• ¿Qué hago si mi manager dice que no soy proactiva y que parezco distante?

    Una de las primeras cosas que te enseñan cuando te conviertes en Engineering Manager (o cualquier rol en el que tengas alguna figura de liderazgo), es la importancia de dar feedback. Y no solo de dar feedback, sino de dar buen feedback.

    Ayuda en muchas dimensiones. A la persona que lo recibe, le da la oportunidad de entender cómo puede potenciar su crecimiento e impacto dentro de la empresa, y de aprender algo en el proceso. A la que lo da, le ayuda a crear un ambiente de seguridad y pertenencia, haciendo su trabajo mucho más sencillo.

    Puedes saber que recibiste buen feedback, cuando te quedó abundantemente clara la situación en la que sucedió el comportamiento, qué fue lo que hiciste, y por qué necesitas cambiar ese comportamiento. A esta forma de retroalimentación se le conoce como SBI, y cuando tu manager la usa contigo, terminas la plática sintiéndote mucho mejor que si únicamente te hubiera dicho que estuvo mal lo que hiciste y que no lo volvieras a hacer.

    Sí, puede ser que no se sienta bien darte cuenta de que algunos de tus comportamientos pueden tener efectos adversos. Pero por lo menos, al usar SBI o alguna otra estrategia similar, tu manager está dándote la oportunidad de asimilarlo, corregirlo, y crecer.

    Te empodera.

    Pero cuando tu manager no te da feedback objetivo y accionable, ni te ofrece un sustento de su importancia con respecto a tu desempeño en el trabajo, más que empoderada, vas a salir confundida, ansiosa, y, probablemente, hasta sintiéndote juzgada.

    Esto es justamente lo que le pasó a Mariana, que me escribió el siguiente correo:

    Soy mexicana, pero trabajo en una empresa en Nueva York. Hace poco recibí retroalimentación negativa de mi manager que no esperaba en absoluto. Fue durante una revisión trimestral de desempeño, y aunque cumplí con todos los objetivos técnicos del trimestre, señaló que “me falta proactividad para compartir mis ideas con el equipo en reuniones” y que “parezco distante”.

    Me dejó confundida porque pensé que mi trabajo y mi actitud eran más que suficientes. Ahora me siento ansiosa y no sé cómo abordar este problema para no afectar mi crecimiento profesional.

    Creo que existe un problema de percepción. Tal vez asumen que mi falta de intervenciones en las reuniones significa desinterés, cuando en realidad dedico mucho tiempo a preparar propuestas detalladas después. Me gustaría saber cómo encontrar un equilibrio entre ser fiel a mi personalidad y, al mismo tiempo, ajustarme a las expectativas del entorno laboral sin que se sienta forzado o falso. ¿Cómo puedo practicar o mejorar específicamente en este aspecto, dado que no es algo que me salga naturalmente? También me pregunto si debería hablar directamente con mi manager sobre este tema, o si sería mejor intentar resolverlo por mi cuenta primero.

    Vamos a darle a tu manager el beneficio de la duda. ¿Podría ser que estos comentarios están fundamentados en la descripción del rol que tienes? Tal vez están en un career ladder donde se dice explícitamente que la proactividad para compartir ideas en reuniones e involucrarte activamente con el equipo son expectativas de tu posición.

    Si este feedback está alineado con las expectativas de tu rol, tómalo como válido, aunque mal entregado. Puedes abordarlo de forma constructiva pidiendo ejemplos y consejos sobre cómo adaptarte gradualmente. Pídele a tu manager consejo para cómo asegurarte de que puedes gradualmente llegar a ese punto sin sentir que estás sacrificando tu integridad personal. Si tienes una buena relación, y crees que puede ser productivo, también podrías comentarle sobre el impacto emocional y mental que tuvo cómo te entregó ese feedback.

    Porque sí, tú también puedes (y deberías) darle feedback a tu manager.

    Puede ser una conversación incómoda que va a requerir mucha vulnerabilidad de tu parte. Pero en el entendido de que es una parte importante de las expectativas que la empresa tiene sobre ti, tener esta conversación te va a mostrar en toda la disposición de mejorar y hacer lo necesario para cumplirlas.

    También podrías buscar otro punto de referencia. ¿Si hablas con tus compañeros y les pides su opinión a ellos, qué te dicen? Así podrías entender la situación a un nivel más amplio, con diferentes puntos de vista.

