El New York Times publicó un artículo sobre el uso de ChatGPT (y otros chatbots) en las universidades, y cómo OpenAI, Google, y Anthropic están compitiendo por ver quién es el que termina ganando ese mercado:
La competencia es tan intensa que Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, y Elon Musk, fundador de la empresa rival xAI, publicaron anuncios opuestos en redes sociales esta primavera ofreciendo servicios premium gratuitos de IA para estudiantes universitarios durante la época de exámenes. Google subió la apuesta y anunció acceso gratuito a su servicio premium de chatbot para estudiantes “hasta los exámenes finales de 2026”.
Y hablan sobre los posibles efectos de que los estudiantes tengan acceso a estas herramientas:
El esfuerzo de OpenAI por dotar de IA la educación universitaria equivale a un experimento nacional con millones de estudiantes. El uso de estos chatbots en las escuelas es tan reciente que aún no se han determinado sus posibles beneficios educativos a largo plazo ni sus posibles efectos secundarios.
Algunos estudios preliminares han descubierto que externalizar tareas como la investigación y la redacción a chatbots puede mermar habilidades como el pensamiento crítico. Algunos críticos argumentan que las universidades que apuestan por los chatbots están pasando por alto problemas como los riesgos sociales, la explotación laboral por parte de la IA y los costes ambientales.
Mientras algunas universidades opinan que usar ChatGPT es “hacer trampa”, OpenAI tiene una VP de Educación, Leah Belski, que es la encargada de los esfuerzos por meterse en el ecosistema educativo, que incluyen darles a algunas universidades a crear sus propias versiones de ChatGPT con los materiales de curso y controles para los profesores:
La primavera pasada, OpenAI presentó ChatGPT Edu, su primer producto para universidades, que ofrece acceso a la inteligencia artificial más avanzada de la compañía. Los clientes de pago, como las universidades, también obtienen mayor privacidad: OpenAI afirma que no utiliza la información que estudiantes, profesores y administradores introducen en ChatGPT Edu para entrenar a su IA.
A OpenAI (y todos los demás) le urge meterse en al vida educativa de las nuevas generaciones; y no debería de sorprendernos el por qué. La misma Leah Belski explica el razonamiento:
De la misma manera que muchos estudiantes de hoy convierten sus cuentas de Gmail proporcionadas por la escuela en cuentas personales al graduarse, la Sra. Belsky imagina que los estudiantes graduados llevarán sus chatbots de IA a sus lugares de trabajo y los usarán de por vida.
“Sería su puerta de entrada al aprendizaje y, posteriormente, a su vida profesional”, afirmó la Sra. Belsky.
Digo, no debería ser sorpresa; OpenAI no deja de ser una empresa privada que tiene que generar dinero, y si yo hubiera inventado una tecnología tan fundamental, también buscaría crear una base de usuarios leal, comenzando con lo más cercano posible a una etapa formativa.
La diferencia es que Gmail no tiene el potencial de hacerte un huevón intelectual (bueno, también depende de a qué newsletters te suscribas).
Para comentar, regístrate en Pathways