• Cuidado con el Home Office

    Muchas empresas ofrecen la posibilidad de hacer “home office” como un perk para atraer talento, argumentando que podrás trabajar desde tu casa (o donde quieras, según dicen) un par de días a la semana (o indefinidamente, depende de qué tan cool se quieran ver).

    Ver “home office” listado como uno de los beneficios que tendrás puede ser muy motivante para buscar esa posición dentro de una organización. Pero cuidado, más que una ventaja, puede ser el inicio de un proceso doloroso en el que creerás que el trabajo remoto es una trampa.


    La razón por lo que comento lo anterior es porque, como he dicho en algunos otros posts en esta página, trabajar de forma remota no es tan simple como no ir a la oficina, o tener un un “horario flexible”.

    El trabajo remoto requiere buy-in de todos los involucrados para hacer que funcione, y esto no siempre va bien con las personas que toman las decisiones, puesto que uno de los valores fundamentales que se deben de tener para lograr esto es que los que están a cargo confíen plenamente en el equipo que contrataron.

    Me da mucha tristeza reportar que, desafortunadamente, lo anterior es algo tan poco común como ponerte de buenas al pegarte en el dedo chiquito del pie con algún mueble a las 3 de la mañana. En industrias convencionales, aún te pagan por hacer horas nalga, no por el valor que aportas a la organización.


    En ejemplo práctico, imagina que uno de tus clientes (es decir, no tu empleador de tiempo completo) no está consciente de lo que significa que trabajes de forma remota, como…

    • que la comunicación debe ser asíncrona,
    • que tu trabajo no está atado a un “horario de oficina”,
    • que es mucho más productivo sobre-comunicar en texto (correos, mensajería instantánea) que entrar a “una llamada rápida” a cada rato

    ¿Cuánto crees que dure la relación laboral en una situación así? Probablemente tu cliente va a comenzar a desesperarse porque no contestas los correos inmediatamente, o porque no te encuentra si te llama a las 8 AM un sábado.

    En una relación proveedor-cliente, la realidad es que todo se puede solucionar de forma bastante sencilla, dentro de lo que cabe. Pero cuando eres parte de una organización y existe un desconecte de expectativas de ésta magnitud , las cosas pueden ponerse feas — sobre todo si la organización tiene un departamento de “recursos humanos”… ugh…


    Hacer home office significa que las expectativas y requerimientos serán exactamente los mismos que si estuvieras presente en la oficina, con la desventaja de que estarás trabajando en un lugar donde no trabajas usualmente y probablemente con un equipo que probablemente no está consciente de los retos que presenta trabajar de forma remota.

    Si estás considerando entrar a trabajar a una empresa donde listan la posibilidad de hacer home office unas cuantas veces al mes, por favor no te confundas y pienses que eso significa que tendrás las mismas libertades (y responsabilidades) que tendrías en un trabajo remoto. Es una receta para el desastre, y seguramente terminarás odiando la idea de trabajar remotamente, cuando en realidad lo que sucedió es que no lo hiciste ni en el momento ni con el equipo adecuado.

  • Evita las horas nalga: ir a la oficina no es lo mismo que trabajar

    Una de las grandes mentiras de los últimos tiempos, me atrevo a decir, es que ir a la oficina es lo mismo que trabajar.

    Horas nalga. Así es como se le conoce al tiempo que se desperdicia en cosas no productivas en el espacio del trabajo. Y si bien este concepto no aplica exclusivamente cuando se tiene que ir a trabajar a una oficina (bien podría yo sentarme en mi estudio y no hacer nada productivo), sí es mucho más prevalente en la modalidad de trabajo “normal”, ya que parte del compromiso de trabajar en una oficina, muchas veces, es llegar a las 8 e irte a las 4. Sin importar que durante ese periodo no hayas hecho nada productivo.

    Te están pagando por existir en una oficina. Qué hueva.


    El trabajo remoto nos permite aprovechar al máximo nuestras rachas de productividad, las cuales difícilmente pueden ser programadas para funcionar exclusivamente durante horas de oficina.

    Requiere cooperación de todas las personas involucradas. No puedo simplemente querer dejar de ir a la oficina y dejar de “hacer horas nalga” si la organización no tiene la infraestructura y mentalidad adecuadas.

