar en poner en marcha mi plan de contingencia, tuve una idea.

    Recordé que alguna vez, en mi administrador de portapapeles{{{Un administrador de portapapeles es una aplicación que se encarga de guardar un historial de todo lo que copias en tu computadora. Así tienes acceso no solamente a lo último que copiaste, sino a los últimos 60 días de contenido. Yo uso AlfredApp.}}}, había una casilla que se podría seleccionar para evitar incluir en el historial el portapapeles universal (una funcionalidad que me permite copiar texto en un dispositivo, y pegarlo en otro). Afortunadamente nunca activé esa casilla.

    Al recordar esto, abrí mi historial de portapapeles, tecleé la frase clave, y encontré lo que buscaba.

    Estaba salvado.

    Crear hábitos se vuelve un hábito

    Después de cierto tiempo y experiencia, crear hábitos se vuelve, en sí, un hábito. Tanto así que se comienzan a buscar estos hints de cosas que se pueden pasar a segundo plano (hábitos) para cada una de las tareas con las que nos topamos.

    Crear hábitos te puede llegar a salvar incluso cuando se trata de preservar información, conocimiento, o en mi caso, acceso a herramientas y recursos que necesito para trabajar.

    En esta historia, 3 hábitos estuvieron en juego:

    1. Habilitar TripMode cada vez que uso mi computadora en una red con poco ancho de banda. La semana pasada no había estado en mi casa, y la red que tuve disponible no era tan estable como me hubiese gustado.
    2. Usar un administrador de contraseñas en mis dispositivos.
    3. Usar un administrador de portapapeles.

    En este caso en particular, 2 de mis hábitos se vieron envueltos en una desafortunada combinación que casi me hacen perder un pedazo de información bastante importante para mí. Afortunadamente, un tercer hábito llegó al rescate y me permitió continuar con mi cometido.

    Esa es la lección. No siempre se trata de vida o muerte. A veces, solamente se trata de evitarte dolores de cabeza.

    Crear hábitos te puede salvar. A veces incluso de ti misma.

  • Si no sabes que lo tienes, no lo tienes

    Para crear un sistema de productividad realmente útil, hay que reconocer que no se trata solamente de almacenar información, sino de crear oportunidades para que esa información esté disponible cuando la necesitamos.

    Almacenar por almacenar es un esfuerzo inútil.

    La realidad es que podemos almacenar cosas, información, conocimiento, o lo que queramos. Pero si no tenemos un mecanismo a través del cual rescatarlo cuando realmente se necesita, es como si no lo tuviéramos.

    Una llave no sirve de nada si está encerrada en el lugar al que quiero entrar.

    Sucede lo mismo con las ideas.

    Post inspirado por Seth Godin.

  • La fricción innecesaria, y cómo prevenirla

    Una de las trampas más comunes en las que caigo cuando estoy escribiendo un nuevo artículo, o iniciando cualquier proyecto, es la fricción innecesaria. Esta fricción usualmente proviene de pensar o meditar en exceso en detalles que realmente no son relevantes para el objetivo al que quiero llegar. Son restricciones de proceso que no agregan valor.

    Un ejemplo rápido, con el que cualquiera se puede identificar: tener hambre, entonces hay que preparar desayuno. Preparar huevo con jamón es el proyecto, en este caso.

    Una restricción arbitraria común que me he puesto para este proyecto es que solamente puedo comer cierta marca de jamón. Y que no puedo usar huevos que no sean de cierto proveedor local. Ya ni hablar del tipo de tomate que me gusta (prefiero el bola, pues no me gusta la consistencia del saladet).

    No es inusual que me comience a preguntar sobre la temperatura adecuada a la que debo calentar mi sartén para llegar a la consistencia adecuada.

    Solo quería desayunar, pero mi cerebro automáticamente se preocupó por otros detalles. Detalles que, si bien pueden ser importantes para mí, son realmente irrelevantes para resolver el problema con el que inicié: tengo hambre, y quiero preparar desayuno.

    La fricción

    Lo que describí anteriormente es una simplificación de algo que todos experimentamos, en cierto grado, a lo largo del desarrollo de un proyecto. A veces incluso sucede antes de comenzar el proyecto formalmente: cuando se tiene la idea inicial.

    Caer en la trampa de enfocarse en este tipo de detalles que no aportan ningún valor real al objetivo final del proyecto es común. De hecho, sucede en muchas disciplinas. Por ejemplo:

    • Se tiene una idea para una nueva aplicación móvil. Pero antes de siquiera definir la lista de funciones iniciales, se desperdicia tiempo y energía pensando en la estrategia de marketing a usar para venderla.
    • Al querer comunicar una noticia al equipo, se agoniza sobre la hora ideal para hacerlo, y se deja de lado el escribir un mensaje conciso y claro que no vaya a generar dudas e incertidumbre.
    • Estar al teléfono recibiendo un recado, pero no se anota porque no se tiene a la mano el tipo de pluma favorito con el tamaño de punto adecuado. Eventualmente se olvida el mensaje.

    Este tipo de fricciones son, yo diría, responsables por el 90% de los proyectos que no logro concretar. Este tipo de fricciones también son completamente innecesarias.

    Probablemente sepas que Adolf Hitler fue un prolífico pintor. Las consecuencias de la fricción que llega con restricciones arbitrarias se materializan en la siguiente frase: “fue más sencillo para Hitler iniciar la Segunda Guerra Mundial que enfrentarse a un lienzo en blanco.”

    Yo lo llamo fricción. Steven Pressfield, en su libro The War of Art, lo caracteriza como “la resistencia”. Una fuerza sobrenatural cuya única meta es detenernos de hacer nuestro trabajo. Esta fuerza ataca a profesionales y amateurs por igual. Así que no estamos solos.

    Previniendo la fricción

    Para cuando me doy cuenta de que estoy pensando en cosas que no agregan valor al proyecto, ya es demasiado tarde. Ya soy víctima de la fricción. Afortunadamente, aún en esta situación, hay algo que hacer: aprender.

    La fricción no se combate. Se previene.

    La forma de comenzar a prevenirla es ser más conscientes de ella. Saber que siempre estará ahí acechando. Tomar nota de las situaciones en las que la fricción se hace presente. ¿Es el tipo de proyecto? ¿La temporalidad? ¿Las circunstancias generales?

    Volviendo al ejemplo inicial de este artículo, si ya sé que el origen de mis ingredientes es tan importante para mí, tomaré nota. Así, en vez de ser víctima de la fricción cada vez que quiera preparar mi desayuno, seré proactivo. Al estar en el supermercado, compraré únicamente los ingredientes que satisfacen mis estándares. Pero solo podré hacer esto si tomé nota antes.

    OIE: Objetivos, Inspiración, Etiquetas

    Afortunadamente, he sido víctima de la fricción tantas veces, que he logrado crear un marco de trabajo para prevenirla. Este marco de trabajo me ayuda a mantenerme en el camino correcto, y a enfocarme en lo que realmente importa: terminar el proyecto.

    Llamo a este marco de trabajo “OIE”, que son las siglas de Objetivo, Inspiración y Etiquetas, los componentes principales (y únicos) de toda la estrategia. Desde hace unos años uso OIE en cada uno de los proyectos que inicio. Me ha ayudado a entregar la gran mayoría de ellos. Cada uno de los artículos que he escrito en esta página inició con OIE.

    Así es como funciona: al iniciar un proyecto escribo el Objetivo, la Inspiración, y las Etiquetas que lo definen.

    • Objetivo: de manera concreta, describo lo que quiero lograr con el proyecto. Sin medias tintas, y lo más sucinto posible, respondo la pregunta ¿por qué estoy haciendo esto?
    • Inspiración: aunque parece un poco esotérico, aquí describo de manera clara por qué vale la pena que complete este proyecto.
    • Etiquetas: enlisto las palabras con las que relaciono el trabajo que estoy haciendo.

    Cada proyecto tiene una sección, regularmente en la primera página, que define su OIE. Por ejemplo, el OIE de este artículo es el siguiente (lo copié y pegué):

    • Objetivo: compartir mi marco de trabajo para mantenerme productivo y prevenir la fricción innecesaria en mis proyectos.
    • Inspiración: estaba organizando mis notas y pensé que compartir mi metodología podría aportar valor a mis lectores.
    • Etiquetas: productividad, mental hacks, fricción, resistencia, objetivos, limitantes, proyectos, progreso.

