Oscar Swanros

  • Soy un hater del AI

    Anthony Moser:

    Para hablar educadamente de IA, priorizas las advertencias antes que las críticas: claro que no estoy del todo en contra; quizás dentro de unos años; quizás para otros fines, pero… Se supone que debes debatir cómo y cuándo usarla. Se supone que debes dar por sentado que debe ser útil en algún lugar, para alguien, para algo, eventualmente. Gente rica, inteligente y respetada lo dice, y sería arrogante discrepar con esa gente.

    Pero soy un hater, lo cual es una forma de integridad. Significa que estoy dispuesto a discrepar con cualquiera, incluso si es grosero. “Pero solo la uso para…” “En realidad, si tú solo…” “Los nuevos modelos…” “Me estaba burlando…” Basta. Te estás avergonzando. Yo me avergüenzo por ti.

    Su argumento tiene bastante sentido y lo admiro:

    Me convertí en un odiador haciendo precisamente lo que la IA no puede hacer: leer y comprender el lenguaje humano; pensar y razonar sobre ideas; considerar el significado de mis palabras y su contexto; amar a la gente, crear arte, vivir en mi cuerpo con sus defectos, sentimientos y vida. La IA no puede ser un hater, porque no siente, ni sabe, ni le importa. Solo los humanos pueden ser odiadores. Celebro mi humanidad.

    👏

    María Popova explora por qué la IA nunca podrá reemplazar a los humanos en las cosas escenciales de la existencia:

    Cuando la IA empezó a colonizar el lenguaje —que sigue siendo nuestro mejor instrumento para salvar el abismo que nos separa, un contenedor de pensamiento y sentimiento que moldea el contenido—, le pedí a chatGPT que compusiera un poema sobre un eclipse solar al estilo de Walt Whitman. El resultado fue un conjunto de clichés en pareados rimados. Equivocarse en la forma —Whitman no rimaba— parecía una corrección fácil con una línea de código. Equivocarse en la poesía misma era la pregunta interesante, la pregunta que llega al corazón de por qué hacemos poemas (o pinturas, novelas o canciones): una pregunta fundamentalmente sobre qué significa ser humano.

    Le pregunté a una amiga poeta por qué pensaba que ChatGPT sonaba hueco mientras que Whitman podía condensar infinitud de sentimientos en una sola imagen, podía desarraigar el alma en una palabra.

    Hizo una pausa y luego dijo: «Porque la IA no ha sufrido».

  • No la necesito, no la necesito…

    Las últimas semanas he estado experimentando con algunos agentes de programación para hacer una idea de una app que se me vino a la mente. Me complace decir que terminé la primera versión de la aplicación en aproximademente 3 semanas, desde el primer commit hasta que la mandé a la App Store para revisión.

    Todavía no está publicada, porque me pidieron que agregara algunos datos necesarios para aplicaciones que ofrecen algún tipo de suscripción. Pero espero que en cualquier momento esté disponible.

    El punto es que he estado desarrollando esta app en mi computadora personal: una MacBook Air M3 con 16GB de RAM. Esta compu la compré hace como año y medio bajo la asunción que no necesitaba ni más memoria ni más procesador para escribir.

    Y ciertamente, nunca sentí que le faltara poder…

    Hasta ahora.

    Resulta que correr múltiples LLMs, aunque no localmente, que están continuamente compilando y recompilando y volviendo a compilar, y editando archivos de texto y demás sí pone al procesador a trabajar y a la memoria a correr. 

    Nunca había sentido esta computadora tan caliente como ahorita que acabo de correr el comando para generar un nuevo set de screenshots para subir al App Store. 

    Los últimos días he tenido una pestaña en el Apple Store: 

    MacBook Pro de 16 pulgadas – Color plata

    • Pantalla Liquid Retina XDR de 16 pulgadas²
    • Pantalla nanotexturizada
    • Chip M4 Max de Apple con CPU de 16 núcleos, GPU de 40 núcleos y Neural Engine de 16 núcleos
    • Memoria unificada de 128 GB
    • Almacenamiento SSD de 1 TB
    • Adaptador de corriente USB-C de 140 W
    • Tres puertos Thunderbolt 5, puerto HDMI, ranura para tarjeta SDXC, entrada para audífonos y puerto MagSafe 3
    • Magic Keyboard retroiluminado con Touch ID – Inglés (EE.UU.)

