Muchas veces, cuando estamos buscando crecer, llegar a nuevas metas, no sabemos realmente cómo se va a sentir cuando por fin lo logramos.
Tenemos una idea.
Creemos que vamos a ser felices, habiendo llegado esa meta, lo que he aprendido durante el tiempo y que hoy lo tengo muy consciente es que muchas veces lo que creemos que vamos a sentir cuando lleguemos a esa meta no va a ser lo que realmente vamos a sentir.
Muy probablemente nos vamos a sentir abrumados. Nos vamos a sentir fuera de lugar.
¿Estuviste trabajando años hacia una promoción, hacia un aumento en tu trabajo, hacia más responsabilidad en tu trabajo?
Cuando llegues a tu meta, muy probablemente no vas a saber qué hacer porque todo el tiempo que has invertido y todo el esfuerzo que has invertido ha sido en llegar.
Hay que aprender a reconocer cuando nos estamos sintiendo incómodos y tener la capacidad de extrapolar la experiencia y saber que va a pasar en algún momento, porque no nada más se trata de llegar a la meta y decir “ya lo hice, ¿qué más viene?”
Más bien se trata de ver cómo hacemos que esto sea sostenible.
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