Si tienes grandes aspiraciones, no puedes esperar que las cosas sucedan como por arte de magia.
Si quieres llegar a la cima, tienes que poder mostrar el desgaste en tus manos, rodillas, codos.
Porque el llegar es un instante; se termina antes de lo que puedes disfrutarlo. Pero el proceso — es arduo, difícil, y también satisfactorio.
Las cicatrices y aprendizajes se quedan contigo cuando el momento ya desvanece.
Y recuerda: tú decidiste estar aquí. Tú decidiste comprometerte. Nadie te obligó. ¿Por qué le huirías a la parte más emocionante de crecer, que es cometer errores?
No. No le huyes.
Abrazas las dificultades, y las transformas en aprendizajes.
Porque eres parte del proceso.
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