    Definir el objetivo me ayuda a mantenerme en el camino correcto, a enfocarme. Expresar la inspiración me recuerda por qué vale la pena lo que estoy haciendo, me ayuda a mantenerme motivado. Las etiquetas me proveen el contexto necesario del proyecto, así logro detectar si me estoy “saliendo de la raya”.

    Al definir un OIE para cada proyecto, se ha vuelto prácticamente imposible desviarme de mis objetivos y caer en la fricción innecesaria. Estoy previniendo volver a ser víctima de la resistencia.

    También, el OIE ha sido una herramienta excelente para determinar, lo más pronto posible, si un proyecto vale la pena en primer lugar. Si no logro definir el OIE de algo, probablemente aún no está listo para ser ejecutado.

    Úsala a consciencia, y verás como mucha de la incertidumbre desaparece, y la fricción innecesaria no aparece. Recuperarás tu productividad.

    Conclusión

    Algo que siempre le digo a las personas que toman consultas privadas conmigo es que no puedes mejorar algo si no sabes el estado en el que te encuentras. Esto aplica 100% para cuestiones de productividad.

    Sentir que no se avanza en un proyecto es algo común. A todos nos pasa. Y antes de saber qué exactamente es lo que tenemos que cambiar para ser más productivos, necesitamos preguntarnos si tenemos una concepción concreta de en dónde estamos.

    El OIE te ayuda a obtener esa respuesta para tus proyectos.

    La fricción no se combate. Se previene.

  • Calendario vs. una lista de tareas: cuándo usar cada uno

    Cuando comienzas a preocuparte por organizar tu tiempo de una mejor manera, las primeras herramientas que te van a sugerir es usar un calendario y un to-do list. Un error que muchas personas cometen es asumir que estas herramientas son intercambiables, pero no es así. Ni de cerca.

    La configuración más común de este error es ver tu calendario como una lista de cosas que debes hacer.

    Pero tu calendario no es un to-do list.

    Cuando tengas espacios grandes en tu calendario, dedícalos a atacar múltiples tareas en tu to-do list. Estas tareas no necesariamente tienen que estar relacionados con tu trabajo. En mi to-do list yo tengo cosas como “cargar audífonos” o “agendar recolección de la lavandería”.

    La diferencia es sutil, pero poderosa.

    En tu calendario van eventos que están atados a un horario/lugar específico. “De 9 a 10 voy a hacer mi investigación para mi nuevo artículo”. Es algo que solamente puede suceder dentro de ese horario.

    En tu todo-list, agrega tu miscelánea de pendientes. “Revisar que se envió un correo” o “verificar que me hayan contestado X cosa”. No importa dónde lo haga, ni a qué hora.

    ¿Cómo sé si va en mi calendario o en mi to-do list?

    Agrégalo en tu calendario si…

    1. Más de una persona está involucrada.
    2. Requiere un bloque de tiempo para que puedas concentrarte.
    3. Requieres estar en cierto lugar para completarlo.

    Agrégalo a tu to-do list si…

    1. No importa a qué hora ni dónde lo hagas.
    2. Completar la tarea te llevará menos de 30 minutos.
    3. La entrega está sujeta a una fecha límite.

    Complementos

    Tanto un calendario como un to-do list son piezas integrales de un sistema de productividad. Como tales, no son exclusivas, y por el contrario, funcionan excelentemente cuando se usan en conjunto.

    Imagina que te asignan un proyecto que requiere que hagas una investigación exhaustiva sobre un tema en particular. Vamos a decir que quieres conocer el ciclo de vida del plancton. Organízate de la siguiente manera:

    1. En tu to-do list crea un ítem que se llame “Entregar reporte sobre el plancton.”
    2. Asígnale tu fecha límite pactada.
    3. En tu calendario, crearás eventos de 2 horas cada día de la semana llamados “Investigar sobre el ciclo de vida del plancton”.

    De este modo, tu to-do list y tu calendario se están complementando para aumentar tu productividad. Tu to-do list alimenta tu calendario, y tu calendario asegura que tengas el espacio necesario para cumplir con tu fecha de entrega.

  • Barack Obama: cómo toma decisiones difíciles

    Hace unos días me encontré on un link en Twitter que me llamó la atención. Un ensayo de Barack Obama, que daba su visión para abordar y tomar decisiones difíciles.

    Hay un puñado de personas en todo el mundo de las cuales voy a consumir absolutamente todo el contenido que me encuentre. Barack Obama es una de ellas. Desde su más reciente libro, hasta su entrevista con David Letterman en Netflix, o su participación con Zach Galifianakis en Between Two Ferns. Este vistazo al detrás de cámaras de cómo es entrevistarlo, por Destin Sandlin, también es una joya.

    Así que naturalmente, encontrarme un ensayo escrito por él mismo en mi timeline era algo que tenía que estudiar. Después de unos días, creo que he logrado sintetizar mis conclusiones clave.

    Recientemente he estado pensando mucho en términos de cómo podemos tomar mejores decisiones. Interpretar de mejor manera lo que sucede en nuestra cabeza y que nos lleva a decidir por una opción sobre otra. Al leer el ensayo de Obama, algo me queda claro: todas las decisiones, independientemente de sus implicaciones, siguen un mismo patrón.

    Una frase que empleo constantemente en mi trabajo, cuando hago coaching con personas de mi equipo, o cuando me toca ser la punta de lanza en algún proyecto es “hay que dar dos pasos hacia atrás.” Esta frase encapsula, para mí, la importancia de tener el contexto completo de la situación: tener todos los datos posibles para poder tomar una decisión informada.

    Barack Obama lo comunica de una manera bastante concisa, al proponer la creación de un marco de trabajo que nos permita tomar cualquier tipo de decisión. Este marco de trabajo nos permitirá abstraer nuestros sesgos cognitivos y enfocarnos en resolver la situación a mano con la cabeza fría.

    Me he tomado la libertad de sintetizar los puntos más importantes que rescato del artículo original a continuación.

    El marco de trabajo

    Todo el artículo original gira al rededor de la idea de la creación de un marco de trabajo definido para tomar decisiones.

    Tener este marco de trabajo, o metodología, es importante porque ayudar a remover mucha de la entropía((Coloquialmente, suele considerarse que la entropía es el desorden de un sistema, es decir, su grado de homogeneidad. Wikipedia.)) de la situación. Esta entropía es la que eventualmente nos podría hacer caer en sesgos, y tomar decisiones erróneas basadas en el contexto inmediato en el que se está tomando la decisión.

    Cuando se tiene una metodología clara, la toma de decisiones, independientemente de las circunstancias e implicaciones, se resume a una cuestión de visión, valores, e información dura.

    … in just a few short weeks on the job, I had already realized that because every tough decision came down to a probability, then certainty was an impossibility — which could leave me encumbered by the sense that I could never get it quite right.

    So rather than let myself get paralyzed in the quest for a perfect solution, or succumb to the temptation to just go with my gut every time, I created a sound decision-making process — one where I really listened to the experts, followed the facts, considered my goals and weighed all of that against my principles.

    Then, no matter how things turned out, I would at least know I had done my level best with the information in front of me.

    Una frase que se me viene a la mente, que tiene mucho que ver con esto, es “un problema bien explicado es un problema resuelto a la mitad”. La aprendí leyendo How To Stop Worrying and Start Living, de Dale Carnegie. Te lo recomiendo.

    Seguir la metodología, y honrar el marco de trabajo para la toma de decisiones, incrementa nuestra confianza. Así, estaremos seguirás de que el resultado final estará alineado con nuestros valores y objetivos.

    While I couldn’t guarantee the outcome, I was confident in making the decision. 

    Es importante tener claro que nuestras decisiones se verán constantemente influenciadas por las circunstancias en las que nos encontramos. Pero si tenemos una metodología establecida, mucha de ese peso cognitivo es removido de nosotros.

    Cualquier decisión debe de ser tomada con un objetivo en mente, tomando como referencia nuestros valores. Tener este marco de trabajo, o framework para tomar decisiones, nos acerca a esa panacea.

    The best we can do is find a framework that helps us consider our choices, knowing that there may not be one perfect answer. That way, we can rest a little easier knowing that did the best we could in the circumstances, come what may.

    El equipo

    El equipo de trabajo es fundamental, de acuerdo con el ensayo original. Aunque Barack Obama es la persona con la última palabra para determinar si se hace algo o no, hay todo un equipo de expertos detrás de todo el proceso.