    Se tiene que poner atención a estos detalles y tomar una decisión en caso de que nos demos cuenta de que nuestros valores no están alineados con los de la empresa. Ignorar los signos de fricción solamente va a llevar a frustración y potencialmente vamos a terminar con un mal sabor de boca, o peor, quemando puentes.


    Como administrador de un negocio o empresa, me estaría preguntando si realmente vale la pena seguir pagando por el espacio si me doy cuenta que la mayoría, o gran parte, de mi equipo de trabajo, viene a la oficina porque es requisito de la empresa, no porque realmente necesiten estar físicamente dentro del edificio.

    También como empleador es muy importante ver a los miembros de mi equipo de trabajo como personas, no como “recursos” (estoy en contra de que haya un departamento llamado “recursos humanos”). Cada persona con la que colaboro tiene objetivos, ideas, y una individualidad que necesita ser respetada.

    Con esto, debo de darles la confianza necesaria para hacer su trabajo de la mejor forma: por esto los contraté, no porque quiero que estén sentados en la oficina durante 8 horas diarias porque sí.

  • Cambia tu lugar de trabajo de vez en cuando

    Llevaba ya un par de semanas atorado con una tarea que no podía terminar de resolver de la manera adecuada. Típica situación de trabajo en la que arreglar una cosa descomponía otras dos.

    Por un momento se me había olvidado que trabajo de forma remota y que no debo de estar confinado a la oficina de mi casa para poder hacer mi trabajo. Pero en cuanto lo recordé, decidí guardar mis cosas e irme al Starbucks más cercano… bueno, el único en Colima.

    Pedí mi cold brew con doble shot de espresso. Más tardé en darle el primer trago que en llegar a la solución de mi problema. Lo implementé en 20 minutos, guardé mis cambios, y listo.


    Incluso las personas que llevamos mucho tiempo trabajando de forma remota podemos caer en el vicio de trabajar siempre desde el mismo lugar. La comodidad de tener una rutina, usar siempre el mismo equipo, y tener lo que necesitamos a la mano en todo momento (el café preferido, la silla cómoda, etc), difícilmente se puede cambiar por algo mejor.

    Pero hoy recordé que… ¡TRABAJO DE FORMA REMOTA! No necesito estar en el mismo lugar. Puedo decidir cambiar mi ambiente de trabajo por un periodo de tiempo para sacarle el mayor provecho a mi creatividad.

    Ver personas nuevas, usar una silla diferente, incómoda, apoyarme en un escritorio al cual no estoy acostumbrado… todo esto contribuye, en mi caso, a que mi cerebro funcione más ágilmente por un periodo corto de tiempo (¿tal vez porque inconscientemente no me gusta estar aquí?).

    Una herramienta más a mi disposición para seguir haciendo del trabajo remoto mi forma de trabajo favorita.

  • Sé tu propio gerente

    Hoy, mientras revisaba alguna documentación interna de la empresa donde trabajo (de forma remota, claro), me topé con un enlace al un post de Signal vs. Noise, de Basecamp, llamado “Hire managers of one”. Y esto me hizo reflexionar sobre la importancia de ser autosuficiente en el trabajo.

    A manager of one is someone who comes up with their own goals and executes them. They don’t need heavy direction. They don’t need daily check-ins. They do what a manager would do — set the tone, assign items, determine what needs to get done, etc. — but they do it by themselves and for themselves.

    La publicación citada fue publicada hace 12 años. Basecamp lleva 20 años trabajando de forma remota, por lo tanto podemos aprender mucho de ellos.


    Es tentador pensar que la proposición anterior debería ser una regla para cualquier negocio. ¿A qué director no le gustaría tener un equipo de trabajo que sea completamente autosuficiente y no los tenga que andar arreando? Pero también se debe de considerar que no todas las personas funcionamos así.

    Hay personas que necesitan guía constante. Y está bien.

    Pero cuando trabajas de forma remota, se vuelve vital ser autosuficiente — no estar siempre esperando que te digan qué tienes que hacer, o hacia donde tienes que ir. Al trabajar de forma remota, en un ambiente ideal, donde la comunicación es completamente asíncrona y tu empleador deposita su confianza absoluta en su equipo, te darán un objetivo, y tu tarea será encontrar la forma de resolverlo usando las habilidades por las cuales te contrataron.