    Para encontrar el balance que buscas, lo que te sugeriría es animarte a trabajar en público. Es decir, toda la preparación que haces para tus propuestas, en vez de esperarte hasta el último momento para compartir tu resultado final, ¿por qué no las desarrollas en un lugar donde sean visibles para tu manager y tus compañeros? Comparte tus Pull Requests en modo borrador, muestra tu work in progress durante las llamadas. Esto ayudaría a eliminar una posible percepción de que “nada más llegas con las respuestas sin mostrar el desarrollo de la ecuación”. Además, mostrar tu proceso de desarrollo, incluso antes de que tu trabajo esté terminado, abre ventanas de oportunidad para colaborar y recibir comentarios que te ayuden a llegar a una mejor solución.

    Al principio será raro, y te sentirás expuesta. Pero en una cultura organizacional sana, tu transparencia será bienvenida y agregará muchísimo valor a tu trabajo y al de tus compañeros. Por ejemplo, piensa en todo lo que podrían aprender todas las personas con menos experiencia que tu al ver tu proceso.

    Hasta aquí todo bien, porque estamos asumiendo que vivimos en un mundo perfecto y que todo está bien y solo fue un feedback mal entregado. Pero no me gustaría desaprovechar la oportunidad para comentar sobre la cara menos agradable de esta situación, porque es una realidad que muchas personas viven, es importante y necesita visibilidad.

    Si los comentarios que recibiste no son expectativas de tu organización, sino de tu manager a nivel personal, la cosa se puede poner complicada. Porque por más que estés haciendo bien tu trabajo “en papel”, la percepción de tu manager puede, desafortunadamente, tener repercusiones reales en tus prospectos carrera. Es tu manager quien va a terminar representándote ante otros líderes cuando se trate de buscar oportunidades de crecimiento.

    En este caso, mi consejo puntual, sin conocer detalles de la empresa en la que trabajas, sería que comenzaras a llevar un registro de este tipo de comentarios. Dónde fue, en qué contexto, y el efecto que tuvieron sobre ti.

    Es completamente válido que te sientas así. La retroalimentación no fue clara ni accionable, lo que puede ser frustrante. Aunque cumpliste con todos los objetivos técnicos, tu manager parece esperar un estilo diferente. Es natural que esto te haga cuestionar aspectos de tu identidad y habilidades.

    Tienes que saber que en EE. UU. existen leyes bastante fuertes contra el acoso, y las empresas se las toman muy, pero muy en serio. Aparte, en muchas empresas existe la posición de HRBP, que básicamente es una persona que tiene todo el contexto de HR, pero también del negocio. Esta persona es el primer punto de contacto entre empleados en caso de que haya alguna disputa — desde problemas de desempeño, hasta escaladas personales. Técnicamente, el HRBP sí trabaja dentro de la organización de HR, pero no es HR, sino un intermediario. En casos como este, contactar a tu HRBP y explicarle tu situación puede ser un muy buen primer paso para asentar un precedente. Esa persona te sabrá guiar durante el proceso.

    Si contactar a un HRBP o alguien en HR no es viable para ti, igual te recomendaría que buscaras a alguien, quien sea, que esté al pendiente de tu situación. Que tengas aliados que te puedan respaldar de alguna manera, en caso de que el comportamiento siga y tenga que haber una escalada.

    Dar más consejos después de eso sería irrelevante en este momento, porque situaciones tan complejas y delicadas como esta tienden a cobrar vida propia y son únicas. Pero es importante, primordial, que sepas que la forma en que te sientes es válida y está justificada.

    Y para todos los managers o líderes de ingeniería que están leyendo esto: dar feedback no se trata nada más de señalar problemas, sino de ofrecer una oportunidad de crecimiento. Y este es el efecto que pueden tener tus palabras si no cuidas lo que dices. No es poca cosa. Ser manager o líder, más que una responsabilidad, es un privilegio y no es de tomarse a la ligera. Apóyate del método SBI (o el que quieras, pero usa uno) para asegurarte de que estás dando retroalimentación objetiva, accionable y libre de prejuicios.

    Mariana, te deseo éxito y que la situación se resuelva de la mejor manera. Gracias por la confianza.

  • Me mudé a Alemania para trabajar, pero siento que no encajo en la empresa

    De 2017 a 2019, trabajé para una empresa 100 % remota (aquí puedes ver algunos de los artículos que escribí para ellos), pero que mayormente tenía gente en Europa. Los fundadores, y una parte considerable del equipo, estaban en Austria.

