Cualquiera que sea tu empleo, hoy tienes dos opciones: simplemente hacerlo, o buscar hacer un trabajo excelente.
¿Cuál vas a elegir?
— Oscar Swanros.
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Cualquiera que sea tu empleo, hoy tienes dos opciones: simplemente hacerlo, o buscar hacer un trabajo excelente.
¿Cuál vas a elegir?
— Oscar Swanros.
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Ayer me pasó algo curioso en el trabajo.
Estaba estresado porque sentía que todo me estaba saliendo mal, y que no tenía suficiente cabeza para atender todo lo que estaba pasando.
Pero después tuve una llamada con mi manager, y al expresarle cómo me sentía, su perspectiva me ayudó a relajarme.
Me recordó una frase que dijo alguien una vez: “yo no confío en mí mismo; tengo pruebas.” Mi terapeuta lo llama “buscar llevar el pensamiento a la corte.”
Cada vez que sientas que algo no te está saliendo bien, o que estás yendo fuera del camino, busca retroalimentación. Busca evidencia.
Y sí, puede ser que estés equivocado, o que estés en lo correcto. Pero por lo menos vas a saber que lo que estás sintiendo está basado en evidencia, no en tu propia percepción de las cosas.
Las percepciones que tenemos de nosotros mismos suelen estar sesgadas. Para bien o para mal. Y si eres igual de clavado que yo en intentar ser el mejor en lo que haces, puede que estés siendo demasiado exigente contigo mismo. Yo hoy reconozco que ayer lo estaba siendo, y el comentario de mi manager me ayudó a salir un poco del trance.
Pero entonces, hoy te invito a reflexionar: ¿cuál es la evidencia que puedes obtener de tu trabajo? ¿Confirma tus suposiciones? ¿Cómo la puedes obtener de manera continua?
Te leo.
— Oscar Swanros.
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Es probable que hayas experimentado una reacción emocional particular, aunque tal vez no sepas cómo se llama. Se llama reactancia, y es lo que ocurre cuando sientes que tu libertad está siendo amenazada.
La reactancia puede surgir en una variedad de contextos, pero en el mundo profesional, aparece cuando alguien en una posición de autoridad, como tu manager o líder de equipo, te dice exactamente cómo hacer tu trabajo. Comúnmente esto es conocido como micromanagement. Seguramente habrás escuchado el término.
Imagina que estás trabajando en un proyecto complejo. Has estado trabajando en él durante semanas, y has desarrollado un plan sólido para su implementación. Pero entonces, tu gerente, sin previo aviso, te dice que cambies tu enfoque y sigas un camino diferente sin una razón aparente. En lugar de considerar sus sugerencias de forma templada, sientes una ola de resistencia, frustración, o hasta enojo. Esto es la reactancia en acción.
La reactancia es una respuesta natural a la amenaza percibida a nuestra autonomía. Como profesionales de la creatividad y el conocimiento, valoramos nuestra habilidad para resolver problemas y diseñar soluciones. Cuando alguien intenta imponer su camino, puede sentirse como una invasión a nuestra libertad para innovar y crear.
De forma práctica, la reactancia se puede manifestar de diferentes maneras. Comúnmente, si estás experimentando reactancia, puede que sientas una fuerte resistencia a acatar las instrucciones y te sientas frustrado o hasta enojado. Puede también que comiences a procrastinar y dejar que el trabajo se apile. En casos extremos, la reactancia se puede manifestar como rebeldía, al sentirte obligado a hacer exactamente lo opuesto que te dijeron.
Es importante recordar que todos experimentamos esta reacción emocional de manera diferente. Al ser consciente de cómo se manifiesta en ti, puedes aprender a manejarla de manera más efectiva.
Entonces, ¿cómo puedes manejar la reactancia?
Si lo ves de esta manera, el estar consciente de la existencia de, y saber cómo manejar la reactancia es una cualidad importantísima en cualquier profesional, sobre todo uno quiera poder hacer su craft por mucho tiempo. Significa que son capaces de prevenir conflictos innecesarios, facilitar la implementación de nuevas ideas y mantener un alto nivel de motivación tanto en ellos mismos como en su equipo.
