Comunicación efectiva: no te disculpes

La comunicación efectiva es una herramienta que podemos utilizar a nuestro favor. Al hacerlo, estamos elevando las probabilidades de que nuestro mensaje llegue fuerte y claro. Sin embargo, hay situaciones en las que ejercer la comunicación efectiva puede percibirse de mala manera.

Hace unos días tuve una interacción interesante con un compañero de trabajo. Llevaba yo más de una semana trabajando en algo, y después de unas horas de haberlo enviado para que me hiciera la primera ronda de revisión y comentarios, me respondió con el siguiente mensaje (junto con un par de docenas de sugerencias de cambios que debía hacer a mi propuesta).

Desafortunadamente creo que te faltó considerar varios aspectos para hacer que lo que estás proponiendo se pueda implementar de la manera adecuada.

Por favor, revisa mis comentarios y adecúa la propuesta. Avísame cuando lo pueda volver a revisar.

Mi colega

Hasta ahí todo bien desde mi punto de vista. Lo que me llamó la atención fue el mensaje privado que recibí de mi compañero inmediatamente después de haber recibido ese correo, donde me pedía perdón por el tono del correo anterior, diciendo que no había sido su intención que sonara tan dura, y que esperaba que entendiera que simplemente está intentando mejorar el producto.


Uno de los pilares del trabajo remoto es la comunicación efectiva.

Durante todos mis años trabajando de forma remota, me queda claro que una de las peores cosas que se pueden hacer es asumir alguna intención en los mensajes escritos que recibimos todos los días. Inconscientemente, siempre estaremos buscando algún “tono”. Es nuestro deber como trabajadores remotos quitarnos éste tick y tomar lo que se nos dice por su valor nominal, y nada más.

Es decir, si alguien me comunica que a mi propuesta le faltó considerar ciertos aspectos, ¿por qué debería de asumir que eso habla mal de mí como miembro del equipo? En ningún momento se está poniendo en duda mi aportación, simplemente se me está haciendo una observación. Y como miembro del equipo, y profesional que soy, debo de aceptar esa retroalimentación y tomarla como una oportunidad para crecer y para aprender.


Lo que más me llama la atención es la necesidad de mi compañero de trabajo de aclarar que su mensaje no era mal intencionado.

En ésta situación en particular hay varios factores que tomo en cuenta que nos diferencian como individuos:

  • Somos de culturas diferentes (él Alemán, yo Mexicano)
  • Hablamos idiomas completamente diferentes (él Alemán, yo Español), y nos comunicamos en Inglés
  • Tenemos backgrounds completamente diferentes (él tiene mucha más experiencia profesional que yo en industrias mucho más grandes)

Somos completamente diferentes. Pero los dos trabajamos en el mismo equipo, y el objetivo general es mejorar el producto en el que trabajamos — por eso invertimos tanto tiempo en pedir y dar retroalimentación oportuna.

Dadas estas diferencias tan grandes de cultura, lenguaje, y backgrounds, creo que sería raro (o hasta preocupante) que no hubiera también diferencias de expectativas a la hora de comunicarnos.

Creo que esa es la razón por la que mi compañero se vio en la necesidad de aclarar por mensaje privado que su comentario no había sido mal intencionado.


Cuando se trabaja en un equipo remoto, es de suma importancia trabajar en la comunicación efectiva y debemos tener en cuenta que cada persona es completamente diferente, y que no importa que estén trabajando hacia el mismo objetivo, cada quien carga con sus propios dogmas, vicios, y preocupaciones.

Pero creo que también podemos seguir 3 simples reglas para asegurarnos de que la comunicación en la empresa remota es efectiva.

  1. Toma cada interacción por su valor nominal, no asumas intención en los mensajes.
  2. Se profesional y comenta sobre el trabajo, no sobre la persona.
  3. Se asertivo.

Tan simple como eso.

Y no, Daniel, no te disculpes por ser efectivo comunicando. ¡Gracias por tus comentarios!

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