4 consejos puntuales que son realmente sencillos de implementar:
- Procura que la videollamada no ocupe toda tu pantalla.
- Oculta el recuadro que muestra tu cara.
- Cambia tu entorno dentro y asegúrate de tener suficiente espacio para moverte constantemente.
- Si tienes muchas llamadas, date tiempo de tomar algunas en modo de “solo audio”. Sobre todo en aquellas llamadas que no necesites participar activamente.
Creo que el punto 4 es el que le da en el clavo a toda la situación.
Algunas industrias, al moverse al trabajo remoto, decidieron que para sentir que se está haciendo el trabajo es necesario tener llamadas. Discutir, planear… “Colaborar”. Pero no se dan cuenta de que tener que estar en una llamada discutiendo un tema en particular está quitando tiempo efectivo para poder hacer el trabajo.
La solución para no tener fatiga de Zoom no es usar la herramienta diferente. Es no tener tantas llamadas en primer lugar.