La reactancia es una reacción emocional que todos hemos experimentado, especialmente cuando sentimos que nuestra libertad está siendo amenazada. En el ámbito de los trabajadores del conocimiento, esta amenaza puede presentarse cuando alguien en una posición de autoridad, como un gerente, nos dice exactamente cómo hacer nuestro trabajo, un fenómeno conocido como micromanagement.
La reactancia puede manifestarse de varias formas, desde resistencia y frustración hasta procrastinación y rebeldía. Sin embargo, al reconocer estas emociones, comprender las intenciones detrás de las instrucciones que recibimos y comunicarnos de manera abierta y honesta, podemos manejar efectivamente la reactancia.
Para un profesional que quiere tener una carrera sostenible, la capacidad de manejar la reactancia puede prevenir conflictos innecesarios, facilitar la implementación de nuevas ideas y mantener un alto nivel de motivación, tanto personalmente como dentro del equipo. Por lo tanto, entender y manejar la reactancia no solo te permitirá recuperar u sentido de autonomía, sino que también te equipa con las herramientas necesarias para prosperar en tu campo.
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Era mi primera ocasión trabajando para una empresa europea — de Austria.
Estaba un bar del hotel en Barcelona con el dueño de la empresa (por cierto, la había construido desde cero él mismo) revisando algunas de mis contribuciones pasadas. Cuando las vio, se quedó callado, y dijo, “así no se hace esto, esto no fue lo que te pedí, ¿por qué lo hiciste así?”.
Me shockeó tanto su comentario, que hasta ganas de llorar me dieron, no te miento. Nunca nadie me había dicho las cosas de manera tan directa. Tan seca. Tan eficiente.
Recuerdo que como pude le respondí y después de un par de minutos me dijo cómo quería que lo hiciera. Tomé sus notas, y con las manos sudando me puse a corregirlo.
Mi manager era de Eslovenia, manejando a un mexicano, reportándole a un vienés. Aparte, en mi equipo había gente de España, India, Reino Unido, y Canadá. Unos días después, le comenté lo que había pasado y me hizo ver algo que hoy tengo muy presente: diferentes culturas se comportan diferente.
Me explicó que no debía de tomarme el modo a pecho, pues cada cultura tiene una forma particular de comunicarse. Y dar feedback es parte de la comunicación.
Me quedé con esa idea, pero recientemente me encontré con este libro: The Culture Map.
En él, la autora describe cómo diferentes culturas trabajan entre ellas, y las categoriza en 8 pilares diferentes.
Aquí está el perfil de la cultura mexicana:
Aquí está la de México con Austria:
Y aquí está la de México con Estados Unidos:
Lo que me llamó mucho la atención es como dos países tan cercanos pueden tener culturas de trabajo tan diferentes.
Si has tenido la oportunidad de trabajar con otras nacionalidades, tal vez verlo a través este lente te pueda ayudar a entender muchas cosas que te pasaron (o te están pasando).
Te recomiendo mucho leer el libro. También, en Pathways, hace unos meses di una presentación sobre este libro y expliqué las diferencias principales de culturas en el trabajo:
¡Hasta mañana!
— Oscar Swanros.
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En 2017 trabajaba para una startup de San Francisco. Yo había sido el primer empleado en México, y nos había ido tan bien que me confiaron contratar más personas de este lado.
Desafortunadamente, todo lo bueno por servir se acaba, como decía mi abuela.
Un martes —lo recuerdo perfectamente—, el nuevo Product Manager que había entrado hacía unas semanas me dijo que si me podía conectar a una llamada rápida.
Recuerdo que me puse defensivo. Me sentí personalmente agredido. Después de todo, yo había ayudado a contratar a todos los ingenieros en México, yo había desarrollado gran parte de la aplicación, yo había sido el primero en entrar a la empresa de todos mis compañeros… yo, yo, yo.
Fue un trago amargo. Pero también uno que necesitaba.
En retrospectiva, hoy veo que mi actitud no era la correcta, y que mi ego me había estado jugando chueco. Haciéndome creer que yo era más importante que todo lo demás. Y que era intocable.
