Es de ensueño pensar que únicamente tienes que encontrar ese algo que va a hacer que todos tus problemas desaparezcan.
En las películas y series, la implicación es que después del clímax no volvió a haber problemas para la pareja principal. ¿Crees que Ross y Rachel no volvieron a tener diferencias? Si se pasaron 10 temporadas sin poder ponerse de acuerdo…
Es irreal, y lo sabes. Todos lo sabemos.
Sin embargo, seguimos buscando llenar ese vacío en nuestras carreras de la misma manera: buscando la oportunidad, la empresa, el empleo que no nos traerá problemas, y que cumplirán al 100 % lo que te prometieron en las entrevistas. Como si los mercados no cambiaran y las organizaciones no se tuvieran que ajustar a las realidades del mundo.
Lo peor: a veces le damos más importancia de la que merece, permitiendo que nuestro empleo se vuelva desproporcionadamente nuestra mayor fuente de satisfacción — no solo profesional, sino también personal.
Imagínate que conoces a una persona nueva esta noche. ¿Cuánto tiempo pasaría antes de que le estuvieras platicando de lo que haces en tu empleo?
Hm…
¿Y quién eres fuera de tu carrera?
¿Qué te gusta hacer que no involucre crecer profesionalmente, o seguir avanzando en tu craft?
¿Hay algo que hagas solamente porque te gusta?
¿Qué fuente de satisfacción tienes que no esté atada a tu empleo?
Eventualmente, vas a tener que enfrentarte a estas preguntas. No se trata de si, sino de cuándo va a pasar. Tú decides si comienzas a trabajar en las respuestas a tu ritmo, desde hoy, o si dejas que el mercado laboral te obligue a hacerlo cuando los números no hagan sentido.