Probablemente no es como piensas que es

Ayer me pasó algo curioso en el trabajo.

Estaba estresado porque sentía que todo me estaba saliendo mal, y que no tenía suficiente cabeza para atender todo lo que estaba pasando.

Pero después tuve una llamada con mi manager, y al expresarle cómo me sentía, su perspectiva me ayudó a relajarme.

“Vas muy bien, y lo que estás experimentando es parte del proceso de crecimiento.”

Me recordó una frase que dijo alguien una vez: “yo no confío en mí mismo; tengo pruebas.” Mi terapeuta lo llama “buscar llevar el pensamiento a la corte.”

Cada vez que sientas que algo no te está saliendo bien, o que estás yendo fuera del camino, busca retroalimentación. Busca evidencia.

Y sí, puede ser que estés equivocado, o que estés en lo correcto. Pero por lo menos vas a saber que lo que estás sintiendo está basado en evidencia, no en tu propia percepción de las cosas.

Las percepciones que tenemos de nosotros mismos suelen estar sesgadas. Para bien o para mal. Y si eres igual de clavado que yo en intentar ser el mejor en lo que haces, puede que estés siendo demasiado exigente contigo mismo. Yo hoy reconozco que ayer lo estaba siendo, y el comentario de mi manager me ayudó a salir un poco del trance.

Pero entonces, hoy te invito a reflexionar: ¿cuál es la evidencia que puedes obtener de tu trabajo? ¿Confirma tus suposiciones? ¿Cómo la puedes obtener de manera continua?

Te leo.

— Oscar Swanros.

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