Mi ego me llevó a públicamente contradecir a nuestro CEO en llamadas, a estar visiblemente desconectado en reuniones de estrategia. A no ser un jugador de equipo. Lo que importaba era yo.
Hoy agradezco que me hayan despedido como lo hicieron. Claramente, no estaba haciendo las cosas bien. Pero qué trago tan amargo pasé.
Como dice Tony Adams, entrenador de fútbol:
Juega para el nombre al frente de tu playera, y recordarán el nombre de atrás.
Lo que aprendí en aquella ocasión es la importancia de mantener el ego en check.
Desde entonces, me he hecho más consciente de lo que puede suceder si uno deja que se descarrile su sentido de autoimportancia. Y los impactos que esto puede tener.
En aquel momento mi única responsabilidad eran mis perros. Imagino que hubiera sido mucho peor si tuviera familia, hijos, o alguna otra responsabilidad mayor.
Hoy, te invito a que reflexiones: ¿cómo está tu ego jugando en tu contra, y a qué consecuencias podría llevarte? Te leo.
— Oscar Swanros.
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Crecimos con la idea de que el trabajo es algo que hacemos dentro de un horario, con un objetivo en particular.
Pero no. Eso es un empleo.
Es la diferencia entre llegar, hacer lo que te toca, recibir tu pago, y no pensar en eso; y en realmente sentir satisfacción después de haberlo dado tu mejor esfuerzo por llevar a cabo un cambio real en la vida de alguien más.
¿Cuál crees que sea el resultado de estar en la intersección de esas dos cosas?
Los japoneses tienen una palabra que captura esta idea: Ikigai.
¿La habías escuchado antes?
Yo la descubrí cuando después de mucho tiempo en la industria, escalando a donde creía que tenía que llegar, seguía sin sentirme bien.
Hasta que hubo un momento donde me di cuenta de que mi identidad estaba atada a mi empleo. Esto, como descubrí tiempo después, tiene efectos contraproducentes.
Comencé a separar mi identidad de mi empleo, y a buscar satisfacción en otras areas de mi vida. Mis relaciones personales, hobbies, y más. Y he encontrado que sí, el empleo es importante, pero el trabajo es vital.
Trabajo en uno mismo, en tu comunidad, en las personas que te rodean.
¿Por cuál vas a comenzar?
— Oscar Swanros.
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Al empezar nuestras carreras, casi todos tenemos un único objetivo en mente: incrementar nuestro sueldo.
Recuerdo cuando recién comenzaba mi camino profesional: solo pensaba en cuánto me iban a pagar, y cómo llegar al siguiente nivel. Analizaba las oportunidades que se me presentaban a través del lente del sueldo, y no de la cultura, proyección, o aprendizaje que podría obtener.
Como conté anteriormente, esto me funcionó por un tiempo, pero eventualmente encontré que el problema que necesitaba resolver era otro.
Perseguir un aumento es lo que la sociedad nos ha enseñado a hacer. Y está bien, tiene su lugar. A todos nos gusta comer 3 veces al día, y las buenas cosas. Así que en esta publicación te quiero dar las ideas que necesitas para 1) saber en lo que te estás metiendo, y 2) decidas si es lo que quieres.
Es tan simple como eso. La barrera de entrada está baja cuando lo ves desde esta perspectiva.
¿Eso que te gusta, y que sabes hacer tan bien? Continúa haciéndolo, y vuélvete el mejor profesional — el referente — de tu craft.
Una vez que seas el mejor en lo que haces, viene la parte donde muchas personas terminan frustradas.
No basta con saber hacer las cosas bien; con ser el mejor. También necesitas demostrar que lo puedes hacer a lo largo del tiempo.
Cualquier persona puede ser buena en algo por un corto periodo de tiempo. Solamente los profesionales y expertos logran mantener ese nivel de calidad por muchas iteraciones.
Necesitas:
También necesitas referencias de personas que validen tus habilidades. Que no hayas quemado puentes a tu salida de otras organizaciones, y una reputación que respalde tu profesionalismo.
Necesitas que tu carrera no sea una llamarada, sino un fuego constante.
Y eso es todo. Si tienes esas dos cosas, pronto tendrás un aumento. Listo. ¿Simple, no? ¿Pensaste que había una receta secreta?
