“Voy a apostarlo todo, y a quedarme sin una red de emergencia. Porque solo así me obligaré a mí mismo a hacer las cosas bien.”
De acuerdo con ese pensamiento cuando se trata de aprender a andar en bicicleta. Un raspón, te levantas, y listo.
Pero, ¿lo quieres aplicar para cosas más trascendentales? ¿Y aparte, sabiendo que tienes personas que dependen de ti?
¿Por qué te pondrías tú mismo en una situación tan complicada?
Deja de intentar ser el héroe; de glorificar el sacrificio. De ignorar voluntariamente los riesgos a los que te estás exponiendo, confiando en que “seguramente va a salir bien.”
Apuesta por tu emprendimiento, pero no descuides las habilidades que te podrían conseguir un empleo si algo sale mal.
Ahorra.
Diversifica tus ingresos.
Haz las cosas bien.
Porque te lo prometo: a nadie le va a importar que hayas vencido todas las adversidades.
Pero sí nos va a importar que estés bien.