• Si el reclutador no te contesta, no (siempre) es por mamón

    Una de las cosas más frustrantes que te puede pasar cuando estás buscando un nuevo empleo, es sentir que, por más que le echas ganas a tu currículum y cover letter, no recibes respuesta del reclutador.

    Después de todo ese tiempo que le invertiste para poder mostrar tu mejor cara, sentir que te ghostean es lo peor. Y te puede llevar a entrar en una espiral de no entender ni siquiera si estás haciendo las cosas bien o no. ¿Te faltó un keyword en tu currículum? ¿Escribiste mal una palabra? ¿Ya no estás en sintonía con lo que la industria está pidiendo? Muy fácil puedes irte por ese camino y comenzar a pensar que el esfuerzo es fútil de todos modos.

    “¿Por qué son tan mamones los reclutadores? No se toman ni el tiempo de decirme que no, gracias.”

    Como todo en esta vida, se trata de matices: hay otra versión de la historia que no estás viendo. Y como alguien que ha pasado por procesos de reclutamiento en ambos lados de la ecuación, la he vivido de primera mano. Déjame contártela.

    El reclutador nada más recluta, ¿no?

    Puedes creer que es bastante obvio: el rol del reclutador es reclutar — buscar candidatos, guiarlos por el proceso, y colocarlos en una posición. Y sí, pero esas son nada más unas de las muchas cosas que tienen en su plato.

    En empresas medianas o pequeñas, puede ser que el reclutador también tenga la responsabilidad de filtrar candidatos, hacer el primer phone screen, y coordinar disponibilidad y calendarios de los miembros del panel de entrevista. También puede ser su responsabilidad la de redactar la carta oferta, buscar la aprobación de RR. HH, de la hiring manager, y negociar con el candidato en caso de que la oferta no esté alineada con su expectativa. Y esto es nada más el happy path, asumiendo que todo salió bien y la empresa hará una oferta. La mayoría de los procesos terminan mucho antes.

    En empresas más grandes, digamos de más de 1,000 empleados, probablemente el área que un reclutador debe de cubrir es mucho más estrecha, pero no menos compleja. Aunque el reclutador o reclutadora trabaje con talent sourcers, coordinadores de entrevistas, y un Engineering Manager, mucha de la responsabilidad de asegurarse que el proceso avance para un candidato sigue recayendo en él o ella.

    Así te puedes dar una idea de lo complejo del trabajo de alguien que “solamente se dedica a reclutar”.

    Muéstrame los incentivos, y te mostraré los resultados… del reclutador

    No todos los reclutadores son iguales. Algunos trabajan para la empresa, y otros son proveedores de servicios para la misma. Podrías pensar que no es relevante para ti — al final de cuentas, el resultado de un trabajo bien hecho es el mismo, ¿no? Sí, pero recuerda lo que dijo Charlie Munger: “muéstrame los incentivos, y te mostraré los resultados”.

    Lo que quiero decir es que la relación que tiene el reclutador con la empresa, y por ende los incentivos que emanan de ella, nos pueden ayudar a entender un poco más las prioridades de un reclutador.

    Para un reclutador “de planta”, es decir, que es empleado de una empresa, el esquema de compensación usualmente es el de sueldo base + comisión: 60 % de su salario está “seguro”, y el 40 % depende de metas de colocación cumplidas. Dependiendo del mercado, y el tipo de reclutamiento (reclutar a un directivo no es lo mismo que a un IC), el esquema varía. En algunas empresas, por ejemplo, existe la posición de Executive Recruiter, y me imagino que sus esquemas de compensación reflejan el alto riesgo de los candidatos que manejan. Existen otros esquemas de compensación más complejos, pero la mayoría atan el ingreso económico del reclutador a sus resultados de colocación.

    Por otro lado, hay reclutadores que trabajan enteramente por comisión. Efectivamente, son freelancers, proveedores de servicio, que trabajan con roles bien específicos, y únicamente reciben un pago cuando la empresa contrata a un candidato. En esta dinámica, no es raro que un mismo reclutador esté intentando llenar un puñado de roles diferentes al mismo tiempo: para diferentes industrias, en diferentes niveles de experiencia, y con diferentes necesidades técnicas. Esto significa que es tarea del reclutador asegurarse de tener una red de contactos lo suficientemente grande para poder canalizar talento al cliente que más le haga sentido.