    … y este clip de Bob Esponja en replay en mi cabeza.

  • Cómo hacer audífonos inalámbricos, en 1965

    OneTubeRadio.com:

    Hace sesenta años, la edición de septiembre de 1965 de Electronics Illustrated mostraba cómo fabricar estos auriculares inalámbricos para escuchar en silencio sin necesidad de cables. La fuente de audio se conectaba a un bucle de cable que rodeaba la habitación, formando el primario de un transformador de audio. El secundario se montaba en los propios auriculares, en forma de una bobina enrollada sobre un núcleo de ferrita.

  • AI 2027

    Daniel Kokotajlo, Scott Alexander, Thomas Larsen, Eli Lifland y Romeo Dean publicaron en ai-2027.com a inicios de año sus predicciones sobre la dirección que tomará la inteligencia artificial en los siguientes 3 años:

    Predecimos que el impacto de la IA superhumana durante la próxima década será enorme, superando al de la Revolución Industrial.

    Hemos elaborado un escenario que representa nuestra mejor estimación sobre cómo podría ser. Se basa en extrapolaciones de tendencias, simulacros de guerra, comentarios de expertos, experiencia en OpenAI y pronósticos exitosos previos.

    La mejor forma de predecir el futuro es extrapolando del pasado. Las personas que escribieron este reporte aportan esa perspectiva. 

    También disponible en YouTube y en audio.

  • humbletoolsmith.com:

    Con demasiada frecuencia, nos enteramos de un error de software importante. Los errores de las grandes empresas son noticia de primer nivel. Los errores de las pequeñas empresas parecen igual de comunes. Como programadores, todos estos errores nos cuestan tiempo y dinero. Sabemos que necesitamos mejorar, pero no sabemos cómo.

    Como industria, hemos intentado resolver este problema con procesos y herramientas cada vez más complejos, y técnicas sofisticadas. Pero Edsger Dijkstra propuso una solución diferente y más sencilla.

    Dijkstra fue uno de los pioneros del desarrollo de software. Realizó importantes contribuciones en compiladores, sistemas operativos y sistemas distribuidos. Pero no afirmó que los avances en estas áreas llevarían a un software más fiable. Pensó que lo que marcaría la diferencia más significativa era la humildad.

    Así se aplica en la disciplina:

    Para los desarrolladores, el consejo de Dijkstra de ser humildes se puede aplicar de muchas maneras. La aplicación más directa es escribir código lo más simple posible. Esto significa evitar trucos ingeniosos. Significa usar la abstracción para simplificar el código, no para complicarlo. La simplicidad mejora la mantenibilidad del código a lo largo de la vida de la aplicación.

    Otra forma en que la humildad beneficia a los desarrolladores es que nos motiva a escribir. Hay un viejo proverbio chino que dice: «La tinta más pálida es más fiable que la memoria más poderosa». No debemos dar por sentado que recordaremos por qué tomamos una decisión de cierta manera meses después.

    La humildad también nos ayuda a hacer preguntas cuando es necesario. Necesitamos reconocer cuándo nos atascamos intentando resolver un problema. En esas situaciones, debemos ser lo suficientemente humildes como para pedir ayuda, priorizando la necesidad de ofrecer una buena solución por encima de nuestro ego. Para los desarrolladores experimentados, esto puede significar estar dispuestos a pedir ayuda a desarrolladores con menos experiencia.

    :chef-kiss:

  • En OpenCulture:

    Dan Pelzer murió a principios de este año a la edad de 92 años, dejando una lista escrita a mano de todos los libros que había leído desde 1962.

    Hay un sitio con la versión escaneada de sus notas (what-dan-read.com) y un PDF. con la lista completa.

    #goals

  • offpeaklog:

    Llevo nueve años “aprendiendo a programar”. Todavía recuerdo escribir mi primera línea de HTML en un Netcafe.

