Marco Aurelio, en Meditaciones, dice que “las personas que aman lo que hacen se desgastan haciéndolo.”
Además de ser una idea motivacional, también es una advertencia. Es fácil creer que porque estás haciendo algo que te gusta no deberías de marcar límites. Se vuelve peligroso.
Como he escrito antes, lo que amas probablemente te está matando:
Ernest Hemingway, en su obra maestra de 1926, escribió este intercambio entre sus personajes:
Will: ¿Cómo quebraste?
Mike: De dos maneras. Gradualmente, y luego de repente.
Es exactamente con el burnout. Una noche más, dando el 110 %, parece inofensiva si se ve desde nivel cancha. Total, mañana duermes un poco más tarde, aunque esto ocasione que probablemente tengas que trabajar un poco más para compensar.
No hay gran problema.
Pero cuando lo ves en grande escala, a largo plazo, te das cuenta de que 3 años de ese ritmo han sido mala idea. Porque, primero, tomaste decisiones lentamente, un día a la vez. Y luego, de repente, ya estás quemado. Llegó el burnout, y es hora de enfrentar el problema.
Con el reciente auge del estoicismo, muchos hemos estado expuestos a ideas como estas.
Y por supuesto creo que tienen mérito.
Pero también creo que presentan un riesgo si es que se aceptan al pie de la letra.
¿Estás dispuesto a desgastarte —tu salud física, mental, social— por hacer lo que amas?
Si sí, adelante.
Si no, establece límites, propios y externos.