    Cuando se es la persona a cargo de tomar una decisión, es necesario que se consideren a las personas que están de nuestro lado, y que tienen los mismos intereses que nosotros en mente. Sobre todo, aquellas personas que tienen la experiencia empírica, y cuya experiencia marca absolutamente toda la diferencia.

    Pero no es todo. Es importante mantener la cabeza a nivel para escuchar incluso a aquellas personas que tienen opiniones contrarias a nuestra posición. Al estar en una posición de poder, contrario a lo que se podría pensar, dar espacio para que otras voces con opiniones diferentes hagan saber su sentir, crea un ambiente de confianza. Este ambiente invitará a que otras personas con puntos de vista no necesariamente alineados con la visión original alcen la voz.

    Having at least one contrarian in the room pushed us all to think harder — and, frankly, everyone was a bit freer with their opinions when that contrarian wasn’t me.

    Esto me hace tocar un poco en el concepto de followership. Este concepto nos ayuda a comprender cómo podemos ser mejores seguidores, y desde nuestra posición, influenciar a los líderes del esfuerzo. Visto desde otra perspectiva, un buen líder fomentará también que aquellas personas que lo siguen, lo hagan de la mejor manera. Fomentará discusiones sanas, y creará espacio para que todas las opiniones sean tomadas en cuenta.

    When you have a tough, almost unsolvable decision to make, you don’t just want people to tell you what you want to hear.

    Puedes leer más sobre followership aquí.

    Delimitación

    Uno de los peores errores que cometemos los humanos en todas nuestras áreas de la vida, es actual por impulso. Barack Obama intenta contrarrestar esta problemática dejando que sus “pensamientos se marinen”.

    No hay que confundir la idea de actuar impulsivamente con el actuar por instinto. Cuando se actúa por impulso, estás dándole las riendas de la toma de decisiones a tus sesgos, ya sean cognitivos o emocionales. Estás fallando como líder. Cuando se actúa por instinto, estás escuchando a tu sexto sentido. Ese sexto sentido viene de la experiencia, y la probabilidad de que el resultado de la decisión sea favorable aumenta.

    Ciertamente hay valor en dar dos pasos hacia atrás y dejar que tus pensamientos se marinen en toda el contexto que has recibido. Lo importante entonces, es crear el tipo que requerimos para hacerlo.

    Even in situations where you have to act relatively quickly, as was frequently the case during the financial crisis, it helps to build in time to let your thoughts marinate.

    Esta es una parte fundamental del marco de trabajo que usaremos. Hay que considerar que, dentro de nuestro plan de juego, deberá existir un mecanismo a través del cual podamos tomarnos el tiempo necesario para pensar bien las cosas, y así evitar actuar por impulso.

    Obama dice, “nunca puedes contar con un descanso con buen tiempo, ni predecir el cómo te va a ayudar”. Pero si algo es cierto en esta vida, es que si algo no se intenta, las probabilidades de fallar son del 100%.

    Debemos de tomar en cuenta que, contrario a lo que muchos podrían pensar, los humanos no estamos diseñados para estar todo el tiempo funcionando a máxima capacidad. El burnout es real. Para mantenernos en la mejor condición cognitiva posible, es necesario que tomemos descansos. Y si tomamos esto en cuenta dentro de nuestra metodología de resolución de problemas, estaremos incrementando la probabilidad de que tomemos mejores decisiones cuando sea necesario.

    Finalmente, Obama toca el punto de la delimitación de su atención. En algunos podcasts en los que he participado he compartido la idea de tener espacios definidos para trabajar y para descansar. Es necesario: las máquinas están hechas para trabajar constantemente, los humanos no.

    Obama representa esto en términos de rituales, a través de los cuales crea una delimitación entre “modo trabajo” y “modo dejando que mis pensamientos se marinen”.

    After signing the Affordable Care Act into law, I finally quit smoking for good — but took pains to maintain other outlets, other rituals, that helped preserve some boundaries, however tenuous, between life and work. My morning workout, an evening walk on the South Lawn, after-dinner pool games with our dear friend and family chef Sam Kass. Whatever decision I might be carrying would breathe a little — and so would I. Those rituals included leaving the Oval Office at six-thirty each night so that I could have dinner with my family.

    Atención en la palabra tenous. Un ritual para delimitar a donde estaremos destinando nuestra atención no necesariamente significa cambiar de lugar de trabajo, o cambiarse de ropa. Por ejemplo, yo he entrenado a mi cerebro para saber que la primer taza de café del día significa “modo trabajo”. También sabe que escuchar mi podcast favorito por la tarde significa “modo descanso”.

    Así funciona mi framework.

    Conclusiones

    Me parece extraordinario que una de las personas más poderosas del mundo use técnicas tan sencillas para tomar decisiones. Técnicas que tú y yo podemos comenzar a aplicar hoy mismo.

    Obviamente hay mucho más contenido qué rescatar y aprender al respecto. Pero creo que esta idea general es digna de compartir: la importancia de contar con un marco de trabajo para tomar decisiones.

    Te invito a leer el artículo original en Medium, y a escribirme en Twitter o por correo si tienes algo que agregar.

  • Una receta: tú decides cómo la adaptas

    Quieres preparar el platillo favorito de tu niñez, pero no tienes la receta. ¿Qué haces? Probablemente llames a tu mamá o a algún familiar para pedírsela. Seguramente, después de unos cuantos minutos al teléfono, reconocerás ese aroma que te recuerda a casa.

    Analicemos la situación:

    1. Querías preparar algo de comer, pero no sabías cómo.
    2. Alguien que tenía la experiencia apreciable para decirte cómo llegar al resultado que esperabas.
    3. Seguiste la receta al pie de la letra y ahora estás disfrutando tu platillo favorito.

    Felicidades, acabas de descubrir la metodología para resolver absolutamente cualquier problema que se te pueda presentar.

    En algún momento de nuestra vida nos encontraremos con situaciones retadoras. Una nueva experiencia, una decisión a tomar, o un conflicto a resolver. Podrías recurrir a tu mentor por ayuda, o podrías buscar una síntesis de cómo atacar el problema.

    Una receta.

    Sigues la receta al pie de la letra, intentando atacar la situación paso a paso. Una pizca de metodología por aquí, y un pasón de creatividad por allá. Poco a poco el platillo va tomando forma.

    La belleza de una receta es que se adapta a nosotros. “Sal al gusto”. Exactamente esa es la misma filosofía con la que deberíamos tomar las recetas que nos encontramos para resolver problemas.

    A la receta podemos modificarla a nuestro gusto para satisfacer nuestras necesidades. Decidimos qué agregar, qué quitar, y las cantidades de los ingredientes a usar para que nos resuelva nuestro problema en particular.

    Cuando pidas consejo o guía de cualquier persona, recuerda: te están dando la receta que les funcionó a ellos. La sal siempre es al gusto.

  • ¿Qué cambia cuando dejas de estudiar y comienzas a trabajar?

    Recientemente, un grupo de estudiantes universitarios agendaron una llamada conmigo para pedirme consejo sobre desarrollo profesional. Durante 40 minutos, tuve la oportunidad de compartir algunos insights de lo que se iban a enfrentar cuando por fin terminaran la escuela. La última pregunta que recibí en esa llamada me llamó la atención: ¿cuál es la diferencia más grande entre estudiar y trabajar?

    Una pregunta tan simple, pero que nunca me la habían hecho. Creo que de hecho, ni yo mismo la había pensado. Pensé un momento, y di la respuesta que consideré apropiada en el momento: la principal diferencia entre estudiar y trabajar es la responsabilidad.

    Cuando estudias, dentro del gran esquema de las coas, lo peor que puede pasar en primera instancia si no eres responsable es que repruebes. Como tal, las implicaciones del reprobar pueden tener significados diferentes para cada uno de nosotros. Sin embargo, las consecuentes directas de reprobar se podría decir que palidecen cuando se comparan con las consecuencias directas de no asumir tu responsabilidad en tu empleo.

    Definiendo “responsabilidad”

    Todos tenemos responsabilidades, queramos o no. A veces estas responsabilidades se nos son dadas. Y desde muy chicos fuimos condicionados a que si no cumplíamos con ellas, no podríamos disfrutar de aquello que más nos gusta.