    Por ahí he escuchado que los reclutadores que trabajan así, tomando en cuenta diferentes factores como la urgencia de llenar el rol, se pueden llevar comisiones de hasta el 200 % del salario por rol colocado.

    Analizando esto, te invito a hacerte la siguiente pregunta: si tú fueras un reclutador o reclutadora, y una gran parte de tu salario (40 % si estás de planta, y 100 % si fueras un proveedor de servicios) depende de llenar vacantes, ¿a qué le dedicarías más tiempo: a responderle a candidatos que desde un inicio ves que no cumplen el perfil que buscas, o a mover a los que sí hacia delante en el proceso?

    No quiero emitir un juicio de si está bien o mal, pero esta es la realidad: ¿tú refactorizarías un componente de tu aplicación que funciona, pero está feo, cuando el servidor está caído? Ajá, lo mismo pensé.

    Las herramientas, los procesos, los obstáculos

    Hablando como alguien que le ha tocado estar de ambos lados del proceso de reclutamiento, te puedo decir que los ATS (Applicant Tracking Systems) pueden llegar a ser un dolor de cabeza. Con interfaces nada intuitivas, visibilidad pobre, y capas y capas de controles para evitar que información confidencial se filtre al resto de la empresa, muchas veces estas herramientas pueden ser vistas más como impedimentos que como ayuda para los reclutadores.

    He sabido de algunas ocasiones en las que el ATS que usa la empresa es tan malo, que los mismos reclutadores evitan usarlo y llevan los procesos en Google Sheets.

    Gracias a este, y a otros factores, muchas veces ni el mismo reclutador tiene bien claro a quienes tiene en el proceso. No porque no quiera, sino por la complejidad y opacidad de los procesos internos.

    Esto también contribuye a que, muchas veces, un candidato se quede esperando respuesta. Porque, para poder darle una, el reclutador tendría que brincar muchos obstáculos que, desde su perspectiva, no valen la pena. En el mejor de los casos, el candidato ya no responderá; en el peor, el reclutador va a ver una grosería en su bandeja de entrada.

    De nuevo, sin emitir juicio de si está bien o mal, pero pregúntate: ¿invertirías tiempo en mandar un bug fix a un framework que alguna vez fue muy importante, pero que ya no se usa en la industria y por eso nadie te va a revisar el Pull Request?

    Aunque podrías argumentar, y estaría de acuerdo, en que sería “lo correcto”, si tu salario estuviera atado a tu desempeño en cuanto a cantidad de nuevos features entregados, me imagino que te la pensarías dos veces antes de ponerte a brincar todos los obstáculos para hacerlo.

    ¿Entonces qué?

    Aquí te acabo de exponer dos argumentos sobre por qué si el reclutador no te contesta, probablemente no sea por mamón. Y esto es nada más lo que yo he visto y puedo compartir, sin ni siquiera hablar de que la relación entre cantidad de posiciones abiertas/reclutadores también suele estar desbalanceada.

    Como personas que trabajamos en software, creo que deberíamos de estar agradecidos de que, por más competitivo que veamos nuestro mercado, no es tan competitivo como lo es el de los reclutadores. ¿Te imaginas que tu salario estuviera atado a la cantidad de líneas de código que escribes? ¿Que tuvieras que cerrar X cantidad de Pull Requests para poder contar con el 40 % de tu sueldo?

    También creo que es importante conocer este lado de la moneda para ser un poco más empáticos, aunque no sea menos frustrante. Recuerda que del otro lado también hay un humano que está haciendo lo mejor que puede con lo que tiene… como tú.

    El reclutador es nada más la punta del iceberg de la maquinaria de reclutamiento que tiene una empresa, y como es la parte más visible, es fácil pensar que toda la responsabilidad (y la culpa que nos urge repartir) debe de caer en ellos.  Pero como escribí recientemente, lo que estás viendo y criticando desde fuera, por dentro es mucho más complejo, y las personas que tienen la capacidad de cambiar la situación, son líderes de la empresa.

    Me atrevería a apostar que la experiencia de los candidatos sería mucho mejor si a los reclutadores se les diera el espacio y tiempo para tener el trato humano que, estoy seguro, muchos se mueren por darles. Después de todo, no puedo pensar en muchas cosas que sean más satisfactorias, profesionalmente hablando, que alinear exitosamente las habilidades y aspiraciones de un candidato con las necesidades de una empresa.