    Una vez, durante un retreat en Barcelona (encuéntrame en la foto), el dueño y fundador de la empresa (que también había construido con sus propias manos las primeras 3 o 4 versiones del producto), se sentó conmigo a hacerme un code review. Casi se me salen las lágrimas cuando me dijo, en mi cara, “no sé por qué hiciste esto si esto no fue lo que se te pidió”.

    Mi carácter latinoamericano, al que no le gusta el feedback directo, y que tiende a suavizar todo comentario hacia el trabajo de otras personas, no estaba para nada acostumbrado a recibir un comentario tan directo. Al principio me sacó de onda, y me costó un par de charlas con mi manager directo para que me ayudara a entender qué había pasado y por qué la reacción del CEO había sido tan fuerte.

    Después de un par de terapeadas, me quedó claro que lo que había pasado era una de las cosas más sutiles, pero más importantes que los desarrolladores de software tendemos a pasar por alto: las diferencias culturales que tenemos con nuestros compañeros de trabajo. Y estas diferencias, aunque sí pequeñas, pueden tener grandes repercusiones en nuestra percepción de si estamos haciendo las cosas bien o mal. De si nos merecemos estar en ese lugar, y si somos suficientemente buenos para continuar ahí.

    Yo entendí que, por más crudo que se haya sentido, así es como los austriacos están acostumbrados a dar feedback en su cultura. ¿Fue un shock? Sí. ¿Me costó trabajo adaptarme? También. Pero gracias a esa experiencia crecí, conocí más acerca de mis propias maneras de comunicarme, y me ayudó a que las próximas ocasiones en que trabajé con personas de diferentes culturas no me fueran tan mal.

    Comencé a pensar en esto gracias al correo que me mandó María López, que ahora vive en Alemania:

    Desde que me mudé a Alemania para trabajar como diseñadora UX, he estado enfrentando dificultades para comunicarme efectivamente con mis colegas y clientes. Aunque hablo inglés y estoy aprendiendo alemán, siento que las diferencias culturales están afectando mi capacidad para expresar mis ideas y entender las de los demás. A menudo, en reuniones, percibo que mis propuestas no son consideradas o que hay malentendidos que retrasan los proyectos.

    He notado que las dinámicas de trabajo aquí son más directas y a veces siento que mi estilo de comunicación, más indirecto, no encaja bien.

    Además, me cuesta entender ciertos modismos y referencias culturales, lo que me hace sentir fuera de lugar en conversaciones informales con el equipo. Quiero integrarme mejor y ser más efectiva en mi rol, pero no sé por dónde empezar.

    Trabajar de manera remota con un grupo de personas de varias culturas, es diferente de vivir y trabajar en una cultura diferente, y aprecio la complejidad de lo que está viviendo María.

    Para mí, esa capa extra de cuidado que le aprendí a poner a mis comunicaciones en el trabajo dejaba de existir cuando terminaba mi turno. Tenía mi espacio seguro para volver a ser yo mismo todos los días a las 4 de la tarde.

    Pero vivir y trabajar en una cultura a la que no estás acostumbrada es otro boleto. Y me imagino que se puede comenzar a sentir que todo el tiempo debes de traer puesta esta “capa de traducción extra” que no solamente te va a hacer que funciones en el trabajo, sino en tu día a día. ¡Qué pesado sentir que no puedes bajar la guardia!

    Es por eso que cada vez que tengo la oportunidad, recalco la importancia de tener una cultura organizacional clara. Con definiciones específicas de cuáles son las reglas del juego dentro de la empresa; cómo se gana, y cómo se pierde, y cómo puedes saber si estás en el camino correcto. Sin esta cultura organizacional bien definida, la carga recae en las personas que la integran — como es tu caso. Porque lo que te está causando ruido no son hechos, sino lo que tú alcanzas a percibir y la interpretación que le das a ello. Y todo esto, naturalmente, es una experiencia sesgada.

    Lo de vivir en una cultura diferente a la tuya y comenzar a entender modismos y referencias, para bien o para mal, es una situación que vas a tener que resolver por ti sola, con tiempo y paciencia. Conociendo gente, adaptándote a tu entorno, y buscando estar cómoda en la incomodidad.

    Pero dentro de tu empresa, puede que haya una oportunidad de que ayudes a crear, si no es que ya existe, pero no lo conoces, este espacio seguro que tanto necesitas para eliminar la incertidumbre que estás sintiendo: unas reglas del juego claras, objetivas y a prueba de interpretaciones.