    Si no lavamos los trastes, no podemos salir a jugar con nuestro mejor amigo. ¿No arreglamos la habitación? Entonces no podemos ver televisión o usar el internet. Para ganarnos el derecho a comer postre en la cena, debemos de asearnos por la mañana.

    man in black t-shirt and blue denim jeans sitting on tree branch
    Foto por Zhang Kenny en Unsplash

    Se nos enseñó que para poder hacer lo que nos gusta, aquello que nos trae gozo y que nos motiva, necesitamos cumplir con “nuestras responsabilidades”. Pero nunca se nos dijo que en la vida real, si no cumplimos con nuestras responsabilidades, contar con lo más básico que necesitamos para vivir, como tal, se vuelve un reto.

    No se nos dijo que en el mundo real no hay nadie que te esté buscando para que te hagas responsable. Porque la realidad es simple: en un ambiente profesional, si no funcionas, pero tampoco se ve que estés haciendo algo por mejorar, las consecuencias son severas. Yo aprendí esto a la mala.

    Se nos incentivó de manera incorrecta, dándonos a entender que una responsabilidad era un medio para hacernos merecedores a un premio. Lo que se nos debió de haber inculcado es que asumir responsabilidades es el tipo de cambio por defecto en la vida real y profesional.

    Si quieres un aumento de sueldo, ¿crees que te van a pagar más sin exigirte lo proporcional?

    ¿Algún día te gustaría dirigir una empresa o equipo? Debes tener claro que el esfuerzo del equipo que estás lidereando tenga éxito será tu responsabilidad. Jocko Willink lo expresa de manera muy concreta en Extreme Ownership, cuando dice que el éxito o el fracaso de un equipo es la única responsabilidad del líder.

    Si tienes la siguiente idea de aplicación que es “como Uber, pero para…” y que revolucionará alguna industria, ¿quién se va a encargar de que sea un éxito?

    ¿De quién es la responsabilidad?

    Ser responsable y asumir las consecuencias de nuestras acciones no es un medio para conseguir un premio. Es un estilo de vida que, aunque duro, paga con interés compuesto ((El interés compuesto, en contabilidad y finanzas, es el interés de un capital al que se van acumulando sus réditos o intereses para que produzcan otros. El interés compuesto permite la capitalización de intereses periódicamente -día a día, mes a mes, etcétera. Wikipedia)).

    Asumir la responsabilidad

    “Sé responsable y asume las consecuencias de tus actos.”

    Es un infortunio que esta frase sea usada casi exclusivamente en situaciones desagradables. Recuerdo que mi mamá me la llegó a decir en varias ocasiones, regularmente después de que había hecho algo indebido.

    El contexto de las cosas importa. Y si se nos inculcó que asumir las consecuencias de nuestras acciones tenía una connotación negativa, ¿cómo podríamos esperar que viéramos el ser responsables como algo bueno?

    Nunca se nos dijo que las consecuencias de nuestros actos también pueden ser buenas. Que ser responsable es más que algo que se debe hacer para recibir un premio. ¿No te habría gustado que desde los pocos años de vida te dijeran que los beneficios que obtienes por ser responsable son mucho más duraderos que el postre que te prometieron?

    Se nos chantajeó.

    Afortunadamente, asumir la responsabilidad de nuestras acciones es un hábito que se puede fomentar, y en el cual podemos trabajar todos los días.

    Fomentando el ser más responsable

    Hay una serie de cosas que podemos hacer activamente para fomentar ser más responsables. Los siguientes tips que te voy a compartir no solamente funcionan personalmente; los puedes aplicar también con tu equipo en caso de que estés en una posición de liderazgo.

    Primero, asegúrate de no morder más de lo que puedes masticar. Tus metas deben de ser realistas, y lo suficientemente asequibles como para que el reto sea importante, pero no imposible.

    Como cualquier hábito, lo que queremos en primera instancia es darnos cuenta de que podemos hacerlo si nos lo proponemos. Mi terapeuta le llama a esto “obtener las pruebas duras de que sí puedes lidiar con ello”. Después, podremos ir incrementando el nivel de complejidad hasta llegar al punto en el que deseemos mantenernos.

    Así que en primera instancia, no te preocupes si sientes que no tienes el mismo sentido de responsabilidad que el CEO de Apple. Las circunstancias son completamente diferentes. Si comienzas a hacer este tipo de comparaciones, lo más probable es que te frustres.

    Comenzar pequeño es la clave.

    Segundo, debes de mantener la conciencia de hacer una revisión de tu esfuerzo. Ya que te adjudicaste cierta responsabilidad, buscarle respuesta a las siguientes preguntas te ayudará a entender mucho mejor lo que sigue:

    • ¿Qué tanta presión sentí con este nivel de responsabilidad?
    • ¿Del 1 al 10, qué tanto se me complicó cumplir?
    • ¿De lo que no salió como esperaba, qué estuvo dentro de mi control?
    • ¿Qué puedo cambiar en mi estrategia en un futuro?
    • ¿Estoy listo para incrementar la apuesta?

    Estas respuestas pintarán una imagen mucho más clara sobre qué es lo que sigue para ti. Lo más importante es responder con honestidad, e intentar aprender de la experiencia. Una experiencia de la que no aprendemos fue tiempo y esfuerzo desperdiciados.

    Tercero, incrementa lo que está en juego. Y repite. Repite hasta que ver tu desarrollo profesional y personal en términos de la responsabilidad que asumes, se vuelva un hábito. Un estilo de vida.

    Recuerda que el sentido de responsabilidad, y de asumir las consecuencias de tus actos, es un estilo de vida, no algo que puedas simplemente acotar a tu desarrollo profesional.

    Carácter, le llaman algunas personas.

  • Cómo crear una red de conexiones para crecer tu carrera profesional

    Un lector y miembro de la comunidad me pide consejo para virar su carrera hacia un área específica del desarrollo de software, sin tener conocidos:

    Como por el momento mi plan de acción es trabajar como freelance y en proyectos personales afines al tema, me ha surgido una pregunta importante: ¿Cómo hacer para mejorar mis habilidades y técnicas de programación si es que no tengo a algún conocido dentro de este campo de la industria que me pudiera ayudar y trabajo solitario en mi casa?

    Yo sé que mucho se puede aprender por los libros e internet, cosa que actualmente hago, pero sabemos que siempre hay alguien que ya recorrió el camino y puede hacerte varias cosas much más digeribles.

    Por lo que he pensando, contestando a mi pregunta, intentar buscar y contactar por internet, quizá por Twitter, a gente que ya ejerza profesionalmente en la industria de la programación en audio y proponerle pagar por sesiones 1 a 1 donde él pudiera checar código hecho por mi y darme feedback sobre asuntos para mejorar. ¿Qué piensas al respecto?, ¿Sería buena idea?, ¿Cuál es tu opinión?

    Mi respuesta:

    Una de las cosas más difíciles de trabajar de manera remota es precisamente esa: volverse miembro de una comunidad que soporte nuestros objetivos. No es imposible, pero sí es bien difícil. Algo de lo que me da mucho gusto darme cuenta es que tienes bien reconocido esto, así que vas por buen camino.

    La estrategia que yo te recomendaría es la siguiente: encuéntrate un mentor al que le puedas aprender. Tal como escribo en este artículo, tu mentor será tu ventaja competitiva. Lo que vale la pena recalcar acá es que un mentor no necesariamente es alguien que tenga que estar al pendiente de ti: tú puedes adoptar a un mentor, y esa persona ni se entera.

    La clave acá es que debes de tener bien claro qué es lo que estás buscando. ¿Aprender sobre la industria? ¿Aprender sobre cuestiones técnicas? Hay un espectro enorme de ámbitos en los que te puedes enfocar. Habiendo decidido esto te ayudará a entender mejor qué es lo que deberías de estar buscando en ese mentor.

    Es importante comenzar a buscar e integrarte a tu comunidad. Empaparte de todo el conocimiento que eventualmente te va a dar tu ventaja competitiva, mientras más pronto lo hagas, mejor.

    A continuación te comparto una estrategia muy particular que puedes seguir para encontrar tu comunidad de nichos.

