Si tanto buscas la independencia, tienes que asumir también las responsabilidades que con ella vienen.
Una de ellas, y la principal, diría yo, es la de saber cuándo tienes “suficiente”.
El juego de los números y de las comparaciones es uno que no puedes ganar; siempre habrá alguien que te tenga “uno más que tú”.
¿Por qué te someterías a una versión moderna del mismo castigo que los dioses dieron a Sísifo?
Pero tú — tú tienes algo que Sísifo nunca tuvo: el poder de decir “hasta aquí”.
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