Un reportaje para nada alarmante en The Guardian da una mirada al mundo de las apps de citas en la era de la inteligencia artificial:
En un panorama donde la comunicación basada en texto juega un papel fundamental en la búsqueda del amor, es comprensible que algunos recurramos a la ayuda de la IA; no todos nos envían buenos mensajes. Sin embargo, algunos Chatfishers llegan a extremos aún mayores, externalizando conversaciones enteras a ChatGPT, dejando a su pareja en una distópica sala de espejos: creyendo que están construyendo una conexión genuina con otro ser humano cuando en realidad se están abriendo a un algoritmo entrenado para reflejar sus deseos.
Al parecer, es algo tan prevalente que ya hasta hay un término: chatfisher.
La mayoría de los Chatfishers afirman que jamás se les ocurriría dejar que la IA hable solo por ellos. Muchos son como Nick, un londinense de 38 años, que lo ve como una herramienta para fomentar conexiones más sólidas en las apps de citas. Trabaja en el sector tecnológico y vive con su novia; tienen una relación abierta y ambos salen con otras personas de forma casual. A veces usa ChatGPT en sus conversaciones en las apps de citas Feeld y Bumble. “Si uso una app de citas”, dice, “quiero iniciar una conversación significativa desde el principio para enganchar a la otra persona, pero tampoco quiero dedicarle demasiado tiempo. Del mismo modo, aunque quiero que sea significativa, no quiero necesariamente ponerme demasiado emotivo de inmediato; es como un ejercicio de equilibrio”. ChatGPT, dice, le ayuda a mantener ese delicado equilibrio: ofrecer suficiente encanto para iniciar una conexión, sin la inversión de tiempo ni esfuerzo emocional que, de otro modo, podría parecer inútil si la conexión se desvanece después de unos pocos mensajes.
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Jamil, de 25 años y residente de Leicester, admite ser un Chatfishser prolífico, pero argumenta que la IA es simplemente una solución alternativa a lo que él considera la jerga codificada de las citas modernas. “¿A qué te refieres con ‘¿Cuál es mi estilo de apego?’?”, se resiste. “Todas las chicas en las apps tienen esa obsesión con los ‘lenguajes del amor’; es un galimatías, pero si no lo mencionas, la gente piensa: ‘Vaya, eres una red flag’”.