    Yo comenzaría hablando con mi mánager o líder sobre esta situación, abordando la conversación desde un punto de curiosidad. Durante esta charla, le podrías preguntar sobre cuáles son los comportamientos o expectativas que alguien en tu rol debe cumplir (las reglas del juego). Esto te ayudaría a tener un punto de referencia objetivo, y más importante, externo a ti, que te permita determinar si estás o no haciendo lo que te toca — más allá de la percepción que puedes tener de las situaciones particulares que te causan ruido.

    Este tipo de expectativas pueden estar codificadas en algún career ladder, donde la empresa define lo que constituye que un empleado esté cumpliendo las expectativas para su rol.

    Si este recurso existe, ya tendrás entonces que usarlo para aterrizarte cada vez que sientas que no estás encajando.

    Si no existe, y tu mánager te ve con cara de wtf, tendrás más datos para saber cuál es tu siguiente movimiento. Porque puedes decidir tomar un rol activo en definir esa lista de expectativas para tu área, y así ayudarles a otras personas que vienen detrás de ti. También puedes decidir que ese nivel de trabajo extra no es algo que te interesa particularmente, y entonces ya valoras qué es más importante: tu crecimiento y satisfacción profesional, o vivir en Alemania.

    De lo que sí estoy seguro es que lo fundamental es encontrar algún balance que funcione para ti. Porque aunque se puede trabajar a marchas forzadas, emocional e intelectualmente, ya sabemos a dónde lleva — y no es un lugar bonito.

    María, te deseo todo el éxito del mundo, y que encuentres un camino sostenible hacia delante.

    ¡Saludos!

    P.D. — También recomiendo que leas The Culture Map, si quieres conocer un poco más sobre todas las dimensiones en que las culturas laborales son diferentes de país a país. Seguro encuentras algo que te resuena y te ayude a navegar esta situación.

  • ¿Cómo pedir un ascenso sin parecer arrogante?

    Raúl H. me envía esta pregunta:

    Trabajo como analista de datos, y no tengo idea de cómo crecer dentro de la empresa. Siento que estoy listo para asumir más responsabilidades, pero no sé cómo abordar el tema de una promoción con mi gerente.

    No quiero parecer arrogante o presuntuoso al mencionar que busco una promoción. Además, no estoy seguro de cuáles son los pasos o requerimientos para avanzar al siguiente nivel en mi puesto.

    Me gustaría saber cómo puedo iniciar esta conversación y qué aspectos debo considerar para aumentar mis posibilidades de obtenerla. Quiero asegurarme de que mi solicitud sea bien recibida y profesional.

    ¡Qué buena pregunta!

    Primero, felicidades por tomar la iniciativa de dar el primer paso para llegar al objetivo que quieres. Muchas personas se dejan sobrepasar por ese miedo de dar una mala impresión. Es bueno que tú lo reconozcas, y que estés buscando maneras de darle la vuelta.

    Mencionas que no estás seguro de cuáles son los pasos o requerimientos para llegar al siguiente nivel. Lo que no me queda claro es por qué: ¿porque el camino de crecimiento no está definido en la empresa, o porque no has tenido acceso a esa información?

    Puedes preguntar a tu gerente si existe documentación para conocer la ruta de crecimiento de la empresa. Si existe, pero no la conoces, ¡genial! El resto de mi respuesta tal vez no sea tan relevante.

    Pero si no existe… bueno, entonces tienes que estar consciente de que vas a estar jugando un juego sin conocer las reglas. Difícil ganar, pero no imposible. Déjame intentar ayudarte.

    Dices que sientes listo para asumir más responsabilidades. Mi pregunta para ti sería: ¿más allá de que lo sientas, qué evidencia tienes que le haga aparente a otra persona que lo estás?

    Recuerda que un ascenso no es en sí una meta, sino un efecto secundario de haber demostrado que tienes las capacidades para manejar responsabilidades más grandes. La idea clave siendo “haber demostrado”.

    Demostrar que tienes las habilidades significa que puedes apuntar a algo tangible y relevante que sucedió gracias a que estuviste involucrado — total o parcialmente.

    Es importante que tengas en cuenta que lo “tangible y relevante” depende completamente del negocio y cultura de la empresa. El nivel de apreciación y de qué es más significativo al momento de ejecutar cambia con el territorio. Lo que funciona en una empresa, puede ser visto con muy malos ojos en otra.

