Te puedes ir cuando quieras

Seguramente piensas que renunciar es por falta de carácter. Que significa que no pudiste, o que no fuiste suficiente. Que tú estás mal.

Es un golpe a tu ego.

Y duele.

Pero, ¿qué tan cierto es eso?

Porque todos hemos dejado algo en algún momento. Empleos, relaciones, amistades, ciudades. ¿Significa que todos estamos mal?

¿O significa que por X o Y razón hemos descubierto hasta donde podemos llegar en cada una de esas instancias?

Yo creo que siempre hay una lección por aprender de las decisiones que tomamos. A veces, esa lección significa irse — dejar.

Y aunque no lo parezca, también hay una lección que aprender ahí.

Porque cuando decides irte, lo estás haciendo por algo. ¿Qué puedes aprender de ello?

Yo a veces me he ido por berrinche, porque no supe entender el feedback que se me daba; porque dejé de confiar. Otras veces me he ido porque simplemente ya no quería estar.

Todas son razones válidas, porque aprendí algo de mí en cada una de esas instancias.

La próxima vez que decida irme, me sentiré confiado de que estaré tomando una decisión informada. Porque de todo me estoy llevando una lección.

¿Y tú?

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