    1. Identifica un par de empresas que desarrollen aplicaciones que te gusten. Puede que te gusten por su estilo de desarrollo, la calidad de sus productos, o su mercado. No importa. El chiste es que admires su trabajo.
    2. Identifica a quienes trabajan ahí. Stalkealos. Casi todas las empresas van a tener en su página un directorio con la lista de personas que trabajan ahí. Apréndete sus nombres y el rol que tienen dentro de la empresa. (Si la página de la empresa no tiene una lista de colaboradores disponible, siempre puedes meterte a LinkedIn y buscar ahí.)
    1. Comienza a seguirlos. Probablemente, la misma página donde los encontraste tengan ligada su cuenta de Twitter ((En la industria del desarrollo de software tenemos una gran ventaja. A casi todos nos gusta usar Twitter para compartir las cosas interesantes que nos vamos encontrando.)) o su blog.
    2. Pon atención a lo que comparten. Esto te va a dar una idea de qué es lo que están haciendo. Y si bien seguramente no van a publicar un pedazo de código que puedas estudiar, seguramente sí van a publicar muchas cosas relacionadas con el tema que a ti te interesa.
    3. Pon atención con quienes interactúan. Esto te ayudará a encontrar personas similares dentro de la industria, y podrás comenzar a seguirlos también y así crearte una red de mentores a distancia.

    Aparte, claro, te puedes acercar a las diferentes comunidades de desarrolladores que existen en México y América Latina. Entre todos nos apoyamos bastante a resolvernos nuestras dudas, y seguramente a través de ellas puedes hacer conectes bastante interesantes. En este artículo te pongo algunos enlaces que puedes usar para unirte a estas comunidades.

    Otro recomendación poco conocido que te comparto, es que la industria es enorme. Por más que creas que tu área de negocio o de especialización es demasiado pequeña, seguramente hay una conferencia al respecto que sube sus videos a YouTube. Solamente es cuestión de saber buscar.

    Comentando sobre tu idea de pedirles que te revisen el código en sesiones 1 a 1, cuidado. No digo que sea imposible, pero sí debes de tomar en cuenta el tiempo que alguien le debe dedicar a analizar una pieza de código para darte comentario que sea realmente útil. Va a ser una labor difícil. Si encuentras a alguien que esté dispuesto a hacer eso, te ganaste la lotería. Pero yo no lo tomaría como mi estrategia principal.

  • ¿Eres recurso o asset? Descubre si tu empresa te valora

    Envía tu pregunta por correo electrónico a [email protected]. Te responderé en privado, y probablemente publique esa misma respuesta en esta página.

    Un lector y miembro de la comunidad me pregunta por correo electrónico cómo puede detectar si para su empresa es solamente un recurso.

    Nota: edité un poco la pregunta original por brevedad.

    Mi pregunta es ¿COMO SABER SI SOY UN RECURSO O UN ASSET?, lo digo porque en un momento en mi empresa sentía que solo valoraban lo que hacía solo para tener el producto o la app terminada, y en cambio en la consultora, me mandan cositas y regalos y me siento que ahí si me quieren. Espero y me puedas ayudar con esta parte, y la verdad muchas gracias por todo esto, saludos.

    Mi respuesta:

    Es una pregunta muy interesante, y creo que vale la pena dedicarle un tiempo para poder descomponer la premisa.

    Comencemos por lo siguiente: si eres un recurso o un asset no lo determinas tú, sino la empresa. Si bien puedes influenciar la situación a tu favor, dependiendo de qué es lo que quieras, muchas veces no es algo que tú puedas decidir en primera instancia.

    Lo que debes de tener claro es que esto es una cuestión de cultura, no necesariamente de estar bien o mal. 

    Ahora, analicemos la palabra misma, “recurso”. Wikipedia es bastante claro:

    Un recurso es una fuente o suministro del cual se produce un beneficio. Recurso se refiere a cuando alguien tiene algo.

    Para estar en la mentalidad adecuada, lo primero es tener clara la implicación de lo que significa que te consideren un recurso. En este artículo hablé un poco al respecto. Ahí exploré el concepto de las empresas de línea de producción, que se caracterizan por llegar a la meta de ventas mecánicamente. Este tipo de empresas son bastante propensas a caer en la mala práctica de tratar a sus miembros como recursos.

    ¿Cómo sé que solo soy un recurso?

    Por más increíble la respuesta más sencilla es: te sientes usado y reemplazable.

    Para dar un poco más de detalle, estos son algunos de los síntomas de que estás en una empresa que te ve simplemente como un recurso.

    • No sientes que tus contribuciones aportan más allá de un número en una hoja de cálculo.
    • No recibes feedback de cómo podrías mejorar en tu trabajo.
    • Sientes que la distribución de responsabilidades no va de acuerdo con las habilidades de las personas.
    • No hay un camino de crecimiento claro dentro de la organización.
    • Las tareas que se te asignan parecen no tener una justificación objetiva; no sabes por dónde te va a llegar la siguiente fuente de incertidumbre. (Algunas empresas le llaman a esto ser “dinámicos”)

    La característica principal de un recurso como tal es que es completamente transigente. Un tornillo deja de servir en el momento en que se “barre”. Una escoba deja de servir en el momento en que las cerdas son demasiado suaves. Un colaborador deja de servir en el momento en que su desempeño no es el que se espera de acuerdo a metas arbitrarias. O peor aún, en el momento en el que el colaborador decide levantar la mano para decir “no me parece justo”. En ese momento, muchas veces se les pone la etiqueta de que son difíciles de trabajar con ellos. “No se ponen la camiseta”.

    Por otro lado, me gustaría creer que no todas las organizaciones son iguales. Fantaseo con la idea de que todos los directores de empresas en algún momento se den cuenta de que procurar que sus equipos puedan crecer dentro de la organización no les da otra cosa más que beneficios directos.

    El argumento más común que he escuchado para no promover el crecimiento profesional de las personas es “que se me van a ir”. Y mi respuesta es ¡que se vayan!

    Piénsalo de esta manera, asumiendo que mi empresa trabaja en una industria específica. Si yo entreno a mi equipo con los estándares más estrictos del mercado y procuro su bienestar, tengo una ventaja competitiva bastante grande. Si esas personas se van de la empresa, significa que yo no estoy haciendo un buen trabajo y tengo una oportunidad de mejorar. Además, si esas personas se van a la competencia, eso solamente significa que mi mercado es lo suficientemente grande como para que haya competencia en primer lugar. Y cualquier organización decente, creo, tiene clara la noción de que la competencia sana solamente trae beneficios. A largo plazo, pero beneficios.

    El peor pecado que podemos cometer como profesionales es caer en el cinismo de creer que no necesitamos seguir trabajando para mejorar constantemente.

    Ahora, ¿cómo sé que sí me valoran?

    Porque sientes que les importa tu crecimiento profesional. Exactamente todo lo contrario de ser tratado como un recurso.

    Algunos síntomas de que estás en una empresa que quiere que seas el mejor de tu industria:

    • Sabes que tus contribuciones pueden tener un impacto no solamente en el producto, sino en la organización como tal.
    • El feedback que se te da es con el objetivo de hacer que mejores, no de recalcar dónde cometiste tu error.
    • La cultura de la empresa promueve la noción de que subir de puesto no significa que eres mejor que otras personas, sino que tienes lo que se necesita para tomar más responsabilidades.
    • Sabes exactamente los hitos que te pueden hacer merecedor a un avance de carrera.
    • No hay incertidumbre, ni en los proyectos que se te asignan, ni en la razón por la cual se te asignan.
    • Se promueve un sano balance trabajo/vida.

    ¿Te identificas? Felicidades.

    ¿Qué hago con este conocimiento?

    Lo importante acá es recalcar lo que compartí al inicio de este correo: si eres un recurso o un asset no es decisión tuya. Tu parte de la ecuación es cómo te sientes con la situación actual, y si crees que si un ambiente en el cual quieres seguir.

    Claramente hay personas que simplemente quieren llegar, hacer su trabajo, y continuar con su vida. Se vale. Pero como compartía hace unos días en el canal de Telegram de El Podcast DEV, si tú en primer lugar no tienes interés por mejorar en tu carrera y crecer tu skillset, y resumes tu trabajo y contribución a “una transacción entre la empresa y yo”, entonces no te puedes quejar de que te traten como un recurso. Simplemente no se puede. Porque esa es la mentalidad con la que estás llevando tus contribuciones.

    Congruencia.

  • ¿A los 36 ya soy muy viejo para buscar trabajo en TI?