    Además, parecer arrogante o presuntuoso al momento de tener esta conversación con tu manager no es algo que está 100 % bajo tu control.

    Si llegas con las manos vacías, e intentas hacer el argumento de que sientes que te mereces una promoción, es mucho más probable que se te perciba de esa manera que si llegas con hechos que respalden tu iniciativa.

    Pero también puede ser que las idiosincrasias de tu manager vayan a hacerlo percibirte así, independientemente de que tengas un muy buen argumento — y no hay cantidad ni calidad de evidencia que puedas presentar para cambiar eso. Así que te invitaría a concentrarte en lo que sí puedes controlar.

    Hace unos años escribí un poco sobre esta delicada relación entre ingeniero, manager y empresa:

    Algunas veces lo que tú quieres no tiene nada que ver con lo que tu jefe/líder necesita de ti como miembro de una organización, y esto no significa que no sea una buena persona, o que quiera hacer las cosas mal a propósito.

    Habiendo mencionado esto, es completamente válido hacerte las siguientes preguntas sobre tu líder: ¿Cuál es el incentivo de su puesto? ¿Qué significa “ganar” para él/ella? ¿Cuántas veces te prometió algo y no llegó? ¿En cuántas ocasiones las cosas han estado a punto de cambiar, pero nunca lo hicieron?

    Ese artículo te podría dar más ideas.

    Espero que esta respuesta te ayude en tu crecimiento profesional.

    ¡Mucho éxito!

    P.D. — Que no te dé miedo presumir tu buen trabajo.

  • ¿Cómo me comunico mejor con stakeholders no técnicos?

    Juan García me envía la siguiente situación:

    Soy un ingeniero de datos. Recientemente, mi manager me dio feedback sobre mis habilidades para comunicarme, especialmente cuando presento información compleja a stakeholders no técnicos. Me dijo que necesitaba hacer que mis presentaciones fueran más accesibles.

    ¿A qué se refiere y cómo puedo mejorar en ese aspecto?

    En el mundo del desarrollo de software existe un término que tal vez conozcas: a11y. Es un numerónimo que significa “accessibility.” Accesibilidad.

    En corto, la accesibilidad es la disciplina de pensar en las diferentes capacidades que podrían tener las personas que van a interactuar con nuestro producto, o consumir nuestro contenido, y ofrecerles mecanismos para que su experiencia se vea afectada lo menos posible.

    En diseño web y de aplicaciones móviles, buenas prácticas de a11y son que los usuarios puedan hacer zoom libremente en la página, o que puedan interactuar con tu aplicación usando VoiceOver, por ejemplo.

    Ahora, hablemos de tu situación particular. Cuando tu manager te dice que tienes hacer tus presentaciones más accesibles, no se refiere necesariamente a que elijas mejores colores o una tipografía más legible (aunque no estaría de más que también le dieras una revisada a eso). Lo que quiere decir es que necesitas asegurarte de que las personas que están recibiendo la información que presentas entiendan por qué es relevante, y qué tienen que hacer al respecto.

    Como ingenieros, es muy fácil creernos nuestro propio cuento de que nuestro trabajo es lo más importante. En realidad, y como he dicho varias veces, la única razón por la que tenemos trabajo es porque le estamos resolviendo problemas a un usuario — a un stakeholder. Y muchas veces, ese usuario no es técnico, ni le importa cómo resolviste el problema. Solo quiere saber cuánto le va a costar, qué pasa si no se resuelve a tiempo, y qué alternativas existen.

    Toma esto en cuenta.

    Porque puedes estar comunicando que corriste una regresión lineal, y que detectaste una variación del 0.5 % de la tendencia esperada; cuando lo que les interesa a tus stakeholders es saber cuánto dinero se van a ahorrar si aprueban el proyecto que les estás proponiendo.

    Hace unos meses escribí sobre la importancia de aprender a hablar el lenguaje de tus stakeholders:

    Traduce tu valor. Como desarrolladores de software, tenemos que comenzar a ver que vender nuestras habilidades no es manipulación, sino adaptación. No es cambiar lo que hacemos, sino cómo lo comunicamos. La clave aquí es entender que en una organización se hablan diferentes lenguajes, y que aprender a hablarlos aumenta nuestro valor y nos permite colaborar de manera más efectiva.

    Entonces, las preguntas que yo te haría son: ¿cuál es el lenguaje que hablan tus stakeholders? ¿Y qué estás haciendo para traducir tu trabajo a uno que no solamente entiendan, sino que les sea útil para hacer el suyo?

