Henry Abbott, en The Atlantic, en una pieza que resonó bastante conmigo por razones que explicaré abajo:
Los animales salvajes son los que mejor se mueven del planeta, y los pequeños pasan gran parte de su tiempo retozando, peleando, saltando y trepando. Desde que nacen, los niños humanos comparten el potencial de los animales para moverse libremente; si se les dejara a su suerte, presumiblemente se tambalearían como cachorros. Pero cada vez con más frecuencia, no hacen nada parecido.
Esto se debe en parte a la tendencia humana a la autodomesticación y también a la estructura de la sociedad moderna. La Organización Mundial de la Salud afirma que el 81 % de los adolescentes a nivel mundial no realiza suficiente actividad física, señalando que las tasas de sedentarismo entre los jóvenes tienden a aumentar a medida que sus países se desarrollan económicamente.
Okay, ya sé que no soy adolescente, pero creo que la observación aplica igual: mientras más están cubiertas tus necesidades básicas, menos te mueves.
Llevo varios días con un dolor de espalda baja que no disminuye. También llevo varias semanas (meses, realmente) que mi nivel de actividad física ha bajado considerablemente — entre la boda, la mudanza, que ya no necesito salir de mi casa para trabajar, y que mis perros ya tienen un jardín para hacer sus necesidades, el ejercicio ha quedado un poco en segundo plano.
¿Coincidencia? No lo creo.
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