Es imposible no caer en comparaciones.
A final de cuentas, vivimos en una sociedad que nos obliga a constantemente estarnos comparando. Es un instinto de supervivencia, casi.
Pero, ¿es realmente algo positivo?
En una de las los últimos Conversatorios en Pathways, justamente hablamos del tema. Uno de los asistentes preguntó, ¿qué tan bueno es compararse con los demás?
Compartimos diferentes puntos de vista, y caímos en la conclusión de que la comparación no es buena ni mala en sí misma.
Su valor radica en cómo la abordamos.
Si la usamos para inspirarnos, aprender y medir nuestro propio progreso, se convierte en una herramienta poderosa.
Pero si la dejamos convertirse en una vara que mide lo que nos falta, puede robarnos la paz.
La clave está en recordar que el crecimiento personal es un viaje único y que, al final del día, la única comparación que realmente importa es con la persona que éramos ayer.
Únete a Pathways y participa en nuestro siguiente Conversatorio.