    Traducción: Tengo cientos de repositorios de GitHub llenos de tutoriales sin terminar, plantillas clonadas y carpetas llamadas “final-v3-actually-final”.

    Ni un solo proyecto que funcione.

    La semana pasada estaba en una cafetería, repasando el mismo tutorial de JavaScript por vigésimo tercera vez. ¿A mi lado? Un chico de 16 años creando casualmente un bot de Discord que transmite datos deportivos en directo.

    ¿Yo? Emocionado porque por fin entendí closures.

    Fue entonces cuando me di cuenta: no estaba aprendiendo a programar. Estaba aprendiendo a sentir que estaba aprendiendo a programar. ¡Qué diferencia!

    La importantísima reflexión:

    El 90% de la programación es depurar el código.

    Los tutoriales se saltan la parte de “2 horas arreglando un punto y coma que falta”.

    El código feo que se ejecuta es mejor que el código perfecto que no existe.

    Se aprende rompiendo, no observando.

    Sabemos que “El 90% de la programación es depurar el código“  es completamente cierto, pero todavía seguimos debatiendo si la IA sirve para escribir código.

  • ¿Qué estamos perdiendo gracias a la IA?

    Jose M. Gilgado en su blog

    Una vez integrada en nuestras vidas, cualquier nueva tecnología puede verse como un intercambio. Perdemos algo y recibimos algo a cambio.

    Cuando empezamos a usar la calculadora, perdimos la capacidad de realizar operaciones básicas a mano, pero obtuvimos resultados precisos rápidamente. Después de un tiempo, incluso hacer una suma básica sin ella se convierte en una lucha.

    No recuerdo la última vez que usé un mapa, salvo en la escuela, cuando era niño y estaba aprendiendo sobre ellos. Para cuando obtuve el carnet de conducir, los teléfonos inteligentes ya no existían, así que Google Maps era mi navegador. Perdí (¿o quizás ni siquiera desarrollé la capacidad de navegar con un mapa?), pero a cambio recibía indicaciones instantáneas para llegar a cualquier destino.

    El patrón de perder algo y recibir algo a cambio, generalmente en forma de comodidad, está presente en todos los avances tecnológicos. Incluso tener coche significa que caminamos menos.

    En los últimos meses, me he preguntado: “¿Qué estamos perdiendo con la IA?”.

    Lee Los universitarios de élite que no saben leer libros.

  • Estoy de regreso

    Sin querer queriendo, me tomé un break de 15 días del blog y del newsletter. Me fui a bucear a Manzanillo, y a Mahahual, y pude meter un viaje de trabajo a CDMX en medio de todo. 11 inmersiones, 4 vuelos y varias horas de carretera después, estoy listo para retomar el ritmo — porque no he dejado de leer y recolectar cosas que quiero compartir aquí.

    Pero por ahora, unas fotos de los tiburones gata que fuimos a ver en Banco Chinchorro (en mi perfil de Garmin Livetrack puedes ver un mapa de algunos de los lugares donde he buceado recientemente):

  • En el blog de Google Developers

    En un mundo de iteración rápida, el crítico traslada la revisión a una etapa anterior del proceso, al acto mismo de generación. Esto significa que el código que revisas ya ha sido interrogado, refinado y sometido a pruebas de estrés. Por supuesto, siempre debes revisar cuidadosamente el código generado antes de usarlo. Los grandes desarrolladores no solo escriben código, sino que lo cuestionan. Y ahora, Jules también lo hace.

    ¿Cuánto tiempo va a pasar antes de que un ingeniero se ofenda y acuse a Jules de no saber dar feedback?

  • Muchos (empresas, projectos, grupos) dicen que llo que quieren hacer es democratizar esto o lo otro, cuando en realidad lo que quieren es hacer las cosas más accesibles. Por más que creamos que somos seres racionales, no podemos negar que tenemos bagage cultural y social que juega un papel importantísimo en cómo nos comportamos realmente, independientemente de lo que creamos.

    Las palabras significan algo. No nada más en el diccionario, sino en nuestra vida, y en cómo entendemos el mundo.

