Oscar Swanros | IA / Carrera Profesional / Tecnología / Crecimiento Sostenible

  • Es hora de ponerme las pilas de nuevo

    Henry Abbott, en The Atlantic, en una pieza que resonó bastante conmigo por razones que explicaré abajo:

    Los animales salvajes son los que mejor se mueven del planeta, y los pequeños pasan gran parte de su tiempo retozando, peleando, saltando y trepando. Desde que nacen, los niños humanos comparten el potencial de los animales para moverse libremente; si se les dejara a su suerte, presumiblemente se tambalearían como cachorros. Pero cada vez con más frecuencia, no hacen nada parecido.

    Esto se debe en parte a la tendencia humana a la autodomesticación y también a la estructura de la sociedad moderna. La Organización Mundial de la Salud afirma que el 81 % de los adolescentes a nivel mundial no realiza suficiente actividad física, señalando que las tasas de sedentarismo entre los jóvenes tienden a aumentar a medida que sus países se desarrollan económicamente.

    Okay, ya sé que no soy adolescente, pero creo que la observación aplica igual: mientras más están cubiertas tus necesidades básicas, menos te mueves. 

    Llevo varios días con un dolor de espalda baja que no disminuye. También llevo varias semanas (meses, realmente) que mi nivel de actividad física ha bajado considerablemente — entre la boda, la mudanza, que ya no necesito salir de mi casa para trabajar, y que mis perros ya tienen un jardín para hacer sus necesidades, el ejercicio ha quedado un poco en segundo plano.

    ¿Coincidencia? No lo creo.

  • Rahul Pandey, en IEEE Spectrum:

    La clave en el entorno laboral, tanto ahora como en el futuro, es la confianza. ¿Se confía en ti para que rindas cuentas por tu trabajo o simplemente repites lo que la IA te dice? Tanto si eres un recién graduado universitario como un ingeniero experimentado, debes evolucionar tu rol en la economía del conocimiento para convertirte en un colaborador productivo con la IA.

    Desarrollar software no se trata únicamente de escribir código. Se trata de trabajar en equipo, y para que un equipo pueda ser eficiente y efectivo, tiene que haber confianza interna. Si personas que están trabajando codo con codo no confían la una en la otra, no importa qué tan bien escribas tu código o comuniques, las cosas van a estar difíciles.

  • Michael Hallsworth, en Behavioral Scientist:

    El comportamiento humano es complejo. Muchos de los desafíos que enfrentamos, desde el cambio climático hasta la delincuencia, surgen de comportamientos dinámicos, interconectados y, a menudo, difíciles de predecir. Los factores contextuales son importantes; las respuestas pueden variar considerablemente; necesitamos explorar no solo qué funciona, sino también para quién.

    Tendemos a confundir ideas. Que algo sea complejo, no significa que tiene que se complicado. Y algo simple, no es necesariamente sencillo.

    Si algo es complicado o sencillo, es porque nosotros lo hacemos así. El nivel de complejidad está dado; nosotros somos los que nos hacemos bolas solos.

  • Whitepaper:

    En 2024, el ingreso promedio trimestral por hogar en zonas urbanas fue de $85,550 pesos, 11% más que en 2022, según el INEGI. El 10% con mayores ingresos reportó $236,095 pesos trimestrales. En cuanto al gasto, los hogares destinan 38% a alimentos, bebidas y tabaco, 20% a transporte y comunicaciones, y 10% tanto a educación, como a vivienda.

    Asumiendo dos ingresos por hogar, el sueldo es de $14,258.3.

  • Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos

    El fin de semana pasado fui a ver con mi esposa Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos.

    No somos fanáticos de los superhéroes ni seguimos “el universo”, pero las primeras dos de Spider-Man de Tobey Maguire y las primeras dos de Iron Man son de mis películas favoritas de la vida.

    Del que sí somos fans es de Pedro Pascal. Así que le dimos una oportunidad.

    La reseña de ella: “estuvo palomera; la salvó Pedro.”

    La mía: “¿por qué siguen haciendo películas de superhéroes si ya se les acabaron las ideas?” Genuinamente pensé que fue una versión mal contada de Los Increíbles. 

    Sorprendentemente (para mí), tiene 88 % en Rotten Tomatoes, y en Reddit los comentarios son buenos (!).

    Definitivamente no soy el público objetivo. But whatever floats your boat, I guess.

  • La vergüenza es el costo de admisión

    tala:

    La vergüenza es el precio de entrada. No solo al escribir o enviar correos electrónicos no solicitados a reclutadores, sino en cualquier cosa que consideres que valga la pena hacer. La primera vez que trabajes en un proyecto soñado, te presentes o pidas lo que quieres, te sentirás humillado e incómodo.