Pues no la hay. Lo que sí hay es un conjunto de consideraciones que de no hacerlas te pueden poner en una situación profesional bastante peligrosa.
La primera es…
Un sueldo no es nada más que una abstracción de lo que la compañía cree que vales para ella. Y la forma en que una empresa determina tu valor es por el nivel de responsabilidad que te puede confiar.
Piénsalo de esta manera:
Un staff obviamente tiene un mayor salario que un analista. Pero su nivel de responsabilidad también lo es.
Es muy probable que la “distancia” técnica entre un analista y un staff no sea tan grande como te imaginas. Al final de cuentas siguen siendo personas aprendiendo lo mejor que pueden. La diferencia primordial entre ambos siendo que si el analista comete un error, las consecuencias potenciales no van a ser tan grandes en comparación de lo que podría enfrentar un staff. El radio de la explosión es mucho más grande.
Si el analista comete un error, puede afectarse un proceso operativo. Si un staff lo hace, el negocio completo se puede ver afectado.
¿Qué significa esto?
Las personas creativas tendemos a creer que lo que nos va a garantizar crecimiento profesional es lo que en algún momento nos encantó — nuestro craft.
Pero es una realidad innegable que las posiciones que mejor pagan, requieren que recubras tus habilidades técnicas de una capa de habilidades blandas que no necesariamente son tan importantes cuando de implementar tu craft se trata.
Al punto al que voy es que no puedes esperar aumentar tu sueldo sin tampoco mejorar tus habilidades de comunicación, liderazgo, y organización, entre otros.
Habiendo dicho lo anterior, la reflexión a la que llego es que sí, un sueldo más alto puede sonar bueno. Pero, si adquirir un mayor sueldo significa que la empresa va a esperar más de ti, ¿qué significa esto para tu carrera?
Partiendo de la premisa que lo que buscamos es crear carreras sostenibles, y de largo plazo, tenemos que parar y realmente analizar esta encrucijada.
Laurence J. Peter, en 1970, describió un fenómeno al que se le denominó el “El Principio de Peter”, que dice: en una jerarquía, las personas tienden a ascender hasta su nivel de incompetencia.
Muchas carreras siguen esta progresión:
Al llegar a gerente, adquiriste responsabilidades que no sabes desempeñar. Ahí está tu nivel de incompetencia.
Pero el sueldo es bueno, obviamente, así que intentas resistir.
Sin embargo, cada vez te sientes más frustrado —más quemado— porque ya no estás haciendo lo que te gusta, para lo que eres bueno, y lo que sí te toca hacer es algo que no dominas, y se siente igual que una carrera cuesta arriba.
Te puedes imaginar cómo termina esto. Pero hey, tienes el sueldo que querías.
En algo que sí estoy muy de acuerdo es que se trabaja para vivir, no se vive para trabajar.
Dependiendo de la situación de cada quien, puede ser que las matemáticas sí funcionen y encontrarse de repente en un nivel de incompetencia no pesa tanto como las responsabilidades o aspiraciones fuera del empleo. Y está perfecto.
Pero se tiene que hacer de manera consciente.
Si eres un padre de familia que decide “tomar una por el equipo” y trabajar en algo que no le gusta para poder mantener su familia, y eso funciona para ti, felicidades. Esto es nada más otra muestra de que hay cosas más importantes en la vida que el empleo, aunque no deje de ser una parte integral.
Propongo que en vez de poner el sueldo como una única métrica de éxito y valor en nuestras vidas, veamos de manera más holística todo lo que compone nuestra carrera profesional.
Ganar bien está excelente. Y aún más si también:
Perseguir únicamente el número puede ser una tarea satisfactoria al principio. Lo puedes medir, comparar, y gozar. Pero llega un punto donde más dinero no te va a hacer necesariamente más feliz.
En la empresa correcta, aumentar tu sueldo no viene a expensas de sacrificar tu carrera profesional y salud mental, o de encontrarte, de repente, siendo el ejemplo perfecto del Principio de Peter.
Así que, la próxima vez que busques incrementar tu sueldo como único objetivo, te pido que consideres los matices que con ello vienen.