    O de ayudarle a hacerlo, como dijo Celso Piña, “aunque no sea conmigo”.

    ¿Trabajas en reclutamiento y me quieres compartir tu experiencia? Mándame un correo: oscar@swanros.com.

  • Grabación disponible: Comunicarse mejor con stakeholders no técnicos, y no ser cuello de botella

    La grabación del Conversatorio de ayer ya está disponible para miembros de Pathways.

    En este Conversatorio, exploramos las experiencias y desafíos comunes en la gestión técnica y el liderazgo en equipos de ingeniería. Tocamos temas como cómo equilibrar responsabilidades técnicas y de liderazgo, mejorar la comunicación con stakeholders no técnicos, y cómo establecer límites para evitar el agotamiento. Compartimos casos prácticos, consejos para delegar efectivamente y reflexionamos sobre la importancia de la empatía y la inteligencia emocional en el entorno laboral. Además, discutimos cómo la evolución tecnológica afecta nuestra manera de trabajar y comunicarnos.

    Aquí están las marcas de tiempo:

    • 00:00 Introducción y Presentación de Temas
    • 01:24 Preguntas y Respuestas: Comunicación con Stakeholders No Técnicos
    • 02:44 Desafíos de Comunicación Técnica y Soluciones
    • 09:40 Experiencias Personales y Consejos Prácticos
    • 23:07 Discusión sobre Equilibrio entre Liderazgo y Tareas Técnicas
    • 25:50 Introducción y Experiencias Personales
    • 26:02 Desafíos de un Líder Técnico
    • 27:58 Estrategias para Manejar Reuniones
    • 29:08 Importancia de la Comunicación y Delegación
    • 31:49 Reflexiones sobre la Cultura Laboral
    • 35:28 El Rol del Líder Técnico en Diferentes Contextos
    • 43:49 Responsabilidades y Balance del Manager
    • 55:13 Conclusiones y Comentarios Finales

    Los miembros de Pathways tienen acceso a grabaciones de Conversatorios pasados (más de 13 horas de video), así como a entrevistas, y contenido exclusivo. Regístrate ahora.

  • Hoy por la noche, únete a la llamada mensual de Pathways

    Como de costumbre, el último jueves de cada mes, los miembros de la comunidad nos subimos a una llamada en Zoom para intercambiar ideas y aprender juntos. A estos eventos les llamamos  Conversatorios.

    Este va a ser el último Conversatorio del año, y vamos a aprovechar para platicar e intercambiar puntos de vista sobre las últimas preguntas que respondí este mes:

    Los miembros, además de participar en la llamada, tienen acceso a las grabaciones de Conversatorios pasados.

    La cita es a las 18:30, hora del Centro de México. ¡Nos vemos dentro!

  • Curso en vivo: Piérdele el miedo al iPhone

    Estamos en temporada de fiestas, y seguramente muchas personas estarán recibiendo (o regalando) iPhones y iPads a sus familiares. ¿Por qué no acompañarlo con un curso que te enseñe a sacarle el mayor provecho al aparato y al ecosistema de Apple?

    Soy usuario de Apple desde el 2009, cuando mi abuela me regaló mi primer iPod touch. Desde entonces, no solo me dediqué a disfrutar del dispositivo, sino que me obsesioné con entender cómo funcionaba y cómo podía aprovechar cada una de sus funciones al máximo. Tanto fue así, que acabé convirtiéndome en desarrollador de aplicaciones para iOS.

    Han pasado 15 años desde entonces, y la tecnología ha evolucionado rápidamente. Hoy en día, los dispositivos Apple pueden hacer mucho más de lo que nos imaginamos. Sin embargo, con tantas nuevas funciones, actualizaciones y aplicaciones, es fácil sentirse perdido y abrumado.

    A esto, agrégale que para muchas personas, el iPhone actual es el primer contacto que tienen con tecnología como esta. ¿Qué es Face ID? ¿Por qué es importante ponerle contraseña? ¿Es cierto que me pueden hackear si me mandan mensajes por WhatsApp? ¿Cómo le hago para ahorrar espacio?

    Ufffff….

    Por eso creé este curso, especialmente diseñado para personas que quieren entender mejor sus dispositivos, aprender a usarlos sin complicaciones y, sobre todo, sentirse seguros y confiados al usar la tecnología en su vida diaria. ¡Vamos a descubrir juntos todo lo que puedes hacer con tu iPhone o iPad!