    Un lector y miembro de la comunidad me envía un correo preguntándome sobre lo que pienso acerca del ageism ((La discriminación por edad o edadismo, es la estereotipificación y discriminación contra personas o colectivos por motivo de edad. Engloba una serie de creencias, normas y valores que justifican la discriminación de las personas según su edad. Wikipedia.)) en la industria del TI.

    Adjunto el correo:

    Hola Óscar, antes que nada quiero felicitarte por tus recientes -o no tan recientes- iniciativas, con respecto a tu web, artículos, etc. Te sigo desde hace casi dos años, en el tiempo de remoteando.

    Pasando a la pregunta, me gustaría saber qué opinas del ageism en el contexto de TI y sus implicaciones al momento de buscar nuevos retos laborales y particularmente en modalidad remota.

    Hace dos meses llegué a los 36 y donde más oportunidades hay, que es en las clásicas dev shops, es donde más se practica lo de buscar “carne fresca”. Además en estos tiempos de hiper-especialización, apostarle a un área o tecnología a la cual pivotear, se convierte tal cual, en un juego de azar. ¿De plano es un dead-end y conviene mejor irse al campo a criar ovejas (y programar sólo por gusto)?

    Espero que de vez en cuando, este tipo de temas poco gratos que existen en la industria, tengan cierta cabida en tus contenidos.

    ¡Saludos!

    Mi respuesta:

    Mil gracias por tus comentarios y por enviar tu pregunta. Es un gusto tenerte por acá y saber que me tienes la confianza.

    Creo que es una excelente pregunta, y una cuya respuesta yace en la misma premisa. Buscar “carne fresca” en TI es una práctica común en aquellas empresas a las que yo les llamo “de línea de producción”. Son esas organizaciones que están buscando simplemente obtener un resultado específico con características arbitrarias: puede ser un modelo específico de zapato o una pieza para alguna televisión, o si trabajas en TI, software a la medida. ?

    ¿Por qué buscan carne fresca? Porque muchas veces, este tipo de negocio se enfoca en el trabajo mecánico que hacen las personas operando la línea de producción. El negocio no está diseñado para que esas mismas personas pueden eventualmente dejar de operar en ese puesto; es decir, crecer.

    En un shop de cualquier ámbito…

    Tienes un set de herramientas específicas para usar. Muy aparente cuando una organización se autodenomina development shop en cierta tecnología particular.
    Tienes un horario definido. Llegas a esta hora, trabajas un turno de corrido, a esta hora comes, y sales a las 8 de la noche.
    Tienes una meta clara y estricta. El cliente llegó con un problema, y se le vendió una solución con una fecha límite de entrega.

    Este tipo de modelo de negocio rara vez te dará ese sentimiento de superación profesional. ¿Qué vas a hacer, apretar más rápido los tornillos? ¿Así vas a demostrar que puedes crecer? Espero entiendas a dónde voy…

    La otra cosa que te tomaría en cuenta es que, desafortunadamente, la “carne fresca” es más barata. Porque tiene menos experiencia, y aún no han descubierto el potencial y las ramificaciones de sus contribuciones. Se siguen enfocando en el trabajo mecánico, y siguen pensando que se les debería de pagar en función del tiempo que pasan haciendo tal o cual cosa. Aún no han aprendido a aprovechar sus habilidades creativas, y explotarlas de alguna manera en que su sueldo esté ligado al impacto que generan, no a un trabajo mecánico medido en tiempo.

    Si tú te sientes que ya no encajas en la industria actual, yo te aconsejaría que lo vieras de otra forma: ya tienes experiencia, y no eres lo que este tipo de empresas está buscando. Esa misma experiencia es la que te dará la ventaja competitiva para buscar una oportunidad en una empresa que no sea una línea de producción.

    Te aconsejaría tomar nota de cuáles sí son tus habilidades que te distinguen, y aprender a venderlas mejor a empresas que sí busquen lo que tienes que ofrecer.

    Regla #1 del marketing: conoce a tu cliente. ?


    Envía tu pregunta por correo electrónico a [email protected]. Te responderé en privado, y probablemente publique esa misma respuesta en esta página.

  • ¿Procesos burocráticos para trabajar para una empresa extranjera?

    Un lector y miembro de la comunidad me pregunta sobre los detalles burocráticos que se deben hacer en México para trabajar de manera remota para una empresa extranjera.

    El correo completo:

    Hola Oscar

    Aquí te dejo mis preguntas
    ¿Qué procesos burocráticos tengo que hacer del lado de México para cerrar una negociación con un trabajo remoto de Estados Unidos u otro país? (Qué tengo que hacer en el SAT, necesito un abogado laborar, un contador, cómo le digo al cliente qué tiene que hacer él/ella de su lado y yo de mi lado para facilitar la negociación y cerrar el contrato. No dar la impresión que por ser trabajo remoto y de otro país tendrán que hacer un montón de trámites para contratarme).

    ¿Dejo completamente la elaboración del contrato al cliente o empresa y ya sólo la revisión de mi lado o presento you un borrador del contrato?

    ¿Qué debo definir en el contrato además de el pago por hora y las horas a trabajar por semana/mes?

    Mi respuesta:

    Me limitaré a contestar desde mi experiencia, y te sugiero que sí te acerques a un contador para recibir asesoría profesional con respecto a impuestos y cuestiones legales. Aclarando que mis respuestas a continuación no constituyen un consejo legal, vamos a comenzar por la premisa de esta pregunta.

    Sí hay alguna serie de pasos que deberías tener en cuenta de tu lado para poder firmar un contrato con alguna empresa remota. Pero tu primer pregunta asume que la empresa para la que estás trabajando no está preparada para tener empleados remotos.

    Tal como te compartí durante el webinar, te aconsejo que evites a toda costa ser la primera persona que trabajará de manera remota en un equipo. El trabajo remoto, por contradictorio que parezca, sí requiere que la organización esté 100% comprometida con el objetivo de hacer que estar relación laboral sea fructífera. Y el hecho de que alguna organización no sepa qué es lo necesario para poder contratar a alguien en el extranjero, solamente es un augurio de problemas operativos. Evita esta situación.

    Con respecto a tu segunda pregunta, que también trae chanfle: la respuesta depende de la relación que busques/quieras establecer con la empresa extranjera. Si serás empleado remoto, lo más seguro es que ellos ya lleguen con un contrato hecho con sus términos y condiciones. ¿Estás buscando tener una relación limitada con ellos, como prestamista de servicios o consultoría? Entonces sí puedes crear tu propio contrato de acuerdo a tus términos y condiciones.

    Por último, toma en cuenta hay un conjunto pre-establecido de cláusulas que deba de incluir un contrato. Pero en mi experiencias te puedo decir que mientras menos espacio a interpretaciones quede, mejor. Esto es, no asumas que cualquier cosa queda “suficientemente entendible” u obvia dentro del contrato. Si algo no queda claro y por escrito, con lenguaje simple, es muy probable que algún lado más abusado que el otro pueda usar eso para invalidar el contrato. O peor, comprometerte con más de lo que tú tienes previsto.


    Envía tu pregunta por correo electrónico a [email protected]. Te responderé en privado, y probablemente publique esa misma respuesta en esta página.

  • ¿Basta solamente con hablar inglés para trabajar remoto?

    Un lector y miembro de la comunidad pregunta si solamente es necesario saber hablar inglés para sobresalir en el mercado de desarrollo.

    Adjunto el correo completo:

    Desde el comienzo de la pandemia he seguido a personas que trabajan remoto y una de las cosas que veo que más se repite es “habla ingles” y con eso ya lo tienes resuelto. Llevo 7 años trabajando para consultorías y solo hasta ahora me di cuenta de este nuevo mundo pero no estoy seguro qué estoy haciendo mal o qué no estoy haciendo para entrar a esta zona (trabajo remoto internacional).

    He visto los sitios donde hay vacantes pero bueno como un menu de restaurant a veces uno no sabe qué es lo indicado por elegir o si esta decisión será la peor por tomar, ahora que te escribo puedo pensar que es miedo o inseguridad y que a nadie les dicen como hacerlo.

    Habiendo explicado un poco creo que mis preguntas son:
    como empiezo?
    debo comenzar diferente con base a mis años de experiencia?
    como calculo cuanto pedir de lo que percibo actualmente a una vacante remota?
    el mercado solo busca reactjs? (ajajaj es la mas popular pero como front end dev pareciera que ahorita es el unico camino, o solo ideas mias)
    que recomiendas para perder el miedo de equivocarnos?
    he pensado que tener contactos te da una entrada a estas vacantes mejor que en los sitios… alguna recomendacion de como hacer amistades en linea?

