Desde que tengo memoria consciente de lo que me gusta y de lo que no, siento una gran inspiración por todo lo que tiene que ver con el periodismo y el reportaje de noticias. Mi gusto por la tecnología tiene casi el mismo tiempo conmigo.
Por allá de 2009 inicié un canal de YouTube donde subía hacía reseñas de aplicaciones para el iPod touch. Me gustaba hablar mucho sobre cómo modificarlo, qué hacer y cuáles repositorios de código bajar. Instalar tweaks y temas era un pasatiempo que me gustaba compartir en video. Ese proyecto quedó inconcluso, un día simplemente dejé de subir videos — no recuerdo por qué.
Años después, cuando cursaba la preparatoria, volví a sentir las ganas de hacer algo para tener un pretexto de hablar sobre tecnología. Inicié SwanrosTech, un proyecto que también tuvo un canal de YouTube como componente importante, pero ahora a lo que dedicaba la mayor parte mi tiempo era a escribir noticias para el portal de internet. Ese proyecto murió cuando entré a la universidad, cientos de miles de visitas después. Pero mi entusiasmo por la tecnología y todo lo que sucede al rededor de ella vivió para contarlo.
Dos proyectos similares en inspiración, pero diferentes en implementación. A ambos los recuerdo con gran cariño porque fueron los periodos en que me sentí más inspirado. Esa inspiración es la que cada que me hace (hacía) pensarlo dos veces cada vez que volvía a sentir ganas de hacer algo para tener un pretexto para seguir hablando sobre tecnología.
Hasta el domingo pasado.
Salí a pasear a mis perros y a hacer ejercicio mientras escuchaba un podcast. No es raro que mi mente divague intentando encontrar pretextos para convertir lo que más me gusta en una carrera. Después de todo, así me pasó en con el desarrollo de software. Algún feedback positivo ha de tener mi cerebro.
Entre sprints, mientras intentaba recuperar mi aliento, sentí ese impulso de volver a correr, pero no a darle otra vuelta al jardín, sino a mi computadora a crear algo nuevo.
Cuando regresé a casa después de hacer ejercicio, no me podía sacar la idea de la cabeza.
Parecía que todo encajaba perfecto. Ya tengo un flujo de trabajo que me permite escribir y compartir mis ideas por correo electrónico. Además, identifico un vacío en el mercado. Y por último, creo que tengo algo que aportar a la discusión.
Así que cualquier duda si debía o no iniciar un nuevo proyecto salieron volando por la ventana, y puse manos a la obra. Un par de horas más tarde había decidido en el nombre, comprado el dominio, y hasta creado un logo que me gustaba. Así nació LasNoticias.tech. Mañana se publica la cuarta edición.
Por el futuro inmediato, quiero experimentar con el formato. Darme cuenta si puedo hacer que crezca y que funcione.
Te cuento esta historia porque, además de presentarte el proyecto me gustaría compartirte la realización a la que llegué: siempre sabemos qué queremos. De lo que se trata esto que denominamos “agarrar experiencia” es simplemente de encontrar las herramientas que necesitamos para poder expresarnos de una manera que nos convenza a nosotros mismos.
Hace 10 años estaba intentando resolver el mismo problema: tener algún pretexto para hablar de tecnología. Hoy sigo siendo ese geek que tiene una opinión acerca de algo que pasó a cientos de kilómetros de mí. La única diferencia es que hoy tengo 1) herramientas más sofisticadas a mi disposición, y 2) varios intentos bajo la manga.
No estoy diciendo que LasNoticias.tech ya es automáticamente más exitoso que mis otros proyectos, o que le podré dedicar el 100% de mi tiempo pronto. Lo que sí estoy diciendo es que me agrada la idea de saber que, de alguna manera, siempre he sabido qué quiero hacer con mi vida.
Steve Jobs dijo alguna vez que es imposible conectar los puntos viendo hacia el futuro. Lo que nos pasa solamente tiene sentido si lo vemos en retrospectiva.
Es nuestro trabajo crear tantos puntos como nos sea posible.