    30 % de descuento a los primeros 20 registros. Nos vemos en enero del 2025. 

  • ¿Qué hago si mi manager dice que no soy proactiva y que parezco distante?

    Una de las primeras cosas que te enseñan cuando te conviertes en Engineering Manager (o cualquier rol en el que tengas alguna figura de liderazgo), es la importancia de dar feedback. Y no solo de dar feedback, sino de dar buen feedback.

    Ayuda en muchas dimensiones. A la persona que lo recibe, le da la oportunidad de entender cómo puede potenciar su crecimiento e impacto dentro de la empresa, y de aprender algo en el proceso. A la que lo da, le ayuda a crear un ambiente de seguridad y pertenencia, haciendo su trabajo mucho más sencillo.

    Puedes saber que recibiste buen feedback, cuando te quedó abundantemente clara la situación en la que sucedió el comportamiento, qué fue lo que hiciste, y por qué necesitas cambiar ese comportamiento. A esta forma de retroalimentación se le conoce como SBI, y cuando tu manager la usa contigo, terminas la plática sintiéndote mucho mejor que si únicamente te hubiera dicho que estuvo mal lo que hiciste y que no lo volvieras a hacer.

    Sí, puede ser que no se sienta bien darte cuenta de que algunos de tus comportamientos pueden tener efectos adversos. Pero por lo menos, al usar SBI o alguna otra estrategia similar, tu manager está dándote la oportunidad de asimilarlo, corregirlo, y crecer.

    Te empodera.

    Pero cuando tu manager no te da feedback objetivo y accionable, ni te ofrece un sustento de su importancia con respecto a tu desempeño en el trabajo, más que empoderada, vas a salir confundida, ansiosa, y, probablemente, hasta sintiéndote juzgada.

    Esto es justamente lo que le pasó a Mariana, que me escribió el siguiente correo:

    Soy mexicana, pero trabajo en una empresa en Nueva York. Hace poco recibí retroalimentación negativa de mi manager que no esperaba en absoluto. Fue durante una revisión trimestral de desempeño, y aunque cumplí con todos los objetivos técnicos del trimestre, señaló que “me falta proactividad para compartir mis ideas con el equipo en reuniones” y que “parezco distante”.

    Me dejó confundida porque pensé que mi trabajo y mi actitud eran más que suficientes. Ahora me siento ansiosa y no sé cómo abordar este problema para no afectar mi crecimiento profesional.

    Creo que existe un problema de percepción. Tal vez asumen que mi falta de intervenciones en las reuniones significa desinterés, cuando en realidad dedico mucho tiempo a preparar propuestas detalladas después. Me gustaría saber cómo encontrar un equilibrio entre ser fiel a mi personalidad y, al mismo tiempo, ajustarme a las expectativas del entorno laboral sin que se sienta forzado o falso. ¿Cómo puedo practicar o mejorar específicamente en este aspecto, dado que no es algo que me salga naturalmente? También me pregunto si debería hablar directamente con mi manager sobre este tema, o si sería mejor intentar resolverlo por mi cuenta primero.

    Vamos a darle a tu manager el beneficio de la duda. ¿Podría ser que estos comentarios están fundamentados en la descripción del rol que tienes? Tal vez están en un career ladder donde se dice explícitamente que la proactividad para compartir ideas en reuniones e involucrarte activamente con el equipo son expectativas de tu posición.

    Si este feedback está alineado con las expectativas de tu rol, tómalo como válido, aunque mal entregado. Puedes abordarlo de forma constructiva pidiendo ejemplos y consejos sobre cómo adaptarte gradualmente. Pídele a tu manager consejo para cómo asegurarte de que puedes gradualmente llegar a ese punto sin sentir que estás sacrificando tu integridad personal. Si tienes una buena relación, y crees que puede ser productivo, también podrías comentarle sobre el impacto emocional y mental que tuvo cómo te entregó ese feedback.

    Porque sí, tú también puedes (y deberías) darle feedback a tu manager.

    Puede ser una conversación incómoda que va a requerir mucha vulnerabilidad de tu parte. Pero en el entendido de que es una parte importante de las expectativas que la empresa tiene sobre ti, tener esta conversación te va a mostrar en toda la disposición de mejorar y hacer lo necesario para cumplirlas.