  • Trabajo remoto y creo que tengo menos oportunidades de crecer en la empresa

    Javier Martínez me envía la siguiente pregunta (editada para brevedad y claridad):

    Soy ingeniero de software y trabajo remoto para una empresa de San Francisco. Últimamente estoy notando que los ascensos y las oportunidades clave se concentran en las personas que trabajan presencialmente. Aunque me esfuerzo por participar, me cuesta sentirme igual de conectado que mis colegas. Por ejemplo, me enteré por casualidad que otros compañeros presentaron proyectos directamente al CTO mientras yo seguía tratando con mi manager. No quiero sonar quejumbroso, pero noto diferencias en cómo los que están en la oficina construyen relaciones orgánicas y son tomados en cuenta.

    Me gustaría saber cómo manejar esta situación de una manera que no afecte mi carrera. Estoy buscando equilibrio entre hacer visible mi trabajo sin caer en la presión de trasladarme a la sede central solo para avanzar, ya que el trabajo remoto ha sido una bendición para mí y mi familia. ¿Debería buscar maneras formales de reunirme con los jefes? ¿O tal vez encontrar proyectos más grandes para liderar que me hagan imposible pasar desapercibido? Me pregunto si me estoy quedando corto en algo que no estoy viendo o entendiendo sobre cómo destacar en un entorno remoto.

    Con la reciente tendencia de RTO (return to office), muchas personas se encuentran en una situación similar a la tuya. Lo que estás viviendo es justamente una de las razones por las que recomiendo que, si quieres un empleo remoto, busques una empresa en la que no seas “la minoría” que no está en la oficina.

    Y es que la situación es la siguiente: las empresas que no tienen una cultura sólida de trabajo remoto o asíncrono, van a tender a favorecer a las personas que están en la oficina. No es porque sean malas personas, ni porque no confíen en ti o en tu trabajo. Simplemente, es que las empresas están compuestas por humanos, y los humanos tendemos a buscar el camino de menor resistencia para atender nuestras necesidades. Nuestro cerebro va a regresar a hacer lo que sabe — como sabe hacerlo. En el caso de las empresas que únicamente se movieron a trabajo remoto porque era eso o desaparecer, el camino de menos resistencia es operar como lo venían haciendo hasta ese momento.

    James Clear en su libro Atomic Habits tiene una frase que encapsula esto de manera elegante: “No subes al nivel de tus aspiraciones; caes al nivel de tus sistemas.”

    Aplica para tus hábitos. Aplica para las empresas.

    Ahora, en tu contexto personal, mencionas que quieres saber cómo manejar esto de manera que no afecte tu carrera. Creo que valdría la pena hacer algunas preguntas:

    • ¿Qué significaría para ti que no recibieras un ascenso en esta empresa? Dependiendo de la etapa profesional en la que te encuentras, las implicaciones pueden ser completamente diferentes. Por ejemplo, si estás muy al inicio de tu carrera, puede ser que un ascenso “mueva más la aguja” de tus finanzas y experiencia que si ya tienes un buen sueldo o prestaciones.
    • ¿La empresa tiene alguna política que dice que no puedes estar en el mismo nivel más de cierto tiempo? Hay algunas organizaciones que dan por entendido que para continuar trabajando ahí tienes que crecer. Algunas otras tienen lo que se les conoce como “niveles terminales”, que básicamente es un “no importa si no creces mientras sigas cumpliendo con tu trabajo”. La postura de tu empresa ante esto es importante, porque directamente influencia la prioridad que le das a tu problema.
    • En tu lista de prioridades, ¿qué es más relevante: crecimiento profesional o un balance vida/trabajo que te permita continuar disfrutando de tu familia? Mencionas que la situación de trabajo remoto que tienes actualmente ha sido una bendición para tu familia. Te invito a factorizar esto en tu proceso de toma de decisiones, porque probablemente un ascenso a otro nivel de responsabilidad signifique que tu flexibilidad de horario y disponibilidad se verán impactadas también.

    Desafortunadamente, no te puedo ofrecer una respuesta definitiva a esta pregunta, porque todo depende de tus prioridades y qué estés dispuesto a sacrificar. Para cualquier decisión que tomes, tendrás que considerar los tradeoffs: ¿qué estoy sacrificando vs. qué estoy ganando?

    Te deseo éxito, y ¡gracias por tu pregunta!

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