    De Wikipedia:

    La democracia (del griego: δημοκρατία dēmokratía, dēmos, “pueblo” y kratos, “poder”)[1]​ es una forma de organización social y política presentada en el platonismo y aristotelismo que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la ciudadanía. En sentido estricto, la democracia es un tipo de organización del Estado en el cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante herramientas de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus representantes. En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se establecen conforme a mecanismos contractuales.

    El problema sale cuando se usa la democracia como estandarte para crear una nueva tecnología o negocio. Lora Kelley explica

    La democracia tiene una valencia social positiva. Una afiliación a la idea, por indirecta que sea, resulta halagadora. Sugiere que un bien o servicio —ya sea un dispositivo que realiza análisis con unas gotas de sangre o un procesador de pagos con un solo clic— es para el pueblo. Pero a pesar de sus elevadas declaraciones de misión, las empresas, al final, se han ceñido a los caminos tradicionales para alcanzar su objetivo: hacer dinero.

    ¿Realmente es democracia cuando los usuarios no tienen control sobre las decisiones que se toman? ¿Se puede realmente democratizar la educación? ¿O la comuniación? 

    No es nuevo: 

    Custom Movement quiere democratizar la propiedad de zapatillas personalizadas, y Creator imagina lo mismo para la preparación de hamburguesas. Y luego está mi querida Dadi, aquí para reformar la institución más antidemocrática: el almacenamiento de esperma. Es todo tan asqueroso y confuso. O sea, teóricamente apoyo a los fanáticos de las zapatillas insatisfechos que buscan zapatos que se adapten a sus personalidades especiales, pero la última vez que leí mi Platón, una república estable no dependía de la libertad de personalizar productos.

    Una empresa que realmente democratice algo, por definición, debería de atar su existencia a la voluntad de sus usuarios. Y sí, podrías decir que los usuarios sí tienen una manera de votar en contra: dejando de usar el producto. Pero si el producto es gratis, ¿qué daño podría hacer? ¿Y si el producto se mete cada vez más en tu vida?

    En fin, me gustaría que más empresas fueran honestas con su meta real, que es hacer dinero, sin disfrazarse detrás de un bien social (te estoy viendo, fintech que quiere “aportar a la sociedad” bancarizando a grupos marginados, con intereses del 200% en sus préstamos de 5mil pesos).

  • HAHAHAHA:

    Desde el momento en que te vi, supe que mi vida estaba a punto de cambiar. Eras hermosa, inteligente, divertida y amable. Poco después de conocernos, supe que quería pasar el resto de mi vida contigo. Dime si prefieres que estas primeras líneas sean más cálidas o más emotivas. ¿Quieres que las personalice de alguna manera?

    Me encanta tu confianza, tu resiliencia y tu apertura a nuevas experiencias. ¿Recuerdas cuando nos mudamos juntas y pasamos todo el primer fin de semana armando muebles? Esta es una anécdota que podrías incluir. ¿Te sugiero otra experiencia significativa que hayan compartido Kasey y tú?

    No sean así, oye.

  • En Texas Monthly:

    Burnett, de 41 años, creció principalmente en Plano, pero desde entonces rara vez ha estado sin salida al mar: ahora vive en Santa Lucía, una isla cercana a Dominica. Empezó a bucear en apnea en julio de 2023, menos de un año antes de su visita a Blue Element, y ya alcanzaba las mismas profundidades que los buceadores veteranos. Pero trataba el deporte como un pasatiempo; no se había planteado participar en ninguna competición de alto nivel. Entonces se enteró de una próxima competición en Blue Element que atrae tanto a entusiastas como a competidores de élite. Cuando cuenta esta historia, la remata con su coda de facto: “¡Y pensé: ‘¡Al diablo!’”. Prolongó su estancia y se apuntó.

    Me recuerda al dude que aprendió a surfear a los 35.

  • La excepción que confirma la regla

    Ya sé, ya sé… 

    El otro día publiqué que ya no compraría más libros. Pero. Hear me out. El nuevo libro de Morgan Housel, The Art of Spending Money, sale en octubre.