    Todos los que nos consideramos expertos o buenos en algo comenzamos sintiéndonos inadecuados. Muchos sueños y aspiraciones se mueren en el eco del “qué dirán”.

    Pero no hay vuelta atrás. No puedes evitar el dolor de no ser fluído, no estar preparado o simplemente ser visto. No hay una ruta secreta que te lleve al crecimiento personal mientras te mantienes oculto. Si nunca te avergüenzas, lo más probable es que no estés probando nada nuevo. Solo orbitas en ese mismo territorio pequeño y familiar, confundiendo tu seguridad con progreso.

    Quienes están dispuestos a pasar vergüenza son los que llegan más lejos. Son los que cruzan umbrales y forjan vidas significativas.

    “La comparación es el ladrón de la felicidad”, dijo alguien. Epictetus: 

    “Si alguien entregara tu cuerpo al primero que se encontrara en el camino, te enfadarías. Pero tú entregas tu mente a cualquiera que pasa, dejándola perturbada y confundida. ¿No te avergüenzas de ello?”

  • Desmolysium:

    Hartos de los médicos, muchas personas se lanzan a la aventura de los suplementos por su cuenta. Desafortunadamente, en la gran mayoría de los casos, ninguna cantidad de carnitina, CoQ10, NMN o la hierba exótica XY hará una gran diferencia (salvo para el bolsillo de las personas y el de los vendedores). Claro, las personas pueden sentirse un poco mejor (incluso sin placebo), pero rara vez resuelve el problema subyacente, a menos que una deficiencia lo haya causado en primer lugar.

    En este artículo, enumeraré 13 causas comunes y a menudo pasadas por alto de fatiga y bajos niveles de energía; algunas son obvias, otras no tanto. Están enumeradas sin un orden particular.

    Llevo meses con un Eight Sleep Pod 5 en mi carrito de compras. 

  • Repensando los Code Reviews en la era de la IA

    Sunil Shenoy:

    Empecé a preguntarme: ¿por qué necesitamos que alguien más del equipo haga esto? ¿Por qué no integrarlo en el proceso de desarrollo? Una vez que el desarrollador termina su trabajo, le pide a la IA que lo revise y le dé sugerencias. Acéptalos o ignóralos, pero busca otra persona que revise el código.

    Aun así, me gustaría que otro miembro del equipo revisara el código. Podrían detectar un patrón o problema más amplio que no formara parte de este cambio.

    ¿Humanos e IA trabajando juntos para desarrollar software? ¡Me apunto!

  • Open Culture:

    En 2012, arqueólogos descubrieron en el sur de Turquía un mosaico bien conservado que representa un esqueleto saboreando una hogaza de pan y una jarra de vino, rodeado de las palabras griegas «Sé alegre y vive tu vida». Datado del siglo III a. C., el mosaico probablemente adornaba el comedor de una adinerada villa en la antigua ciudad grecorromana de Antioquía. Es una especie de memento mori, un recordatorio de que la vida es corta y que hay que disfrutarla mientras se pueda. O así es como muchos han interpretado el mensaje del mosaico.

  • Khe Hy:

    Vamos a aclarar las cosas. A menos que herede un negocio de flujo de efectivo, simplemente ingresar al ámbito de los ingresos pasivos requiere una de dos inversiones: tiempo y/o dinero (que están desordenadamente entrelazados).

    ¿Cuántas personas no caen en estafas porque les venden la idea de hacer dinero desde su celular con tan solo dos aplicaciones? Los atajos no le funcionaron ni a Wile E. Coyote para atrapar al correcaminos. Y los resultados de intentar tomarlos son los mismos en la vida real: terminas estampado con una pared pintada de túnel.

    ¿Por qué quieres ingresos pasivos? Obviamente hay seguridad financiera, pero ¿es porque quieres ahorrar para que puedas dejar tu trabajo y empezar a disfrutar de la vida? ¿Sabes realmente cómo pasarías tu tiempo si te jubilaras?

    Hay estudios que asocian la transición al retiro con una mayor incidencia de depresión. Todos conocemos la historia de alguien que se fue al carajo emocional, física o mentalmente después de jubilarse. El riesgo es real. 

    El ingreso pasivo es una distracción para hacer algunas de las preguntas más difíciles sobre la vida. Una estrategia de evasión. Sí, los ingresos, la inversión y el espíritu empresarial son herramientas para vivir una vida rica y plena. Pero pensar que una estrategia de inversión puede responder a todas estas preguntas es simplemente perezoso. ¿O debería decir, pasivo?