Que tomes una decisión informada.
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Cuando se trata de resolver problemas en el trabajo, es importante considerar no solo la solución más correcta técnicamente, sino también la más práctica y eficiente.
A veces, implementar una herramienta existente puede ser mucho más efectivo que crear algo desde cero. Esto demuestra que estás pensando en el negocio y no solo en tus propias preferencias.
Mostrar esta capacidad de tomar decisiones responsables y eficientes es una gran ventaja al buscar crecer tu carrera.
Refleja que entiendes las necesidades del negocio y estás dispuesto a poner su éxito por encima de tus propios intereses. Esta mentalidad práctica y orientada a resultados es altamente valorada en cualquier organización.
Además, ser capaz de identificar y utilizar herramientas preexistentes no solo ahorra tiempo y recursos, sino que también minimiza riesgos. Al optar por soluciones probadas y eficaces, demuestras una comprensión madura del balance entre innovación y eficiencia operativa. Este enfoque también puede liberar recursos para otros proyectos, aumentando tu valor como empleado que optimiza el uso de los recursos de la empresa.
Cuando puedas demostrar que has tomado decisiones estratégicas que benefician a la empresa, estás creando un argumento sólido para tu solicitud de aumento.
Muestra que tienes una visión a largo plazo y que puedes equilibrar tus deseos personales con las necesidades del negocio.
Este tipo de madurez y previsión es precisamente lo que las empresas buscan en sus líderes y profesionales más valiosos.
— Oscar Swanros.
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A medida que avanzas en tu carrera, tus contribuciones deben ir más allá de la simple ejecución técnica.
Es crucial que te enfoques en cómo puedes ayudar a otros a resolver sus problemas.
Alguien en una posición de liderazgo, por ejemplo, cualquier persona que tenga “senior”, en su título, pasa menos tiempo programando y más tiempo conectando con stakeholders, entendiendo el negocio y diseñando soluciones integrales.
Esta transición implica desarrollar una comprensión profunda de cómo funcionan las cosas dentro de la empresa y del sector en general.
Tómate el tiempo para aprender sobre los objetivos estratégicos de la empresa, los desafíos que enfrenta y las oportunidades que puede aprovechar. Al hacerlo, te conviertes en un puente entre tu craft y las necesidades del negocio.
Este enfoque no solo mejora tu perfil profesional, sino que también demuestra a la empresa que puedes aportar valor en múltiples niveles. La capacidad de pensar estratégicamente y de proponer soluciones que alineen la tecnología con los objetivos del negocio es altamente valorada. Esta habilidad de resolver problemas de manera efectiva es un gran argumento a la hora de negociar un aumento de sueldo.
Además, la habilidad de comunicarte eficazmente con diferentes áreas de la empresa te convierte en un facilitador clave. Al entender y traducir las necesidades del negocio en soluciones tecnológicas, te posicionas como una figura esencial dentro de la organización.
Este tipo de contribución es difícil de cuantificar, pero su impacto es significativo y crucial para el éxito de la empresa.
¿Qué vas a hacer hoy para encarnar tu rol como líder?
— Oscar Swanros.
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En el correo pasado te dije que tienes que uno de los pilares más importantes para poder buscar un aumento es que seas excelente.
Quiero expandir esa idea.
Porque no solamente se trata del aumento de salario, de cuánto ganas al mes. Como lo dije en alguno de nuestros Conversatorios mensuales, el sueldo que ganas hoy literalmente se está devaluando mientras estás leyendo esto.
¿Por qué perseguir nada más algo tan efímero como un número?
La realidad es que tu salario es nada más una abstracción de cuánto vales para el lugar donde trabajas. Es un reflejo, no necesariamente un fin.
Así que hoy te invito a expandir un poco más tu horizonte. Si el salario no es un fin, sino más bien un reflejo de cuánto aportas, y tu nivel de responsabilidad…
¿Qué áreas de tu trabajo necesitan de tu atención hoy para que tu crecimiento no se refleje únicamente en un mejor salario, sino en una vida profesional más sostenible?
— Oscar Swanros.
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¿Alguna vez te has preguntado qué se necesita para negociar un aumento de sueldo exitosamente?
