Está bien usar herramientas que te hagan feliz — no intentes racionalizarlo

Fernando Borretti publicó en su blog un buen rant sobre cómo tenemos a racionalizar el por qué elegimos las herramientas que usamos, solo para darle vuelta al hecho de que nos gustan: 

Emacs es una secta gnóstica. ¿Y sabes qué? Está bien. De hecho, es genial. Te hace feliz, ¿qué más se necesita? Puedes usar cosas raras, oscuras, incómodas, obsoletas y muertas si te hacen feliz. Todos vamos a morir. Con suerte, tienes tres gigasegundos y estás listo. Haz lo que te corresponde. Pon ZFS en tu freidora de aire, haz tus impuestos en Fortran.

Usamos herramientas para encarnar sus virtudes. ¿Usas Tails porque es ciberpunk? ¡Qué bien! Apuesta por todo. Cómprate una chaqueta de cuero. Si lo haces por la estética, apuesta por todo. Haz de tu vida una obra de arte viviente. Ve de mochilero a Bangkok, escribe una novela con un Gemini y toma fotos para tu LiveJournal con una cámara digital del 2003. Mueve el chat grupal familiar a Signal. Llama a standup desde un teléfono público RDSI y dile a tu primer ministro que te persiguen los federales. Y escribe una entrada de blog al respecto.

No me mientas. No me mires a los ojos y me digas que SNOBOL es el lenguaje del futuro. No le digas a tu jefe que fue un cálculo racional de costo-beneficio lo que te hizo reescribir la interfaz en Prolog.

Sobre todo, no te mientas a ti mismo. Examina tus motivaciones. Si persigues cosas por pura obsesión e ignoras la razón, podrías despertar y darte cuenta de que has pasado años trabajando en la oscuridad, en un callejón sin salida.

Si te hace feliz, dale. Pero recuerda que una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa: te pagan por resolver un problema, no por estar contento (ojalá encuentres una chamba que te permita resolver problemas que te pongan contento).

Publicado en .

Para comentar, regístrate en Pathways