    En psicología existe el término Affecftive Forecasting, acuñado por Daniel Gilbert (su libro, Stumbling on Happiness, es uno de mis favoritos de toda la vida), que nos dice que somos horribles para predecir nuestro estado emocional.

    Como hacer compromisos al calor del momento: pensar que en 6 meses la exposición de arte contemporáneo de tu compa estará igual de divertida como suena ahorita que traes 5 copas encima.

    Si no puedes confiar en cómo te vas a sentir, y si vas a disfrutar un evento de un par de horas en unos meses, ¿qué te hace pensar que puedes confiar que vas a disfrutar tu vida cuando tengas todo el tiempo del mundo y no te tengas que preocupar por dinero?

  • Una de esas palabras que usamos libremente, sin entender su origen (o apreciar su bagage). Charles Cunningham Boycott:

    Charles Cunningham Boycott (12 de marzo de 1832 – 19 de junio de 1897) fue un terrateniente inglés que se hizo infame después de ser condenado al ostracismo por su comunidad local en Co Mayo, dando paso al verbo “boicot”.

    Imagínate ser tan odiado por tu comunidad, que por el resto de la historia tu nombre termina asociado con la idea de derrumbar tiranos.

    En 1880, como parte de la campaña de Charles Stewart Parnell y la Land League por los Tres F (alquiler justo, fijación de la tenencia y venta libre) y oposición a los desalojos que fueron numerosos y desgarradores, se tomaron medidas contra los propietarios que acumulaban riquezas.

    Cuando Boycott se dispuso a desalojar a 11 inquilinos, los lugareños ya habían tenido suficiente. La rama de Mayo de la Irish Land League instó a los empleados de Boycott a dejar de trabajar y comenzó una campaña de aislamiento contra Boycott en la comunidad local.

    Esta campaña incluyó tiendas en el cercano Ballinrobe que se negaron a servirle, y la retirada de servicios. Boycott se encontró a sí mismo como un hombre marcado, no temiendo la violencia, sino aún peor el desprecio, el silencio y el desdén de simplemente todos los que encontró.

    Bien dicen que lo opuesto al amor no es el odio, sino la indiferencia.

  • Benji Edwards, en ArsTechnica:

    El miércoles, el programador Przemysław Dębiak (conocido como “Psyho”), exempleado de OpenAI, derrotó por un estrecho margen al modelo de IA personalizado en el concurso heurístico AtCoder World Tour Finals 2025 en Tokio. AtCoder, plataforma japonesa que organiza concursos de programación competitivos y mantiene clasificaciones globales, organizó lo que podría ser la primera competición en la que un modelo de IA compitió directamente contra los mejores programadores humanos en un importante campeonato mundial presencial. Durante el evento, el creador de ChatGPT participó como patrocinador e inscribió un modelo de IA en una competición de exhibición especial titulada “Humanos vs. IA”. A pesar de la incansable naturaleza del silicio, la compañía se alzó con el segundo puesto.

    Zoom out:

    […] a medida que los modelos de IA continúan volviéndose más capaces en tareas como la codificación, la victoria de Dębiak se siente menos como un triunfo permanente y más como un punto de datos notable en una trayectoria más larga.

    Saber programar ya no te garantiza un empleo (ni te hace especial).

  • Vivir dentro de un sistema es algo bien cómodo y atractivo. La estructura nos da la ilusión de que, si seguimos las reglas, seremos personas funcionales; tendremos éxito; seremos felices. Mecánicamente: lo único de lo que te tienes que preocupar es de llegar a estas metas, cumplir con estos deadlines, hacer estos movimientos. Un engrane más en la maquinaria.

    Hasta que un día te despiertas todo encabronado, cuestionándote por qué sigues sintiéndote así de insatisfecho, aún cuando tu dashboard de logros está todo en verde.

    Susan Piver, coach de meditación y maestra Buddhista, comparte su experiencia:

    He pasado mucho tiempo en mi vida intentando obligarme a hacer cosas. Cosas realmente buenas. Cosas que son importantes para mí. Cosas como meditar, escribir un diario, ir al gimnasio, etc. Me fijo horarios una y otra vez. (Me levanto a las 5. Medito, 5:30-6:30. Escribo un diario 6:30-7:30. Desayuno 8-9, etc.). Fracaso mucho más de lo que logro, lo que me molesta muchísimo. Me enojo cada vez más conmigo misma, maldigo mi falta de disciplina, me avergüenzo por ver Battlestar Galactica (otra vez) en lugar de escribir, hurgo en mi psicología con la esperanza de desenterrar las semillas del autosabotaje. Todo se descontrola hasta que cedo y me quedo en el sofá o de alguna manera logro un día de disciplina según lo programado, tras lo cual respiro aliviada y empiezo a obligarme a repetirlo mañana.