El primer y más fundamental consejo es ser excepcional en lo que haces.
La excelencia en tu desempeño es tu mejor carta de presentación. No importa cuántos años lleves en tu puesto, sino la calidad y el impacto de tu trabajo.
Para lograrlo, es crucial que te enfoques en mejorar continuamente. La autoevaluación constante y la búsqueda de feedback te ayudarán a identificar áreas de mejora y a perfeccionar tus habilidades.
Recuerda, el tiempo no garantiza un aumento, pero la mejora constante sí. Asegúrate de que tu trayectoria refleje un crecimiento tangible en la calidad de tus entregas y en el valor agregado que proporcionas a la empresa.
Si tu trabajo se traduce en resultados excepcionales, será mucho más fácil justificar un incremento salarial.
Además, la excelencia no solo se trata de habilidades técnicas, sino también de tus habilidades interpersonales y tu capacidad para trabajar en equipo. Ser un buen comunicador y un colaborador efectivo te posicionará como un activo valioso para cualquier empresa.
Cuando demuestras que puedes liderar proyectos y trabajar bien con otros, estás mostrando a la empresa que tienes un potencial de liderazgo, lo cual es crucial para tu crecimiento profesional y para negociar un mejor salario.
— Oscar Swanros.
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Aquí te dejo algunas recomendaciones de libros que me han ayudado a crecer como líder. Espero te sirvan.
Si quieres aprender más sobre liderazgo, te recomiendo que te unas a Pathways. Ahí encontrarás muchos recursos y una comunidad dispuesta a crecer contigo.
El enlace para unirte está abajo.
— Oscar Swanros.
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Reflexiona sobre cómo te sentiste apoyado por tu jefa anterior.
¿Te sentiste elevado y motivado? Estas experiencias son valiosas y pueden guiarte en tu nuevo rol. Recuerda las veces en las que te sentiste verdaderamente visto y valorado, y usa esas memorias para moldear tu propio estilo de liderazgo.
Ofrecer el mismo tipo de apoyo y motivación a tu equipo es crucial para su crecimiento. Piensa en las palabras y acciones que te inspiraron y considera cómo puedes replicar esa misma energía y apoyo para los demás. La clave está en reconocer los esfuerzos de tu equipo y brindarles las herramientas y la confianza que necesitan para prosperar.
El liderazgo se trata de elevar a los demás. Sé el líder que siempre quisiste tener. Reflexiona sobre lo que hizo que tu jefa anterior fuera efectiva y adapta esos elementos a tu estilo. El apoyo genuino y la motivación son poderosos motores de cambio y crecimiento.
— Oscar Swanros.
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Uno de los mayores retos en la transición a un rol de liderazgo es aprender a delegar y confiar en tu equipo.
Soltar la necesidad de tener el control en todo momento es crucial para enfocarte en las tareas estratégicas y creativas que solo tú puedes hacer.
Delegar no solo alivia tu carga, sino que también empodera a tu equipo y les da la oportunidad de crecer. Al confiar en las capacidades de tu equipo, les demuestras que valoras su trabajo y crees en sus habilidades.
Esto, a su vez, incrementa su motivación y compromiso.
Confía en tu equipo y en sus capacidades.
Establece expectativas claras y brinda el apoyo necesario, pero permite que tus colaboradores tomen la iniciativa y se responsabilicen de sus tareas.
El liderazgo efectivo se basa en la confianza y en la delegación inteligente.
Al liberar tu tiempo y energía, puedes enfocarte en la visión y dirección estratégica de tu equipo.
— Oscar Swanros.
PD – Si crees que necesitas una perspectiva sobre el control, te recomiendo este libro.
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El feedback constructivo es una herramienta poderosa para el crecimiento personal y profesional. No siempre es fácil recibirlo, pero es esencial para mejorar y desarrollarnos como líderes.
Recuerda que el feedback no es un ataque personal, sino una oportunidad para crecer. La próxima vez que recibas retroalimentación, tómalo como un regalo que te ayuda a ver tus puntos ciegos y a mejorar.
Mañana te contaré de la ocasión que un feedback que recibí me ofendió. Y también te contaré por que.
— Oscar Swanros.
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