Me gusta coleccionar libros.
Ha sido uno de mis hobbies más constantes durante los últimos 4 años, y tengo uno que otro ejemplar interesante en mi librero. En 2021, creo, leí por segunda vez I Will Teach You to Be Rich de Ramit Sethi, y la lección que más me resonó fue la de tener lo que Ramit llama money dials:
En resumen, tus money dials son las cosas en las que estás dispuesto a gastar de forma extravagante, recortando drásticamente las que no te importan. Pienso que es como usar los quemadores de gas de mi cocina: hay un límite de combustible disponible, así que ¿qué quiero poner a fuego máximo y qué estoy dispuesto a cocinar a fuego lento, o incluso no cocinar? Tus money dials son las cosas que más te importan. Si nunca has pensado en eso, no estás solo. En mi trabajo con mis clientes, descubro que incluso quienes hacen un buen presupuesto no se han tomado el tiempo de pensar en qué quieren gastar y en qué no. Si tienes un plan financiero básico establecido —es decir, estás ahorrando e invirtiendo para el futuro (Sethi sugiere ahorrar entre el 20 % y el 30 % de tus ingresos solo para ese objetivo) y has reducido tu deuda a un nivel razonable— ahora es el momento de pensar de verdad en tus money dials.
El concepto me hizo sentido, y pronto decidí que uno de mis money dials serían los libros. Para esto cree una regla: no reparar en la compra de libros. No importa si no tengo tiempo para leer, si la lista de pendientes no deja de crecer, o si acabo de comprar uno recientemente: si se me atraviesa un libro que me llama la atención, lo compro — sin cuestionamientos.
Hace un año, un nuevo hobby llegó a mi vida: el buceo. Teniendo un poco de experiencia con esta filosofía del manejo del dinero, comencé a aplicarla también para eso. ¿Viaje? ¿Equipo? ¿Cursos? Sí sí sí. Sin pensar.
Y afortunadamente todo bien — hasta hace unas semanas que hice mi review trimrestral de finanzas personales, y noté que mi balance estaba un poco más bajo de lo que me hace sentir cómodo. Primero me saqué de onda, pero luego caí en cuenta de que lo que estaba pasando era bastante obvio: no puedo con todo al mismo tiempo.
Desde que comencé a bucear, le he dado rienda suelta a eso y a comprar libros (comprar libros de buceo ha sido el cherry on top, la verdad). Y claramente no está funcionando.
Hay muchos dichos que capturan la sabiduría que estoy buscando:
- El que mucho abarca, poco aprieta.
- Cuando cuando todo es prioridad, nada es prioridad.
- El que todo lo quiere, todo lo pierde.
- No se puede estar en misa y repicando.
- O cargo la virgen o trueno los cuetes.
Ya sé a dónde no quiero volver:
Cuando comencé a ganar lo que yo consideraba “un buen sueldo”, allá por 2015, decidí que era hora de sumergirme en el mundo de las inversiones. Devoré un par de libros sobre finanzas, y me compré algunos cursos que, por un rato, me hicieron creer que ya estaba capacitado para manejar mi dinero. Pero esa sensación de competencia no duró mucho.
Unos años después había multiplicado mi sueldo unas cuatro veces. A pesar de esto, sentía que el dinero se esfumaba aún más rápido, y mi percepción general sobre mi situación financiera era más negativa que cuando inicié a ponerle atención a esta área de mi vida.
Por un tiempo seguí utilizando la misma estrategia de finanzas personales que había estado empleando hasta ese momento: buscar la manera de incrementar mi ingreso. Suponía que mi situación mejoraría con el siguiente aumento de sueldo. “Cuando por fin gane $50,000 al mes, ya no tendré estos problemas. No, cuando gane 60. No, 80.”.
En 2021, en plena pandemia, tuve una realización. Me di cuenta que una vez más me había comprometido financieramente por un impulso, sin pensar en las consecuencias. “Ya encontraré cómo lo resuelvo”, recuerdo haber pensado. Pero esta vez, algo me dijo que era momento de cambiar. No puedes seguir haciendo esto.
La mejor forma de predecir comportamiento futuro es observando comportamiento pasado. Así que decidí darle una buena revisada a cómo me venía comportando con el dinero, y puse manos a la obra. Había que cambiar muchas cosas.
… y toca hacerme responsable — otra vez.
Después de que tomé la decisión, en una plática random con mi esposa le dije que ya no iba a comprar más libros — al menos por un tiempo. Después de que se destorció el cuello por lo rápido que volteó, le expliqué que por más que genuinamente disfruto explorar nuevos temas a través de la lectura, prefiero destinar los recursos y energía al buceo.
Estoy escribiendo esto para recordarme que las prioridades y circunstancias cambian, y está bien cambiar lo que sea necesario para ajustarse a una nueva realidad. Y la realidad es que ahorita tengo suficientes libros para leer, pero mi espalda no siempre me va a aguantar el peso del tanque. Así que… desinfla el BCD.
Para comentar, regístrate en Pathways