Steve Jobs no sabía de lo que estaba hablando

“Señor Jobs, usted es un hombre brillante y con mucha influencia…”

Pausa dramática… El auditorio se ríe nerviosamente.

Steve suelta una carcajada, y se prepara para recibir la crítica que seguramente viene a continuación. El programador que tiene el micrófono (porque obviamente es un programador) dice que es evidente que no sabe de lo que está hablando, y para demostrarlo le pide que explique cómo Java, en cualquiera de sus versiones, considera los ideales de OpenDoc, y que cuando termine, le diga qué es lo que ha estado haciendo personalmente durante los últimos 7 años.

Se escucha claramente que alguien dice ouch, y el auditorio murmulla. Steve da un trago de agua, pausa, y durante los siguientes 4 minutos da una cátedra sobre la importancia de usar la tecnología para resolver problemas, en vez de inventar tecnología para buscar luego qué hacer con ella.

Lo que Steve Jobs demostró en ese momento es la cualidad que lo separaba de cualquier otra persona de su tiempo: su habilidad de comunicar ideas.

Muchos descuentan el rol de Steve Jobs en el éxito de Apple — que él no programaba, solo vendía; que no sabía de lo que estaba hablando; que no inventó nada nuevo.

Y tal vez sea cierto. Pero la realidad es que las habilidades de comunicación de Steve fueron, en gran medida, las que pusieron a Apple en una posición en la que fueron capaces de demostrar que podían hacer lo que querían hacer.

Tu solución, por sofisticada que sea, no vale absolutamente nada por sí sola. Únicamente se vuelve valiosa cuando toca a otras personas: porque le resolviste el problema a tu usuario; porque le hiciste la vida más fácil a tus compañeros; porque ayudaste al negocio a acercarse más a sus metas.

Matt Basta aborda un punto tangencial, pero igual de relevante, para el tema del que estamos hablando:

A menudo escucho a gente bastante joven decir cosas como “Estoy aquí para crecer como ingeniero”. Crecer como ingeniero es mutuamente excluyente con cuánto duran tus contribuciones. “Crecer como ingeniero” significa convertirte en un mejor ingeniero, y convertirte en un mejor ingeniero (directa o indirectamente) significa mejorar en el uso de tus habilidades para crear valor. Al principio de tu carrera, el trabajo que realices probablemente tendrá mucha menos longevidad que el trabajo que realices más adelante, simplemente porque ganas madurez con el tiempo y aprendes a crear herramientas que tienden a ser útiles por más tiempo.

A veces, el valor que generas se traduce en resultados técnicos. A veces, es la forma en que trabajas con las personas que te rodean (colaborando, asesorando, etc.). A veces, se trata de cómo apoyas al resto del equipo. Hay muchas formas de crear valor.

El código que escribes es nada más una representación de tus contribuciones. Que no se te pase por alto las otras maneras que tienes de agregar valor.