    Mi respuesta:

    Durante el webinar te compartí que lo más importante es que definas un objetivo claro. Tener el objetivo claro te permitirá seguir motivado ante todas estas preguntas que te estás haciendo.

    Tener tantos años de experiencia ciertamente te da una ventaja competitiva, y yo te recomendaría que sí la usaras a tu favor. Dependiendo de los proyectos en los que hayas participado, podrías incluir en tu currículum ejemplos de tus contribuciones. Pero personalmente, lo que aprecio más en un currículum, es que me ayudes a entender más allá del código que escribiste, el impacto que causaste en las organizaciones donde has trabajado.

    ¿Identificaste problemas por tu cuenta e hiciste propuestas para solucionarlos? ¿Tuviste responsabilidades claves dentro de tu organización? ¿Apoyaste a implementar nuevos procesos que resultaron en mejoras para los clientes?

    Respecto al salario que debes de pedir al trabajar de manera remota, te recomiendo que leas estas respuesta. También, te incluyo uno de mis Tweets que representa muy bien mi filosofía:

    https://twitter.com/swanros/status/1331389389495218176?s=21

    No, el mercado no solamente busca ReactJS, pero debes de estar listo para balancear tus habilidades con la demanda que existe. Si estás enfocado en desarrollo web al 100%, probablemente ReactJS sea algo de lo que no podrás escapar. En ese momento es cuando debes de tomar una decisión, basada en tu objetivo final, sobre si aprender esa tecnología es lo que te pone en una mejor posición para llegar a tu meta. Si no, hay otras mil tecnologías de desarrollo en las que te podrías volver experto, y así diversificar tu propuesta de valor para cualquier empresa.

    Habiendo dicho esto, el miedo a equivocarse es natural. No lo pierdes, aprendes a lidiar con él. Te recomiendo que inicies buscando un ambiente laboral en el que los errores sean vistos como oportunidades de aprendizaje, y no como medios para castigar a las personas. Pero lo más importante, es que nunca pierdas las ganas de intentarlo. Tener tu objetivo claro te mantendrá en el camino correcto.

    Para finalizar, te dejo esto: deberías considerar tu CV como tu principal herramienta, pero únicamente en tu primera vez buscando empleo. Conforme vas avanzando en tu carrera, tu principal fuente de opciones y de oportunidades viene de la comunidad en la que estás envuelto. Gente con la que has trabajado, colaborado, o compartido. Personas que ya conocen la calidad de tu trabajo, lo inteligente de tus preguntas, y tu habilidad de recibir y dar retroalimentación objetiva.

    Así que sí, estás en lo correcto, te conviene comenzar a rodearte de personas y comunidad más que de páginas de internet. Mi recomendación acá es que te acerques a comunidades en línea y comiences a hacer ruido, compartir cosas, y ayudar a otros miembros. Twitter también es una herramienta bastante poderosa si la usas a conciencia.

    Algunas comunidades a las que te puedes unir:

    Espero que estas respuestas te den un norte para seguir adelante.

  • ¿Cómo funcionan los contratos para empresas remotas/internacionales?

    Un lector y miembro de la comunidad pregunta sobre contratos con empresas internacionales:

    ¿Cómo funcionan los contratos remote con empresas internacionales, y qué consideraciones importantes debiera tener al respecto?

    Mi respuesta:

    Como cualquier otro contrato, realmente. En ellos se define cuales serán tus responsabilidades, cuál será tu sueldo, y cuáles son las expectativas que la empresa tiene de ti. En algunos casos, podrían incluir cláusulas referentes al equipo con el que podrías trabajar, etc. Por ejemplo, en mi experiencia, los contratos dicen si el equipo que se me otorga me lo puedo quedar o no, o bajo qué términos debería de regresarlo al salir de la empresa.

    En términos de consideraciones importantes, te puedo aconsejar que tomes mucho en cuenta que probablemente tu sueldo venga expresado en moneda extranjera (USD o EUR, según sea el caso). También, que ellos muy rara vez se van a hacer cargo de lidiar con el tema de impuestos y declaraciones, pues estarás bajo un esquema de contratista.

    Es buena práctica que cualquier contrato sea revisado por alguien con conocimiento del tema a mano. Esto se vuelve especialmente importante si no tienes experiencia habiendo trabajado con empresas remotas/internacionales. Así que, como buena práctica, si no te sientes cómodo revisando tu propio contrato, acércate a un profesional.

    Lo que sea que te cobre un abogado por revisar un contrato, vale la pena para ahorrarte incertidumbre y posibles disgustos en un futuro.


    Envía tu pregunta por correo electrónico a [email protected]. Te responderé en privado, y probablemente publique esa misma respuesta en esta página.

  • ¿Cuál es un buen salario para un desarrollador Sr. con 9+ años de experiencia?

    Un miembro de la comunidad pregunta por correo electrónico sobre lo que yo consideraría un buen salario para alguien:

    En tu experiencia ¿Cuál sería un buen salario para un desarrollador Sr. con 9+ años de experiencia?

    Mi respuesta:

    Esto depende completamente de ti y de cómo te vendas. Desafortunadamente, si bien hay un “estándar de la industria”, no es un indicador para determinar cuánto deberías de estar ganando en una posición. Los salarios varían con cada organización, así como los criterios de qué es lo que significa estar en determinado rango. Hemos hablado en El Podcast DEV en varias ocasiones de que el puesto (Jr., Mid., o Sr.) son solamente relevantes dentro de la compañía en la que estás actualmente.

    Lo que te sugiero acá, más que tener un número fijo en la mente, aprendas a negociar tu salario. Aprender técnicas de negociación es importante porque te permitirá identificar cuándo hay una oportunidad de mejorar cualquier oferta. Si solamente tienes un número fijo en mente, no estarás atento a muchas oportunidades que pueden salir en el camino.

    Hay diferentes técnicas que puedes usar para esto. Te puedo recomendar que leas lo siguiente:


    Envía tu pregunta por correo electrónico a [email protected]. Te responderé en privado, y probablemente publique esa misma respuesta en esta página.

  • Tu mentor será tu ventaja competitiva

    A inicios de la década de 2010 yo seguía estudiando Ingeniería en Sistemas Computacionales en una universidad técnica en la ciudad de Colima. Siempre supe que quería desarrollar software profesionalmente, así que no dudé en aplicar a una vacante y eventualmente ganarme un puesto en una firma de desarrollo local. No era mi primer trabajo en la industria, pero sí era la primera vez que estaba en un lugar donde sabían lo que hacían. Podría encontrar un mentor. Me contrataron como trainee de medio tiempo, solamente iba por las tardes a la oficina. 

    Estaba emocionado y con ganas de aprender. Llegaba a la oficina, me preparaba un café o un té de la mesa de servicio que estaba cerca de los cubículos. Con bebida en mano, me sentaba en espacio para leer y aprender el tema que se me había asignado para ese día. Metodologías de desarrollo de software, Git, o Ruby on Rails.

    Los días se hicieron semanas, las semanas se hicieron meses y yo seguía aprendiendo. Todos los días había discusiones, sesiones de preguntas y respuestas, y durante las famosas idas a la tienda para despejarnos comentábamos acerca del trabajo y lo que estábamos haciendo. Era un ambiente nutritivo.

    Aun así, creo que no te podría listar las habilidades técnicas que aprendí durante mi estancia en aquella primera empresa. Después de casi 10 años se ha vuelto bastante difícil recordar si intenté aprender primero Ruby on Rails o git. Pero de lo que sí me acuerdo es que aprendí una de las lecciones más valiosa de mi vida profesional y personal: la importancia de tener un mentor.

    Durante mi breve estancia en aquella empresa, hubo algunas personas ofrecieron una mano paciente para responderme cualquier pregunta que pudiera tener. Siempre de buena gana, siempre de manera didáctica, y nunca importando cuántas veces tuviéramos que repasar el tema. Más que una tecnología en particular, o una metodología de trabajo, estas personas me enseñaron que está bien tener dudas. Me hicieron ver el valor de saber cómo formular preguntas. Que es válido no ser experto en todo. Entendí que ser novato es algo bueno porque no estoy viciado con malas prácticas, tengo ojos frescos, y no sigo dogmas.