    También podrías buscar otro punto de referencia. ¿Si hablas con tus compañeros y les pides su opinión a ellos, qué te dicen? Así podrías entender la situación a un nivel más amplio, con diferentes puntos de vista.

    Para encontrar el balance que buscas, lo que te sugeriría es animarte a trabajar en público. Es decir, toda la preparación que haces para tus propuestas, en vez de esperarte hasta el último momento para compartir tu resultado final, ¿por qué no las desarrollas en un lugar donde sean visibles para tu manager y tus compañeros? Comparte tus Pull Requests en modo borrador, muestra tu work in progress durante las llamadas. Esto ayudaría a eliminar una posible percepción de que “nada más llegas con las respuestas sin mostrar el desarrollo de la ecuación”. Además, mostrar tu proceso de desarrollo, incluso antes de que tu trabajo esté terminado, abre ventanas de oportunidad para colaborar y recibir comentarios que te ayuden a llegar a una mejor solución.

    Al principio será raro, y te sentirás expuesta. Pero en una cultura organizacional sana, tu transparencia será bienvenida y agregará muchísimo valor a tu trabajo y al de tus compañeros. Por ejemplo, piensa en todo lo que podrían aprender todas las personas con menos experiencia que tu al ver tu proceso.

    Hasta aquí todo bien, porque estamos asumiendo que vivimos en un mundo perfecto y que todo está bien y solo fue un feedback mal entregado. Pero no me gustaría desaprovechar la oportunidad para comentar sobre la cara menos agradable de esta situación, porque es una realidad que muchas personas viven, es importante y necesita visibilidad.

    Si los comentarios que recibiste no son expectativas de tu organización, sino de tu manager a nivel personal, la cosa se puede poner complicada. Porque por más que estés haciendo bien tu trabajo “en papel”, la percepción de tu manager puede, desafortunadamente, tener repercusiones reales en tus prospectos carrera. Es tu manager quien va a terminar representándote ante otros líderes cuando se trate de buscar oportunidades de crecimiento.

    En este caso, mi consejo puntual, sin conocer detalles de la empresa en la que trabajas, sería que comenzaras a llevar un registro de este tipo de comentarios. Dónde fue, en qué contexto, y el efecto que tuvieron sobre ti.

    Es completamente válido que te sientas así. La retroalimentación no fue clara ni accionable, lo que puede ser frustrante. Aunque cumpliste con todos los objetivos técnicos, tu manager parece esperar un estilo diferente. Es natural que esto te haga cuestionar aspectos de tu identidad y habilidades.

    Tienes que saber que en EE. UU. existen leyes bastante fuertes contra el acoso, y las empresas se las toman muy, pero muy en serio. Aparte, en muchas empresas existe la posición de HRBP, que básicamente es una persona que tiene todo el contexto de HR, pero también del negocio. Esta persona es el primer punto de contacto entre empleados en caso de que haya alguna disputa — desde problemas de desempeño, hasta escaladas personales. Técnicamente, el HRBP sí trabaja dentro de la organización de HR, pero no es HR, sino un intermediario. En casos como este, contactar a tu HRBP y explicarle tu situación puede ser un muy buen primer paso para asentar un precedente. Esa persona te sabrá guiar durante el proceso.

    Si contactar a un HRBP o alguien en HR no es viable para ti, igual te recomendaría que buscaras a alguien, quien sea, que esté al pendiente de tu situación. Que tengas aliados que te puedan respaldar de alguna manera, en caso de que el comportamiento siga y tenga que haber una escalada.

    Dar más consejos después de eso sería irrelevante en este momento, porque situaciones tan complejas y delicadas como esta tienden a cobrar vida propia y son únicas. Pero es importante, primordial, que sepas que la forma en que te sientes es válida y está justificada.

    Y para todos los managers o líderes de ingeniería que están leyendo esto: dar feedback no se trata nada más de señalar problemas, sino de ofrecer una oportunidad de crecimiento. Y este es el efecto que pueden tener tus palabras si no cuidas lo que dices. No es poca cosa. Ser manager o líder, más que una responsabilidad, es un privilegio y no es de tomarse a la ligera. Apóyate del método SBI (o el que quieras, pero usa uno) para asegurarte de que estás dando retroalimentación objetiva, accionable y libre de prejuicios.

    Mariana, te deseo éxito y que la situación se resuelva de la mejor manera. Gracias por la confianza.

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