Ayer tuve uno de esos episodios de parálisis, de bloqueo creativo. Pasé, sin exagerar, unas 3 horas sentado frente a la computadora sin poder hacer nada. Completamente paralizado.
Me había comprometido a hacer algo nuevo para mí, algo que no había hecho en muchísimo tiempo. Tenía un deadline y había gente esperando resultados de mi parte.
Pero me paralicé. Fallé.
Hoy por la mañana, durante mi sesión de Morning Pages, exploré el porqué. Y creo que tengo una idea…
En 1950, Dwight D. Eisenhower escribió una carta a un diplomático de E.E.U.U, donde dijo:
… siempre recuerdo la observación de un exitoso solado: “Hacer planes para cuando haya paz no sirve de nada, pero planear para que haya paz es indispensable”.
En 1957, durante un discurso, compartió su versión de la idea, la cual popularizó:
Los planes no sirven de nada, pero planear es indispensable. Hay una gran distinción, porque cuando estás planeando para una emergencia, debes comenzar por esto: la mera definición de “emergencia” es que es inesperada, por lo tanto no va a suceder de la manera en que la estás planeando.
Los planes no sirven de nada, pero planear es indispensable.
Ayer quise completar el proyecto completo sin tener una idea de qué era lo que estaba buscando hacer.
Creí que por ser un proyecto creativo, podría salir “al ahí se va”. Que mi creatividad me salvaría. Que no era necesario hacer un plan.
Y no pude estar más en lo incorrecto.
Hoy lo voy a intentar de nuevo; esta vez con un plan. Voy a hacer un outline de lo que quiero hacer, un guion, un storyboard. Lo que sea necesario.
Porque los planes no sirven de nada, pero planear es indispensable. Indispensable para saber, por lo menos, a qué me estoy enfrentando. No importa que sean incorrectos. Prefiero llegar con algo, que con nada.
Y ayer lo aprendí de la manera difícil.