Estaba leyendo un artículo en artnet que habla sobre las dificultades que la industria del arte está teniendo: una sobresaturación de jugadores, desde artistas hasta galerías y consultores, está haciendo que sea cada vez más difícil tener un negocio sostenible.
El mundo del arte se está en un estado precario a medida que se dirige a la segunda mitad de 2025. No pasa una semana, al parecer, sin un cierre importante de la galería: Blum, Venus Over Manhattan y Kasmin son otras víctimas prominentes del verano. Las galerías más pequeñas están saliendo y reduciendo discretamente. Cada caso es diferente, pero muchos expresan las mismas lamentas: los gastos generales están matando a las empresas. Las ventas han bajado. Ya no es divertido. El precio principal es insostenible. Los principales coleccionistas han dejado de comprar arte o han reducido significativamente sus gastos. La próxima generación no está ahí para hacerse cargo de la vieja guardia. El mundo del arte está saturado, y no hay una manera fácil de curar el malestar.
Cabe recalcar que sigue siendo una industria de miles de millones de dólares, pero no hay duda que está siendo afectada: 40.9 % menos ventas desde el 2022.
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