El trabajo de un diseñador no es diseñar; es entender la visión de su cliente y plasmarla en el medio adecuado.
El trabajo de un desarrollador no es escribir código; es interesarse por el negocio, y buscar cómo aportar usando las herramientas correctas, que pueden ser creadas o compradas.
Para un ingeniero de soporte de IT, su trabajo no es ser un experto en tecnología; es empatizar con el que le pide ayuda, y entender que si le están pidiendo ayuda es porque la otra persona no sabe cómo resolver el problema por sí mismo. Es paciencia.
Un diseñador que no puede crear algo que resuelva las necesidades de su cliente es más bien un artista.
Un desarrollador de software al que no le interesa el negocio, y solamente quiere escribir código, es más bien un programador.
Alguien de IT que no puede empatizar con los que necesitan su ayuda, y es impaciente, es más un bloqueo que una ayuda para la empresa.
No tiene nada de malo ser artista, programador, o alguien que sabe mucho, pero no cómo ayudar a las personas.
Pero tienes que estar consciente de lo que eres, lo que quieres ser, y si estás jugando el juego correcto.
El artista que se quiere vender como diseñador; el programador que quiere crecer una carrera con más responsabilidades e impacto; el de IT que no entiende por qué él no tiene trabajo mientras sus compañeros sí.
Todos están jugando el juego incorrecto. O no están entendiendo las reglas.