    Que de cada 100 personas que me voy a encontrar en mi vida, hay por lo menos 2 o 3 que me quieren ver teniendo éxito.

    Estas personas fueron (y siguen siendo) mis mentores. A estas personas, hoy me siento orgulloso de decirles “amigo”.

    El camino ya recorrido

    Sea cual sea tu industria, área profesional o especialización laboral, te puedo asegurar algo: hay alguien que ya lo ha hecho antes.

    Si tu personalidad es algo parecida a la mía, es probable que el saber que no serás el único o el primero en intentar algo te desmotive. Si es tu caso, no cierres aún este artículo. Quédate conmigo, déjame intentar cambiar tu perspectiva.

    El que no seas el primero en intentar hacer algo significa que alguien allá afuera ya tiene las respuestas a las preguntas que ni siquiera te has hecho aún.

    Así que lejos de desanimarte, alégrate. Porque dentro de todas esas personas que “van adelante” se encuentra tu futuro mentor. Con una combinación de esfuerzo y suerte, encontrarás alguien que te va a ayudar a descubrir tanto las herramientas como las metodologías necesarias para que tengas éxito en tu área de especialización.

    Fue tanto el impacto positivo de mis mentores en aquel momento, que decidí involucrarme en la comunidad y contribuir en lo que pudiera. Ser mentor para alguien más.

    Regularmente, hablo en universidades, y comparto experiencias en mis podcasts. Últimamente, también estoy experimentando en esta misma página, dando consultas privadas a personas que vayan iniciando en la industria. Si sientes que necesitas ayuda con tu carrera profesional, tu situación de trabajo remoto, o quieres mejorar tu productividad, puedes contactarme aquí.

    ¿Cuándo buscar un mentor?

    La respuesta corta es que el mejor momento para encontrar un mentor fue hace 20 meses. El segundo mejor momento es hoy.

    Invariablemente, llegará un momento de tu vida en el que sentirás que estás atrapado o atrapada en una encrucijada. No tendrás ni la más mínima idea de cómo continuar en tu camino a cumplir tus metas, ya sean profesionales o personales. En ese momento es cuando puedes recurrir a tu mentor y pedirle guía para poder continuar.

    La vida, desafortunadamente, rara vez te va a avisar cuando las cosas se vayan a poner difíciles. Entonces, es mejor “ganarle tiempo al tiempo” y encontrar a ese mentor cuanto antes.

    Sentir que no hay rumbo, que las cosas están más complicadas de lo que podemos soportar, y que probablemente no servimos para lo que estamos haciendo es parte de la misma naturaleza humana. No respeta sexo, religión, preferencias políticas, carrera, o expectativas. Sin embargo, sí hay etapas en las que se es más susceptible a tener este tipo de pensamientos y sentimientos: al iniciar algo nuevo.

    Algo que no muchas personas tienen en cuenta es que un mentor no necesariamente debe de ser una persona externa. Nosotros podemos ser nuestros propios mentores en algunas situaciones.

    Por ejemplo, las habilidades especializadas que me permiten crear aplicaciones móviles desde cero no necesariamente me ayudarán a tocar mejor la guitarra. Pero mi experiencia aprendiendo a aprender cómo desarrollar aplicaciones me puede ayudar a que mi experiencia para aprender a tocar mejor la guitarra sea menos frustrante. En este ejemplo, una experiencia personal previa me está ayudando a cumplir mis metas actuales. Estoy siendo mi propio mentor.

    Sin embargo, cuando estamos explorando un área completamente nueva y ajena a nuestros conocimientos y pasado, no podremos contar nosotros mismos para salir adelante. Habrá que buscar ayuda de un mentor externo. Pero, ¿cómo encontrar un buen mentor?

    Características de un buen mentor

    Un buen líder o mentor predica con el ejemplo. La regla cardinal para elegir un buen mentor es encontrar aquella persona que encarne la visión de quien quieres ser y qué quieres hacer en un futuro. Un buen mentor ha pasado por lo que tú estás pasando y tiene la compasión para guiarte por el camino del éxito.

    Observa y pon atención no solamente a los logros de la persona, sino a los métodos que usa para alcanzarlos. ¿Cómo trata a su equipo de trabajo? ¿Te transmite confianza y se maneja con honestidad?

    Aquella persona digna de ser tu mentor tiene bien claro el beneficio de abrir el camino para aquellos que quieren desarrollarse profesional y personalmente. Sabe que el conocimiento es poder, y que al empoderar a las nuevas generaciones, el futuro de su comunidad solamente se verá enriquecido.

    Un mentor que se preocupe porque crezcas no te dará la respuesta que quieres escuchar; cambiará tu perspectiva para que puedas apreciar la solución desde otro punto de vista. Te enseñará la puerta, pero tú deberás cruzarla. No te pondrá trabas, ni intentará llevarse el crédito de tus logros.

    Del mejor mentor que tengas en tu vida, te quedarás con sus valores y su visión del mundo, y tú te encargarás de usarlos bajo tu propio criterio. Tu mentor sembrará en ti una idea que dará frutos en el futuro, pues sabe lo que viene.

    ¿Por qué es importante pensar detenidamente en las características de tu mentor? Porque deberás de confiar en que todos sus consejos y opiniones están siendo expresadas con el objetivo de hacerte mejorar.

    Me permito recalcar que lo más relevante es que confíes en tu mentor. Como en cualquier relación personal, la confianza es clave. Si no confías en su experiencia, en su metodología, o en su criterio, ¿por qué le pedirías consejo?

    Cómo conseguir a tu mentor, y consejos para mantenerlo

    Por más sencillo que parezca, cuando hayas elegido a la persona que te gustaría que fuera tu mentor, lo único que tienes que hacer es preguntar. Recuerda que un buen mentor reconoce el valor de que haya más personas teniendo éxito, y más veces de la que no, estará abierto a responderte cualquier duda que puedas tener.

    Buenas (…), algún día de estos me regalas unos minutos? Tengo unas preguntas sobre management y liderazgo de las cuales me gustaría conocer tu perspectiva

    Hace unos días envié ese mensaje. El resultado fue una llamada de hora y media que me despejó un sinfín de dudas, permitiéndome concentrarme en un problema particular con una nueva perspectiva de cómo debería de abordarlo.

    Este caso, en particular, la persona a la que le mandé el mensaje es alguien a quien respeto y admiro. Aunque no necesariamente nos toca trabajar juntos, el sentimiento de confianza es palpable, así que no dudé en pedir consejo. Estoy seguro de que la experiencia de alguien que ya pasó por lo que estoy pasando yo, puede agregar más valor a la situación que mi ansiedad de lidiar con algo nuevo.

    Acá te dejo algunos consejos más puntuales:

    1. Sé realista. Por más que me gustaría pedirle consejos de management a Tim Cook, sé que no será posible. Sin embargo, en mi vida sí tengo personas que encarnan los valores que busco en un buen mentor, así que recurro a ellos.
    2. Sé responsable. Aunque es cierto que un buen mentor disfruta brindarte ayuda o darte su punto de vista, debes de tener claro que no es esa su principal actividad del día. Sé consciente y no busques una llamada de 3 horas cada tercer día.
    3. Sé claro y objetivo. Este punto va relacionado con el anterior. Cuando tengas la atención de tu mentor, te aconsejo que llegues con preguntas claras y concisas sobre tu situación y cómo quieres que te ayude.
    4. Sé congruente. Si pides consejo a alguien, y luego vas e ignoras todo lo que te dijeron, ¿con qué cara te acercarías a pedir un nuevo consejo?

    Como en cualquier relación personal y laboral, también debes de considerar que simplemente hay días en los que no será posible obtener lo que queremos. Probablemente, tu mentor esté buscando a su mentor para intentar lidiar con sus propios problemas.

    Nutrir la relación con tu mentor es una de las mejores cosas que puedes hacer para mejorar tus probabilidades de tener éxito.

    Conclusiones

    En tu arsenal de ventajas competitivas, una de tus herramientas principales debe de ser un excelente mentor. No te detengas al hacer preguntas, pero trabaja constantemente en hacerlas mejor. Los mejores exponentes de tu industria o tu área profesional están esperando que les mandes ese mensaje.

    Y cuando sientas que lograste sobrepasar el problema que te hizo buscar un mentor en primer lugar, date cuenta de algo: ahora tú puedes ser el mentor de alguien más. Pay it forward.