Cuando algo te importa, es normal que quieras actuar con rapidez. Que sientas un impulso de resolver el problema cuanto antes posible. Que sientas esa urgencia por hacer que se vaya
Pero no tienes que confundir tu impulso con la necesidad. A veces, lo que necesitas es parar y observar. Controlar tu temperamento. Validar tus ideas. Tomar un respiro.
John Dryden dijo, “ten cuidado con la furia del hombre paciente.”
Y tienes que ser paciente contigo mismo, también. Porque, créeme, te sorprenderá lo que tus impulsos te hacen hacer, una vez que te hagas conscientes de ellos.
¿Dejarte llevar por un arranque de emoción? Eso es fácil. Cualquiera puede.
¿Pero usar tu temperamento para controlarlos? Eso es digno de una persona que tiene su futuro en sus manos.
Para comentar, regístrate en Pathways