Hablar del burnout en abstracto puede carecer de impacto real. Déjame explicarte.
Imagina que intentas explicarle a un niño de 3 años por qué es mala idea meter un tenedor en una toma de corriente. Para que aprecie los peligros de ello, tendríamos que explicarle primero sobre electricidad, materiales y sus propiedades de conducción eléctrica, y luego sobre el concepto de “electrocutarse”.
Eventualmente, ya sea por accidente o academia, cuando el niño se haga consciente de la progresión de eventos que lo llevan a sentir la descarga eléctrica en su cuerpo, y los efectos en su salud, proactivamente evitará acercar un objeto de metal a una toma de corriente.
Sucede lo mismo cuando hablamos de burnout. Intentar explicarle a alguien por qué debería de hacer todo lo posible por prevenir el burnout asume que la persona tiene el suficiente autoconocimiento para reconocer su origen y los efectos que los síntomas tienen en ella.
El burnout se manifiesta de manera diferente en cada uno de nosotros
Una rápida búsqueda en internet te dará síntomas como:
- Agotamiento y fatiga constante.
- Bajo rendimiento laboral.
- Sentimientos de impotencia y fracaso.
- Irritabilidad constante.
- Procrastinación.
- Problemas de comunicación.
Muchos de estos síntomas también pueden estar asociados a trastornos de salud mental, como la depresión o ansiedad. En caso de duda, consulta con un profesional
Aun así, aunque indicativos, son subjetivos. ¿Qué significa realmente “agotamiento”? Tu umbral de cansancio podría ser el nivel de energía estándar de otra persona. ¿Qué es “irritabilidad constante”, y cómo se manifiesta en tu día a día? Respuestas diferentes dependiendo a quién le preguntes.
Además, tenemos diferentes niveles de resiliencia ante las mismas situaciones
Agregándole una variable más al problema: no a todos nos pegan de igual manera las mismas situaciones.
Dependiendo de la historia personal de cada quien, lo que para uno pudiera una situación completamente normal y manejable, para otra persona pudiera ser un problema complejísimo de sobrellevar.
La misma situación tiene un impuesto de estrés diferente para cada uno. Recuerda eso.
Fugas de Memoria: Un modelo mental para entender el burnout si eres desarrollador de software
En el mundo del software decimos que no hay aplicación sin errores; solamente hay aplicaciones cuyos errores todavía no descubrimos.
De igual modo, el burnout no es algo que está prendido o apagado, sino una serie de factores compuestos que se van acumulando y acumulando hasta que evolucionan y te hacen “tronar”.
Es como una fuga de memoria, o memory leak, en tu programa: si se encuentra en una parte de la aplicación que tu usuario no visita varias veces durante la sesión, no hay tanto por qué preocuparse — el sistema tiene suficientes recursos para gastar. Pero si la fuga está en un hot path de la aplicación, muy pronto se convertirá en un problema. El sistema se quedará sin espacio para memoria “desperdiciada”, y terminará forzando el cierre de la aplicación.
Ningún programa es 100 % eficiente. La mayoría de los sistemas complejos, tanto en software, como en la naturaleza, producen desperdicios — y está bien. Así como los dispositivos en los que corren nuestros programas están diseñados para seguir funcionando aún con cierto nivel de desperdicio de memoria, los humanos somos naturalmente resilientes para lidiar con cierto nivel de situaciones adversas que si no se mantienen bajo control pueden evolucionar a un nivel de burnout que nos haga rompernos emocional, intelectual o profesionalmente.
Como buen desarrollador de software que se preocupa por el rendimiento de su código, ya tienes el hábito de depurar tu aplicación constantemente para asegurarte de que estás usando los recursos de tu sistema de la mejor manera posible. Ahora, como persona consciente de la importancia de evitar el burnout, regularmente evalúa si tus hábitos, rutinas, ambiente y forma de llevar tu día a día está ayudándote a mantener un nivel sano de burnout.
Prevenir es mejor que lamentar
No existen soluciones absolutas para los problemas humanos. En este continuo de vida y carrera, todas las soluciones a los problemas de las personas comienzan con un “depende”, y esto no es una excepción para el burnout.
Pero eso no es excusa para “hacernos de la vista gorda” y hacer como que tomar acciones en pro de prevenirlo no es importante simplemente porque aún no sufrimos los estragos del mismo.
Al contrario, creo que es un llamado a la acción para invertir un poco más en el autoconocimiento, que en sí es un proceso. Ver el burnout como un botón que puede estar en encendido o apagado limita tu capacidad de entender sus matices y complejidad. Ofusca la combinación de factores que pueden estar influyendo en un área tan relevante de tu vida, como tener la capacidad de continuar trabajando en algo que te gusta.
Si eres de las personas que tienen el privilegio de no haber experimentado el burnout en carne propia, te invito a que utilices el modelo mental de Fugas de Memoria para comprender la importancia de ser proactivos y evitar que el burnout se manifieste. Si, por el contrario, ya has experimentado el burnout, te invito a que reflexiones y aprendas a detectar los síntomas y cómo se manifiestan en ti, y a través del autoconocimiento tomes las medidas necesarias para evitar que vuelva.