En el podcast de Tim Ferriss donde entrevista a Michael Lewis, se resaltó una frase que resonó tremendamente conmigo:
Las personas desperdician años de su vida por no querer desperdiciar unas horas de su vida.
(Aquí está un enlace a esa porción de la entrevista, pero si tienes tiempo, te recomiendo que la escuches toda).
Hace un par de años, cuando comencé a escribir en internet, mi beat era la productividad. Todo sobre cómo optimizar el tiempo, ser más eficiente y desperdiciar menos recursos — tal vez lo recuerdes.
Después de un rato escribiendo sobre eso, me di cuenta de que ya no me gustaba. Se sentía vacío y sin propósito. Me estaba quemando. Algo hizo clic en mi cabeza cuando leí Just Too Efficient de Tim Bray, y dejé de preocuparme por “ser siempre productivo”.
Aprendí — y sigo aprendiendo — a estar ok con descansar y removerme conscientemente de cualquier cosa que se asocie, si a caso vagamente, con trabajo. Aún queda algo de culpa por aquellas veces que no soy (o puedo ser) productivo, pero cada vez es menos.
P.D. — Lee Four Thousand Weeks: Time Management for Mortals.