    El momento en que te das cuenta que puedes definir productividad de una manera más humana —menos perfecta— es cuando te das cuenta que las cosas no tienen que ser tan difíciles. Si quieres hacer algo por mucho tiempo, tienes que buscar la manera de hacerlo sostenible. La tiranía contigo mismo es lo opuesto.

    Susan continúa:

    Una vez que recordé que mi motivación se basa en la curiosidad genuina y que mis tareas están en total sintonía con quién soy y quiero ser, mi oficina de repente me pareció un patio de recreo en lugar de un campo de trabajo.

    Así que no programé nada. En cambio, me pregunté: ¿qué me apetece hacer? ¿Qué me divertiría? ¿Escribir? Bueno. ¿Qué tiene de divertido escribir? Es genial cuando empieza a fluir, y además disfruto mucho pensando en cosas como el dharma, el amor y la creatividad simplemente por el placer de hacerlo. Así que empieza por ahí. Cuando termines, pregúntate qué sería divertido hacer a continuación.

    Nos han vendido la idea de que si algo te importa, lo vas a priorizar. Que todo es cuestión de voluntad. Mentira. Puedes amar escribir, amar leer, amar a tu pareja, y aun así pasar tres horas viendo videos de cómo se doblan toallas en hoteles de lujo. ¿Por qué? Porque no priorizamos lo importante: priorizamos lo inevitable. Y lo inevitable suele tener forma incentivo — positivo, o negativo.

    La realidad es que el nivel de importancia que le damos algo no siempre está alineado con nuestras condiciones para hacerlo una prioridad. Estas condiciones —nuestro entorno— definen los incentivos que moldean nuestro comportamiento.

    Todos tenemos nuestro talón de aquiles, y los incentivos que lo explotan siempre ganan sobre la razón:

    • Puede que te importe mucho mantenerte sobrio. No lo vas a hacer si eso significa quedarte sin amigos.
    • Puede que quieras mejorar tu salud. No lo vas a hacer si eso significa no poder compartir cenas con tu familia.
    • Puede que valores mucho la honestidad. No la vas a practicar si eso significa perder tu empleo.
    • Puede que te importe cuidar tu salud mental. No lo vas a hacer si eso implica decepcionar a tu jefe.
    • Puede que quieras pasar más tiempo con tus hijos. No lo vas a hacer si eso implica renunciar a tu rol de “imprescindible” en la oficina.

    Así es como hemos aprendido a sobrevivir en el mundo durante miles de años: respondiendo a nuestras necesidades de manera inconsciente.

    Esas son las reglas del juego, y gana el que logra reconocer sus propios incentivos y trabaja por estar en un ambiente que los promueva de la manera más natural posible.

  • En Inglés se usa mucho la frase put your money where your mouth is. Pon tu dinero donde pones tu boca. Sé congruente; no hables por quedar bien; comprométete.

    Ojalá fuera así de fácil.

    La realidad es que el nivel de importancia que le damos algo no siempre está alineado con nuestras condiciones para hacerlo una prioridad. Estas condiciones —nuestro entorno— definen los incentivos que moldean nuestro comportamiento.

    Todos tenemos nuestro talón de aquiles, y los incentivos que lo explotan siempre ganan sobre la razón:

    • Puede que te importe mucho mantenerte sobrio. No lo vas a hacer si eso significa quedarte sin amigos.
    • Puede que quieras mejorar tu salud. No lo vas a hacer si eso significa no poder compartir cenas con tu familia.
    • Puede que valores mucho la honestidad. No la vas a practicar si eso significa perder tu empleo.
    • Puede que te importe cuidar tu salud mental. No lo vas a hacer si eso implica decepcionar a tu jefe.
    • Puede que quieras pasar más tiempo con tus hijos. No lo vas a hacer si eso implica renunciar a tu rol de “imprescindible” en la oficina.

    Así es como hemos aprendido a sobrevivir en el mundo durante miles de años: respondiendo a nuestras necesidades de manera inconsciente.

    Acuérdate de esto la próxima vez que te preguntes por qué en tu empleo, o en cualquier otra situación, alguien dice que le importa una cosa, pero hace otra.

    Busca el incentivo, y túmbate el rollo — porque eso que tanto quieres que pase, no va a pasar si no se alinea con los incentivos de la otra persona, independientemente de cuánto diga que le importa.

    “It is difficult to get a man to understand something, when his salary depends on his not understanding it.” ―Upton Sinclair