    Ciertamente es una visión muy diferente al trabajo regular de oficina, donde mucha de la validación de tu trabajo viene del simple hecho de existir en una oficina.

    Link: https://signalvnoise.com/posts/1430-hire-managers-of-one

  • Comunicación efectiva: no te disculpes

    La comunicación efectiva es una herramienta que podemos utilizar a nuestro favor. Al hacerlo, estamos elevando las probabilidades de que nuestro mensaje llegue fuerte y claro. Sin embargo, hay situaciones en las que ejercer la comunicación efectiva puede percibirse de mala manera.

    Hace unos días tuve una interacción interesante con un compañero de trabajo. Llevaba yo más de una semana trabajando en algo, y después de unas horas de haberlo enviado para que me hiciera la primera ronda de revisión y comentarios, me respondió con el siguiente mensaje (junto con un par de docenas de sugerencias de cambios que debía hacer a mi propuesta).

    Desafortunadamente creo que te faltó considerar varios aspectos para hacer que lo que estás proponiendo se pueda implementar de la manera adecuada.

    Por favor, revisa mis comentarios y adecúa la propuesta. Avísame cuando lo pueda volver a revisar.

    Mi colega

    Hasta ahí todo bien desde mi punto de vista. Lo que me llamó la atención fue el mensaje privado que recibí de mi compañero inmediatamente después de haber recibido ese correo, donde me pedía perdón por el tono del correo anterior, diciendo que no había sido su intención que sonara tan dura, y que esperaba que entendiera que simplemente está intentando mejorar el producto.


    Uno de los pilares del trabajo remoto es la comunicación efectiva.

    Durante todos mis años trabajando de forma remota, me queda claro que una de las peores cosas que se pueden hacer es asumir alguna intención en los mensajes escritos que recibimos todos los días. Inconscientemente, siempre estaremos buscando algún “tono”. Es nuestro deber como trabajadores remotos quitarnos éste tick y tomar lo que se nos dice por su valor nominal, y nada más.

    Es decir, si alguien me comunica que a mi propuesta le faltó considerar ciertos aspectos, ¿por qué debería de asumir que eso habla mal de mí como miembro del equipo? En ningún momento se está poniendo en duda mi aportación, simplemente se me está haciendo una observación. Y como miembro del equipo, y profesional que soy, debo de aceptar esa retroalimentación y tomarla como una oportunidad para crecer y para aprender.


    Lo que más me llama la atención es la necesidad de mi compañero de trabajo de aclarar que su mensaje no era mal intencionado.

    En ésta situación en particular hay varios factores que tomo en cuenta que nos diferencian como individuos:

    • Somos de culturas diferentes (él Alemán, yo Mexicano)
    • Hablamos idiomas completamente diferentes (él Alemán, yo Español), y nos comunicamos en Inglés
    • Tenemos backgrounds completamente diferentes (él tiene mucha más experiencia profesional que yo en industrias mucho más grandes)

    Somos completamente diferentes. Pero los dos trabajamos en el mismo equipo, y el objetivo general es mejorar el producto en el que trabajamos — por eso invertimos tanto tiempo en pedir y dar retroalimentación oportuna.

    Dadas estas diferencias tan grandes de cultura, lenguaje, y backgrounds, creo que sería raro (o hasta preocupante) que no hubiera también diferencias de expectativas a la hora de comunicarnos.

    Creo que esa es la razón por la que mi compañero se vio en la necesidad de aclarar por mensaje privado que su comentario no había sido mal intencionado.


    Cuando se trabaja en un equipo remoto, es de suma importancia trabajar en la comunicación efectiva y debemos tener en cuenta que cada persona es completamente diferente, y que no importa que estén trabajando hacia el mismo objetivo, cada quien carga con sus propios dogmas, vicios, y preocupaciones.

    Pero creo que también podemos seguir 3 simples reglas para asegurarnos de que la comunicación en la empresa remota es efectiva.

    1. Toma cada interacción por su valor nominal, no asumas intención en los mensajes.
    2. Se profesional y comenta sobre el trabajo, no sobre la persona.
    3. Se asertivo.

    Tan simple como eso.

    Y no, Daniel, no te disculpes por ser efectivo comunicando. ¡Gracias por tus comentarios!

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