Saber más lenguajes de programación, arquitecturas o tecnologías no te hace un programador competente.
Más allá de sus contribuciones con compiladores, sistemas distribuidos y sistemas operativos, Dijkstra nos dejó el aprendizaje más grande de todos en su clase de 1972, The Humble Programmer: la característica más importante de un programador realmente competente es su humildad.
Si eres un programador competente entonces eres consciente de que no lo sabe todo. Así que te aproximas a cualquier tarea que se te asigna con humildad, y no caes en las trampas de tu ego — no te complicas por la simple motivación de hacer notar que sabes más o eres mejor.
Estar en lo correcto se siente bien. Y creo que hay un lugar y un espacio para hacerlo — a final de cuentas reconocer nuestros éxitos es también parte importante del crecimiento. Pero hacerlo en exceso es una receta para el delirio.
Hay una línea muy delgada que todos los profesionales de esta industria debemos de trazar. Esta línea te ayuda a identificar si estás intentando resolver un problema para agregar valor real o para satisfacer tu propio ego.
Si no eres consciente de la razón por la cual estás resolviendo algo, es muy fácil que caigas en la trampa del ego.
También, si no tienes la humildad para reconocer cuando estás resolviendo algo por ego y no por avanzar tus objetivos, te conviertes en un bloqueo para tu equipo.
Lo que te hará mejor desarrollador no es saber más lenguajes de programación, frameworks o arquitecturas. Es tener la humildad de aceptar que no lo sabes todo, e intentar resolver tus problemas partiendo de esa premisa.
Contrario a la idea con la que probablemente creciste, aceptar que estabas mal o que no sabes algo no significa que eres incompetente. Significa que tienes la humildad de reconocer tus errores y la integridad de aprender de ellos. Mientras más pronto lo admitas y te hagas consciente de ello, más rápido te moverás hacia la respuesta correcta.